Ayuso defiende el relevo generacional de su nuevo Gobierno: “Ha llegado la hora de los hijos de la Transición”

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha defendido este viernes su decisión de renovar al completo su Ejecutivo y elegir como consejeros a políticos sin apenas perfil público ni peso político. Durante una intervención en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional, la líder conservadora también ha defendido el papel de la Corona en la construcción de España, ha advertido contra el peligro de “desenterrar” “el rencor” que llevó a la Guerra Civil, y se ha visto acompañada por, entre otros, el líder de su partido (PP), Alberto Núñez Feijóo; la portavoz del Gobierno central, Isabel Rodríguez; el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; la candidata del PP a la presidencia de Extremadura, María Guardiola; o su homólogo en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.

“Queremos el mejor Madrid de la historia”, ha dicho Díaz Ayuso. “Y vamos a trabajar juntos para conseguirlo”, ha seguido. “Para conseguirlo, contamos con un programa de Gobierno que hemos dado a conocer durante la campaña y en el debate de investidura”, ha insistido. “También, con un renovado equipo de profesionales conformado por hombres y mujeres en el mejor momento de sus vidas, con gran experiencia y conocimiento de sus respectivos ámbitos, llenos de ganas, de ilusión y vitalidad, con empuje e ideas nuevas”, ha argumentado sobre sus consejeros, mayoritariamente nacidos en los años 70 del siglo XX, y que por lo tanto tienen ahora menos de 55 años. “Representan una España respetuosa y fiel, que trabaja mucho, y se ha formado a conciencia”, ha asegurado. Y ha rematado: “Es también una generación que pide paso porque le ha llegado la hora. Esta es mi generación: somos los nacidos en torno a 1977, hijos de la Transición, a la que tanto debemos”.

Esa argumentación resume un cambio de estrategia. Tras cuatro años de máxima tensión con el Gobierno central, en los que la líder conservadora ha esculpido su perfil público confrontándolo con el de Pedro Sánchez, toca apostarlo todo a la gestión. Primero, porque la mayoría absoluta del 28-M deja al PP sin el argumento tantas veces empleado de que Vox o Ciudadanos le impiden completar su programa electoral. Segundo, para aterrizar promesas técnicamente muy complejas, como la de convertir esta legislatura que ahora empieza en la de la vivienda, situar a la región como una referencia de la digitalización, construir la Ciudad de la Justicia, o dar respuesta a los retos de la sanidad pública. Y, finalmente, porque Díaz Ayuso lo apuesta todo a que Alberto Núñez Feijóo llegue a La Moncloa tras las elecciones del 23 de julio, imposibilitando su estrategia de choque continuo con el Estado.

Las salidas de Enrique Ossorio (hasta ahora vicepresidente y consejero de Educación), Paloma Martín (Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura), Enrique López (Presidencia, Justicia e Interior) y Javier Fernández-Lasquetty (Economía, Hacienda y Empleo), concentran en la líder toda la iniciativa política e ideológica del nuevo Gobierno. Solo la nueva titular de Economía, Empleo y Hacienda, Rocío Albert, tiene un marcado perfil ideológico, como parte del ala dura del PP. Finalmente, que Ayuso haya optado por no designar aún un vicepresidente, cumple con un triple objetivo: igualar a todos los recién llegados, ponerlos a competir para conseguir el puesto y retrasar en lo posible el señalamiento de quién podría sustituirla como cartel electoral si finalmente cumple con el plan (ya muy puesto en duda) de no apurar más de ocho años en el poder, lo que implicaría no volver a presentarse a las autonómicas de 2027.

Además de Albert, los nuevos consejeros son Fátima Matute (Sanidad); Ana Dávila (Familia, Juventud y Asuntos Sociales); Miguel Ángel García (Presidencia, Justicia y Administración local); Emilio Viciana (Educación y Universidades); Carlos Novillo (Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Interior); Miguel López-Valverde Argüeso (Digitalización); Mariano de Paco (Cultura, Turismo y Deporte), y Jorge Rodrigo (Vivienda, Transportes e infraestructuras).

Pero nada de eso le importa a Díaz Ayuso en su día grande, con la Real Casa de Correos engalanada para su toma de posesión, y el público entregado en una larga ovación que la deja al borde de las lágrimas.

Allí está Esperanza Aguirre, que critica a Guardiola por desmarcarse de los postulados ideológicos de Vox y negarse a un gobierno de coalición en Extremadura, mientras celebra que Mazón sí esté dispuesto a formarlo en la Comunidad Valenciana.

Sus palabras resumen los murmullos que recorren los pasillos del poder, y específicamente del PP. El eco de esos cuchicheos llenos de dudas sobre cómo relacionarse con la extrema derecha llega a oídos de Núñez Feijóo, que reacciona diciendo que su modelo es la mayoría absoluta, como si hubiera algún político que prefiriera gobernar en minoría o en coalición.

Y pone de ejemplo a Díaz Ayuso, mientras el poderoso jefe de gabinete de esta, Miguel Ángel Rodríguez, le escolta de salón en salón. Mientras, Guardiola se marcha de la recepción con dos acompañantes, casi anónima por la explanada de la Puerta del Sol, si no fuera porque la persiguen las cámaras. Su ausencia no sirve para cerrar la conversación que anima todos los corrillos de dentro: qué debe hacer el PP con Vox a escala autonómica, donde sigue habiendo negociaciones abiertas en Aragón o Islas Baleares, sabiendo que las elecciones del 23J, y un hipotético acuerdo nacional, ya están en el horizonte.

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