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Paloma Martín, una liberal total convertida en la vigía del coronavirus de Díaz Ayuso

La consejera, destacada pata negra del PP, articuló un sistema que según el Gobierno regional es clave para combatir la sexta ola y ha logrado la complicidad de la presidenta

Paloma Martín Martín PP
Paloma Martín, en la sede de la consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad.Víctor Sainz
Juan José Mateo

Todo empieza en una habitación con la puerta cerrada para evitar que salga un monstruo aún desconocido, de nombre coronavirus. Dentro está Paloma Martín, consejera del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Su contagio es noticia porque es marzo de 2020 y aún está casi todo por ocurrir: el millón largo de positivos, el confinamiento, los 26.000 muertos. Durante esa reclusión nace el plan vigía, una red que mide la presencia del virus en las aguas residuales de la región, y que estos días, según la Comunidad de Madrid, es clave para combatir la sexta ola de la pandemia, desatada por ómicron. En paralelo, también empieza el camino que consolida a la consejera en el núcleo de confianza de la presidenta: la Ley del Suelo, Madrid Nuevo Norte y parte del plan para construir 15.000 viviendas públicas llevan su firma. Una muestra de la influencia en el Gobierno de Martín, que forma con el titular de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, el corazón “ultraliberal” del ejecutivo más liberal de España, según un compañero de partido.

—Estoy conformando el Gobierno, y me encantaría contar contigo.

Llama Díaz Ayuso, escucha Martín. El verano de 2019 apura el mes de agosto, y la líder popular quiere convencerla de que vuelva a la política. Es una de esas llamadas que producen vértigo. Díaz Ayuso no detalla cuál es la cartera que ocuparía Martín (finalmente la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad) y aceptar ese cometido desconocido implica dejar una gran consultora (Deloitte). Hablando en plata: perder dinero.

Al dar el paso —“No siendo una decisión fácil, cuando tienes pasión por la política…”―, Martín no sabe todavía la que se le viene encima. Uno: el primer Gobierno de coalición de la historia de Madrid, formado por PP y Cs, y lleno de tensiones. Dos: desatascar Madrid Nuevo Norte y la reforma de la Ley del Suelo. O tres: diseñar el sistema vigía, una red que empieza a medir en el verano de 2020 la presencia de la covid en los 15.000 kilómetros de alcantarillado madrileño, que según el Gobierno le ayuda a anticipar la evolución de la enfermedad, y que este 4 de enero, a rebufo del impacto de ómicron, alerta de un pico histórico de contagios.

“Es un sistema muy prometedor, aunque todavía hay incertidumbres”, explica Fernando García, coportavoz de la Asociación madrileña de salud pública (AMASAP), a finales de 2021. “Es una información muy valiosa que puede ser útil para ir allí [donde se detectan altas incidencias] y hacer una investigación epidemiológica profunda y detectar los casos”, sigue. “Pero a veces es quedarse deslumbrados por la tecnología. Tengo dudas de que esa información valiosa para predecir nuevos repuntes se haya usado para tomar suficientes medidas de control”.

El estallido de la sexta ola de la pandemia encuentra a Martín donde ha estado casi siempre en los 30 últimos años: formando parte de uno de los Ejecutivos más potentes del PP. En Madrid trabajó con Alberto Ruiz-Gallardón y colaboró con el Gobierno de Esperanza Aguirre. También coincidió con Ignacio González en el Ministerio de Administraciones Públicas del Ejecutivo de José María Aznar. Y ahora está a las órdenes de Díaz Ayuso.

“Un dato: es del PP del distrito de Salamanca, algo que dentro del partido imprime carácter. Es una clásica del PP”, resume una fuente que conoce a la perfección los entresijos de la formación conservadora. “En el Gobierno de coalición con Cs siempre fue una persona que intentó sumar, y no dividir, ni liarla: siendo PP puro, de ese sector muy ultraliberal en lo económico y poco en lo social, intentaba buscar una cierta integración”, describe este interlocutor. “Díaz Ayuso, que no tiene interés en lo técnico, ve en ella una parte que le complementa bien, a la típica persona que te va a hacer una buena gestión le des lo que le des”, añade. E insiste: “Es muy de convicciones liberales, escuela y marca Lasquetty”.

