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La verbena sin fin de Jácome en Ourense: “Llevo en el espectáculo mucho más tiempo que Caballero”

Los populares se abren a una moción de censura contra el alcalde al que apoyaron hace un año y lo acusan de llevar a la ruina al Ayuntamiento a base de fiestas. “El PP siempre traiciona”, replica él

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, disfrazado de astronauta en el comienzo del Carnaval de este año en Ourense.
El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, disfrazado de astronauta en el comienzo del Carnaval de este año en Ourense.Democracia Ourensana (Democracia Ourensana)
Sonia Vizoso

En 2003, cuando se presentó por primera vez a la alcaldía de Ourense, a Gonzalo Pérez Jácome no le votó ni su madre. Lo admite él mismo. Su ascenso hace un año a candidato más votado convirtió a Galicia en tierra fértil de alcaldes-espectáculo. Dos políticos enganchados al escenario y la arenga a las masas gobiernan la primera y la tercera ciudad más poblada. Si Abel Caballero reventó marcas electorales en Vigo como abanderado del gasto en luces de Navidad y telonero desatado de conciertos y eventos deportivos, su homólogo en Ourense ha logrado multiplicar el apoyo de sus vecinos con una versión extrema del socialista y pese a las críticas de la prensa local, a la que presume de haber retirado las subvenciones. Ahora Jácome, que acaba de ser condenado por acosar al interventor, afronta movimientos en la oposición para desbancarlo con una moción de censura. El PP, que pactó con él, apoya que se le eche un año después porque coincide con el PSOE y el BNG en que está llevando a la ruina el Ayuntamiento. “La experiencia que tengo con el PP es que siempre traiciona”, replica el regidor de Democracia Ourensana (DO), sentado en su despacho.

Jácome nació como político en un plató de televisión. Ganó popularidad en la ciudad con sus disparatadas intervenciones en Auria TV, la cadena local que fundó con un grupo de amigos, entre ellos su actual portavoz municipal, Rafael Cachafeiro, de nombre artístico Rafa Reporter. Sus adversarios políticos dicen que el regidor no sería nada sin su televisión y las redes sociales. Consiguió sentarse en el despacho de la Alcaldía tras los comicios de 2019, aupado a hombros desde el tercer puesto por el PP de su denostado Manuel Baltar y con el beneplácito de Alberto Núñez Feijóo. A cambio, le garantizó al primero la Presidencia de la Diputación. Hace justo un año, el apoyo lo recibió del PP de Alfonso Rueda, siendo ya DO la fuerza más votada. A cambio, una vez más, los conservadores salvaron su hegemonía de 45 años en el gobierno provincial.

“Aquel fue un pacto de investidura, sin más, para que gobernase la lista más votada; no fue un pacto de gobierno”, incide la portavoz popular Sonia Ogando, quien justifica su disposición a negociar una moción de censura en que en el Ayuntamiento “solo se organizan bien las fiestas, el resto está en una situación lamentable, es un caos”. PP, PSdeG-PSOE y BNG coinciden en que, al margen de las cuentas municipales que lucen deuda cero y remanente, se está fraguando una abultada deuda que acabará emergiendo. Primero, explican, porque las concesiones de los servicios más importantes como la basura o el agua llevan años caducadas y las empresas están planteando reclamaciones millonarias para actualizar los precios que cobran. El Ayuntamiento debe además parte de las nóminas a bomberos, policías y otros trabajadores municipales. Y de las obras licitadas en los últimos cinco años, la inmensa mayoría están sin pagar y la factura asciende a más de 50 millones, alerta Natalia González (PSOE).

“Hasta que no haya presupuestos en vigor, por eso [Jácome] no los quiere tener, y las facturas pendientes se computen, no sabremos la situación real” de las arcas municipales, advierte González. Luis Seara (BNG) cifra en 15 millones las deudas con proveedores y denuncia “dificultades para pagar el gasto corriente”: “Ahora mismo, a este Ayuntamiento no le dan ni un tornillo en una ferretería”. Ambos calculan que solo a las grandes adjudicatarias se les deben entre 20 y 30 millones, y creciendo.

Jácome responde que gobierna “el concello probablemente más saneado de España” y apela a que las cuentas reflejan “deuda cero y un remanente de 130 millones de euros”. Lo de que está llevando a Ourense a la bancarrota lo califica de “patraña” y anima a la oposición a demostrarlo pidiendo al Gobierno central la intervención del Ayuntamiento: “Nos importa un bledo y casi no le damos importancia a ese comentario. Sabemos que van a quedar en ridículo tarde o temprano”. Ourense funciona con los presupuestos prorrogados desde 2020, pero Jácome le quita importancia. “Hemos hecho más que nadie con los presupuestos prorrogados”, afirma. “El hándicap es que tienes que hacer las inversiones a través de modificaciones de crédito y las facturas dan un poquito más de vuelta y [pagarlas] es más laborioso por la burocracia. Es el único problema”. En la caja municipal, asegura, hay dinero para pagar lo que reclamen las concesionarias.

