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Vox compara a Ayuso con Casado: “Ha elegido la deslealtad y la ruptura”

Rocío Monasterio evita exigir su entrada en un posible Gobierno del PP si tiene la llave de la gobernabilidad de la Comunidad de Madrid tras el 28-M

Juan José Mateo
La candidata de Vox a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio.
La candidata de Vox a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio.ZIPI (EFE)

Si la guerra por el poder en la Comunidad de Madrid está compuesta de múltiples batallas, la más dura es entre el PP y Vox. De cara a las elecciones del 28 de mayo, Isabel Díaz Ayuso aspira a la mayoría absoluta. Para ello necesita seducir a cuantos más votantes de la extrema derecha mejor, pese a que la candidatura de Rocío Monasterio ya demostró en las elecciones de 2021 su capacidad para la resistencia: mejoró en votos y diputados pese al bum del fenómeno Ayuso. Desde entonces, los dos partidos han sido socios parlamentarios y rivales al mismo tiempo. Hasta que no lograron aprobar los Presupuestos de 2023: ese día estalló un duro enfrentamiento político para repartir las culpas del fracaso que sigue disputándose meses después, y más ahora que queda un mes para las elecciones municipales y autonómicas.

“El PP podía haber elegido el interés de los madrileños antes que sus intereses electorales, pero eligió el camino electoral, el camino equivocado, el camino de la deslealtad y la ruptura con nosotros, que no merecíamos”, ha dicho este martes Monasterio sobre el fiasco en las negociaciones para aprobar los Presupuestos, cuando los conservadores se negaron a hacer la vista gorda frente al retraso en el registro de las enmiendas de la extrema derecha, que llegó seis minutos fuera de plazo.

“(...) Esta ruptura inmerecida, nos recordó a otras rupturas sonadas y torpes, como la del señor [Pablo] Casado con aquellas palabras que dijo de ‘hasta aquí hemos llegado”, ha añadido, en referencia a la primera moción de censura que patrocinó Santiago Abascal contra Pedro Sánchez, y que los conservadores siempre interpretaron como dirigida, en realidad, contra ellos. “Pues así me sonó a mí cuando la señora Ayuso nos dijo ‘que cada uno siga su camino”, ha continuado Monasterio durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum. Y ha rematado: “Ambos son muy parecidos en su esencia, y en las declaraciones constantes de altos mandos del PP que cada día lo que quieren, parece, es tender la mano al PSOE, dicen, a un PSOE sin Sánchez, y que piden acuerdos para que gobiernen las listas más votadas para así acabar con Vox (...) Por desgracia la señora Ayuso también se ha movido hacia esas posiciones”.

La comparación de Casado y Ayuso está cargada de veneno. Primero, porque la baronesa y el antiguo líder conservador disputaron una cruenta guerra civil en el PP que los ha convertido en eternos enemigos. Segundo, porque el de Casado pasará a la historia política como un liderazgo débil. Y tercero, porque Casado fracasó en el proyecto de reabsorber a Vox para unificar de nuevo el voto de derechas.

Pese a ese espíritu beligerante, los estrategas de Vox asumen que no les conviene ir al cuerpo a cuerpo con el PP. Ayuso está en un momento dulce. Es la política de moda en la derecha. Busca una mayoría absoluta que ya empiezan a apuntar algunas encuestas. Y, frente al peligro de que la aspirante llame al voto útil en detrimento de Vox, este partido, precisamente, se centra en reforzar el carácter utilitario de votarle: su discurso viene a ser que solo Vox garantiza que el PP no se eche en manos del PSOE, y que mantenga promesas llenas de ideología, como derogar la ley trans regional, o proteger el Valle de Cuelgamuros.

Así, aunque el planteamiento general de la extrema derecha es exigirle al PP su inclusión en todos los gobiernos autonómicos en los que tenga la llave de la gobernabilidad, en Madrid Monasterio se anda con pies de plomo. “Yo no voy a hacer como otros que venden la piel del oso antes de cazarlo”, ha dicho este martes Monasterio. “Nosotros lo que estamos es ganando la confianza de los madrileños barrio a barrio, tenemos un programa muy claro, que si nos dan la fuerza suficiente lo podremos llevar a cabo”, ha seguido. “Depende de los madrileños la fuerza que tengamos”, ha recalcado.

“Y nosotros, en una negociación, sabemos que tendremos que ceder en cosas, igual que tendrá que ceder la otra parte. Lo que está claro es que si alguien quiere los votos de Vox, tendrá que respetar a los votantes de Vox. Lo único que pedimos es respeto. Respeto. Y nada más”. Una alusión nada velada a los choques constantes con Ayuso desde que el PP se impuso en las elecciones de 2021, y que marcan ahora la batalla electoral en la derecha madrileña.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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