Paloma Martín, durante la entrevista.
Paloma Martín, durante la entrevista. Víctor Sainz

Javier Fernández-Lasquetty. El nombre del consejero de Economía, Hacienda y Empleo surge una y otra vez en las conversaciones con las fuentes consultadas sobre Martín, hoy consejera de Medioambiente, Vivienda y Agricultura. Es otro político del PP de Salamanca. El más liberal de los liberales. O casi, porque Martín, dicen, no le anda a la zaga. “Paloma ha crecido a los pechos de Lasquetty”, cuentan. Cuando lo escucha, el consejero se ríe. Y lo niega.

“La conozco desde que se afilió, de la campaña electoral de Aznar del 89″, recuerda sobre su compañera de gobierno, con la que trabajó en las Consejerías de Inmigración y Sanidad. “Es una persona rigurosa, que cuando dice una cosa es porque la ha comprobado. Es lo contrario a una persona superficial”, retrata Lasquetty, que comparte confidencias con Martín a lo largo de las décadas, también cuando se marcha a dar clases a Guatemala, convertido en vicerrector del templo liberal de América Latina: la universidad Francisco Marroquín. “Le he notado mucho, y para bien, los cuatro años que ha pasado en el sector privado, que le han dado una visión mucho más amplia, de consultoría, de saber hacer frente a problemas complejos”, describe. Y concluye: “Es muy buena montando equipos de trabajo, para sacar a partir de ahí un plan operativo”.

Martín desatascó la pasada legislatura el plan de Madrid Nuevo Norte en mitad de la pandemia, organizando un equipo de 15 personas para digerir, de reunión de Zoom en reunión de Zoom, los 50.000 folios y 5.000 PDF del proyecto (“una de la cosas más difíciles que he hecho”, dice). También sacó adelante el proyecto legislativo más potente del Ejecutivo formado por PP y Cs, una reforma de La ley del Suelo que convierte en declaraciones responsables muchas licencias para facilitarle la vida a las constructoras, y que está recurrido ante el Constitucional por su tramitación. Y se ha ganado tanto a Díaz Ayuso como para que la presidenta admita en privado que podría desempeñar cualquiera de las carteras del Ejecutivo.

“Yo soy siempre muy pragmática”, cuenta Martín. “Me gusta procurar la eficacia sin montar mucho ruido. La política es mi pasión. Y aquí estoy haciendo lo que más me gusta”, dice sobre su labor de gestión. “Siempre he creído más en las personas que en los grupos, en lo que uno es capaz de hacer por sí mismo. No me verán nunca haciendo pasillos, o en reuniones que no tengan luz y taquígrafos”.

Vacunacion coronavirus Madrid
Isabel Díaz Ayuso, en un acto de FAES el 27 de mayo.Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)

Pero donde el PP ve virtudes, la oposición ve defectos. Frialdad. Una aproximación calculada al urbanismo y el medio ambiente. Liberalismo descarnado.

“Es del sector ultraliberal del PP, referenciada ideológicamente a Lasquetty y a Esperanza Aguirre, sin ningún tipo de duda”, dice Pilar Sánchez Acera, del PSOE. “La huella que puede dejar es complicada para el desarrollo de la comunidad, porque cree que la administración pública debe intervenir lo mínimo en espacios tan importantes y estratégicos para los ciudadanos como son el suelo, la vivienda, la energía o el medio ambiente”.

“Sus propuestas en medio ambiente son puro greenwashing [usar el medio ambiente como forma de márketing], critica Alejandro Sánchez, diputado de Equo integrado en Más Madrid. “Me recuerda un poco a Ana Pastor o a Elvira Rodríguez en eso de ser una burócrata con apariencia de tecnócrata”, fotografía. “Tiene un estilo más empresarial y menos político que otros consejeros que han pasado por aquí, y presume de neoliberal, con todo el discurso ese de liberalismo económico que se da de leches con el medio ambiente y el urbanismo”.

En agosto de 2019, cuando Díaz Ayuso revela a Martín su cometido, también recibe un mandato: “Dar un impulso verde [a las políticas de la Comunidad] de una forma más profesionalizada”.

Desde entonces, su influencia en el Gobierno regional no ha dejado de crecer. Hoy ha añadido a sus competencias originales, que ya incluían el Canal de Isabel II, las de Vivienda. En consecuencia, Martín dejará su sello en uno de los proyectos más significativos de Díaz Ayuso: ceder suelo público durante 50 años a las constructoras que apuesten por construir y gestionar las 15.000 viviendas públicas para alquiler del Plan Vive. El summum del liberalismo.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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