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Ourense se ha llenado de rampas mecánicas para salvar las cuestas, ascensores y fiestas. Como Vigo. La ciudad acoge un sinfín de verbenas con las orquestas de más caché y djs de renombre. ¿Es Caballero el referente de Jácome? “No es mi modelo en absoluto. En rampas mecánicas fueron pioneros los catalanes. Decir que copiamos de Vigo es no tener ni idea”, responde. “Llevo mucho más tiempo que Caballero en el mundo del espectáculo y la comunicación” y él “tardó ocho años en ganar unas elecciones, nosotros cuatro”.

El regidor defiende que gasta en fiestas “prácticamente” lo mismo que sus antecesores del PP. “Pero gastamos mejor”, esgrime. “Antes aquí se le daba muchísima importancia a las minorías, al teatro, a la música clásica... Por eso había poco consumo de arte, porque las mayorías no estaban atendidas. Somos muchísimo más demócratas artísticamente hablando”. La popular Ogando no puede cuantificar el incremento por la “falta de transparencia” del gobierno local, al que ha reclamado todas las modificaciones de crédito que se han destinado a fiestas para revisar “cuánto y cómo se gasta”. Dice que aún no las ha recibido todas.

Acoso laboral e investigaciones judiciales

El líder de DO, que se autodefine como “microliberal”, lleva años cargando contra lo que llama “el sistema funcionarial” y desde que llegó al poder ha desenvainado la espada. Le acaba de caer una condena por acoso laboral al interventor, al que destituyó ilegalmente después de atacarlo con una “campaña de desprestigio” en los plenos y en las redes sociales que dañó la salud del funcionario, recoge la sentencia conocida este jueves. “El alcalde tiene que tener una pequeña libertad para cambiar el controlador”, defendía Jácome en declaraciones a EL PAÍS unos días antes. Acusaba a este empleado público encargado de fiscalizarlo de un “exceso de celo que tiene que ser corregido”. El Ayuntamiento y un exedil de su partido han sido también condenados por acoso laboral a la jefa de la Policía Local y el regidor destituyó a la tesorera llamándola “tiquismiquis”.

Los empleados municipales dicen que el consistorio se ha convertido en un infierno laboral. Javier Novoa (CSIF), portavoz de la junta de personal, asegura que el ambiente es de los peores que él ha vivido en sus dos décadas en la institución. Sostiene que “nunca hubo tanto dedo, es sangrante”. La plantilla de eventuales se ha duplicado y DO ha nombrado a directores generales “cobrando una pasta”, añade. Los empleados “están hasta las narices” porque “los cambian de sitio cada dos por tres, no hay continuidad en el trabajo”, aduce. Y “hay más casos de presunto acoso que no se denuncian”, afirma: “Las damnificadas en el 99% de los casos son mujeres”.

Jácome culpa a los gobiernos de otros partidos de la abultada nómina de trabajadores a dedo. Señala a “105 enchufados” del PP, PSOE y BNG. El Bloque, por su parte, subraya que, pese al recorte de personal que prometió Jácome, el líder de DO ha aumentado un 20% los gastos en sueldos y la plantilla ha pasado de 651 a 730 personas, pese a que hubo 60 jubilaciones.

El alcalde está siendo investigado por la Fiscalía por unos audios publicados por la prensa local durante la campaña de las municipales en las que habla de “dinero en b” y una supuesta recaudación de fondos entre empresas concesionarias. Próximamente, se producirán “movimientos” en estas pesquisas, confirma una portavoz de la Fiscalía Superior de Galicia. Mientras, para que triunfe la moción de censura es preciso un acuerdo entre PP, PSOE y BNG. La popular Ogando pide al Bloque que “no ponga líneas rojas” y la socialista González demanda “discreción y responsabilidad” en las negociaciones. El nacionalista Seara, sin embargo, enfría las expectativas porque desconfía de que la ruptura del PP con Jácome sea real. Le exige que rompa el pacto con DO y pida perdón: “Con ese escenario nuevo, valoraremos”.

Jácome se muestra convencido de que sobrevivirá: “Resistiremos. Volveremos a ganar las elecciones, pase lo que pase”. Hace unos días contraatacó con una propuesta a PSOE y BNG para una moción de censura contra el PP en la Diputación. Ha caído en saco roto.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.
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