Aragonès busca relanzar su carrera electoral en el cierre de campaña de EH Bildu

Los comicios vascos, que se celebran este domingo, también son escenario de la pugna electoral en ciernes en Cataluña. No es desconocida la cercanía que la extinta Convergència había mantenido con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y, ahora, las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez han escenificado la entente con sus herederos de Junts per Catalunya. En el caso de Esquerra Republicana (ERC) y EH Bildu, la relación es mucho más profunda, puesto que ambas formaciones incluso revalidaron el mes pasado su lista conjunta para la Eurocámara en junio. Esas alianzas se visibilizan de manera desigual estos días: el president y coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, buscará dar aire a su carrera electoral ante unas encuestas adversas participando en el cierre de la campaña de la izquierda abertzale, mientras que Junts opta por no implicarse en la carrera por Ajuria Enea.

Las dos parejas han llegado a acuerdos distintos sobre su relación y esto será evidente en el tramo final de la campaña vasca, donde todos los ojos están puestos sobre si Pello Otxandiano (EH Bildu) se impone ante Imanol Pradales (PNV). En ERC y EH Bildu creen que poner en valor su proximidad suma y, como ya sucedió en las pasadas elecciones municipales y generales, comparten mítines, remarcando así no solo las similitudes en la agenda nacional pero también su unidad de acción en el Congreso y en el Senado —donde comparten bancada—. Aragonès estará en el cierre de campaña de Otxandiano, en un acto que se enmarca también en la precampaña de su propia búsqueda por revalidar el Govern de la Generalitat el 12-M.

En Junts y el PNV optan por otro camino. Fuentes del partido catalán recuerdan que el expresident Carles Puigdemont y el presidente del partido vasco, Andoni Ortuzar, acordaron en su reunión de septiembre pasado en Bélgica que habría reciprocidad en la participación de sus actos de partido, aunque dejando fuera las campañas electorales. En el encuentro con el que los peneuvistas rehabilitaron la figura del fundador de Junts como interlocutor político tras el distanciamiento durante los años del procés, se acordó también explorar los asuntos donde se puede ir a la una en el Congreso. Lejos queda la campaña catalana de 2006, tiempos en los que el entonces residente del PNV, Josu Jon Imaz, arropaba a un joven Artur Mas que trataba de hacerse con la presidencia de la Generalitat.

El guion se ha cumplido a rajatabla. El número dos de Junts, Jordi Turull, participó el pasado 24 de septiembre en la celebración del tradicional Alderdi Eguna (día del partido del PNV), en las campas de Foronda, en Vitoria. Un mes después, ambos grupos parlamentarios sellaron con una foto su renovada colaboración después de que esta se viera abruptamente rota por el choque entre Puigdemont y el lehendakari Iñigo Urkullu después de que este último intentara mediar sin éxito en 2017 durante la crisis del procés entre la Generalitat y el Gobierno central. Los republicanos tienen siete escaños en el Congreso, los mismos que Junts. EH Bildu cuenta con seis escaños en la Cámara baja, uno más que el PNV. La pinza entre los de Puigdemont y los de Ortuzar, pues, también busca neutralizar el eje a la izquierda de la mayoría que sostiene a Sánchez.

“Nuestro vínculo con Bildu es estratégico. Tenemos muchos puntos en común”, resume Juli Fernández, secretario de Estrategia de ERC. El también exconsejero de Territorio recuerda que hace unas semanas se revalidó por tercera vez la apuesta por ir de manera conjunta a las elecciones europeas. Más allá de la coordinación en las Cámaras, las cúpulas de los partidos tienen una comisión permanente de trabajo. Por ERC, además de Fernández, está Marta Vilalta, secretaria general adjunta. Por EH Bildu, sus máximos responsables de relaciones internacionales Gorka Elejabarrieta e Igor Zulaika.

Aragonès cerrará una colaboración con EH Bildu que para estas elecciones vascas abrió su número dos en el Ejecutivo catalán, Laura Vilagrà. La vicepresidenta fue la encargada, el pasado día 10, de abrir un mitin en Sestao (Bizkaia). El acto coincidió con la publicación del CIS electoral y la republicana se dejó llevar por la euforia de los buenos pronósticos para EH Bildu. ”Ya no valen las soluciones del pasado. Ahora toca valentía política, apuesta firme por la ciudadanía, nuevos liderazgos”, dijo Vilagrà, abogando así por poner fin a 40 años de dominio de los jeltzales, como se conoce en Euskadi a los peneuvistas. A Aragonès, con unas encuestas adversas, una foto al lado del ganador de la contienda vasca le serviría de antesala a su propia campaña.