El misterio de la lealtad progresista
“La lealtad es un concepto recíproco y todavía estoy por ver el apoyo público de esta izquierda a una sola de las medidas del Gobierno”, escribe el autor
Analizando la gestión de la crisis del coranavirus, se preguntaba el portavoz de Más Madrid en la Asamblea de Madrid en estas mismas páginas si “el Gobierno de Ayuso está haciendo su parte y con qué eficacia”. No seré yo quien le niegue su derecho a plantearse esa cuestión ni es objeto de este artículo poner en valor la gestión de la presidenta Ayuso. Al margen de los ataques de la oposición y sus adláteres, lamentablemente para ellos, cada estudio publicado en Madrid sobre la gestión de la pandemia, reconoce la labor de la Comunidad mientras que precisamente pone en cuestión la gestión del Gobierno de España, una gestión que a Más Madrid no se le ha oído un pero.
Es cierto que esta pandemia ha provocado una situación anómala en todos los parlamentos de nuestro país. Pero es evidente que el impacto en Madrid ha sido mucho más virulento (y tampoco es objeto de este artículo analizar las causas, tiempo habrá), lo que obliga al Gobierno, a toda la Administración a dedicar el 100% de su tiempo a algo que entiendo nos une a todos: salvar vidas.
Es por eso que la presidenta Ayuso entendió desde el primer minuto que esa anomalía debía ser suplida con vías de comunicación alternativas. Que todo es mejorable, sin duda. Pero es un hecho que la presidenta ha ido informando previamente a los portavoces de cada decisión relevante: desde las primeras llamadas a portavoces hasta rendir cuentas en la última videoconferencia sobre la compra de material, los datos exactos de la situación de nuestro sistema sanitario o la evolución del Plan de Choque de residencias de mayores. En medio ha habido reuniones, videoconferencias y cartas, llamadas y mensajes respondidas y atendidas por el Gobierno. No es suficiente dirán algunos. Puede ser. Pero cuando el presidente del Gobierno de España lleva 12 días sin llamar al líder de la oposición o compañeros míos en otras CCAA no han tenido ni un solo dato directo de su Presidente Autonómico, creo que el balance objetivamente es positivo.
Lo que no se entiende es que se ofrezca un espacio, sin límite de tiempo, para que los portavoces, pregunten y repregunten hasta la extenuación (formato mucho más productivo para quien quiere respuestas, pero menos mediático para quienes buscan un titular), y algunos no solo no lo aprovechen, sino que las buenas palabras de dentro se conviertan en ataques al concluir la videoconferencia.
Y lo que no puede hacer la izquierda es generar bulos (supuesta estafa aviones, UCIS del Infanta Sofía, supuestos recortes sanitarios, colapso de nuestra sanidad…) o acusar directamente a Ayuso del fallecimiento de personas mayores, que lo difundan sus voceros y juntos lo esparzan por redes sociales, para luego exigir a la presidenta Ayuso que desmienta lo que ellos han inventado.
Queda mucho hasta que pase esta pandemia, y todos deberemos rendir cuentas, el Gobierno por supuesto. Pero la lealtad es un concepto recíproco y todavía estoy por ver el apoyo público de esta izquierda a una sola de las medidas del Gobierno. A tiempo están.
Alfonso Serrano es portavoz del PP en la Asamblea de Madrid
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