La flor de Pedro y el jardín de Alberto ante la investidura
Portavoces de partidos aliados del PSOE y hasta la oposición de derechas reconocen que al candidato socialista todo le sale bien y al popular todo mal desde el 23-J
El lenguaje no verbal de Pedro Sánchez antes, durante y después de la constitución de las Cortes fue mucho más comedido que la sensación de euforia, bienestar y triunfo que irradiaban todos los ministros y dirigentes del PSOE que circularon por los patios y los pasillos del Congreso durante las horas que duró el pleno, teóricamente tan protocolario y de otra época en las formas, y sin embargo con enorme trascendencia política.
La pasión que le puso la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, hasta ruborizó bastante al candidato. Cogió forma y se propagó viralmente una expresión por todos los conciliábulos de las Cortes: “Pedro tiene mucho más que una flor, tiene todo un jardín”. Una alusión tópica no solo sobre la teórica suerte que ha acompañado al presidente socialista en muchos pasajes de su trayectoria, jalonada de momentos terribles que habrían significado el fin dramático para muchos otros políticos, sino también del arrojo con el que ha afrontado algunos retos mayúsculos. “Tiene suerte, sí, pero también se la busca”, remachaba una diputada de la coalición progresista. Una admiración a su mítica resiliencia que expresaron con pocos matices responsables del PSOE, pero también de Sumar, ERC, PNV o EH Bildu.
Todos esos partidos, socios y aliados, deducen además de la nueva disposición de Junts a negociar una serie de asuntos de gobernabilidad concretos y de futuro que Sánchez baraja ahora más cartas para ser investido porque la formación nacionalista catalana querrá tratar esas materias con el dirigente al que han permitido continuar la carrera en La Moncloa sin precipitar su caída ni aún una repetición electoral. La lógica política no siempre acierta y menos con Puigdemont, por lo que en el PSOE aún quieren guardar las formas y ser cautos. Aitor Esteban, del PNV, se mostró “comedidamente optimista”. Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, “como siempre ultraoptimista”. Coalición Canaria, que ayer votó con el PP, ahora se abre a una abstención para Sánchez y “por la agenda canaria”.
El comentario privado generalizado y en gran medida de reconocimiento casi envidioso a la fortuna política de Sánchez se acompañaba inmediatamente, en casi todos los corrillos del Congreso, con la constatación de que a Feijóo no le ha salido casi nada bien desde las elecciones del 23-J, que ganó con un resultado mucho menor que el que él mismo esperaba y vaticinó. Hasta el líder de Vox, Santiago Abascal, que cuestionó su falta de generosidad por no cederle uno de los cuatro puestos innecesarios del PP en la Mesa por estar en minoría, concluyó abiertamente ante los periodistas: “Sí, es evidente, Feijóo ha salido de este pleno peor de como entró”.
Personas del entorno de Feijóo han comentado estos días que sigue “tocado”, que no entiende muy bien qué ha ocurrido, y que tampoco sabe exactamente ahora cómo reaccionar. En el pleno constitutivo de este jueves estuvo incómodo al entrar y tropezarse con un insólito aplauso de su grupo, cuando ya sabían que no tenía ninguna opción de éxito su candidata para el Congreso, Cuca Gamarra, por el apoyo adelantado de JuntsxCAT a su rival y nueva presidenta socialista de la Cámara baja, Francina Armengol. También puso caras raras durante la votación y a la salida, cuando sí se acercó a Armengol para felicitarla.
En el actual equipo de Feijóo, además, no reina la coordinación de mensajes. Una tarde trasladan que debe ser el primero en acudir a la ronda con el rey Felipe VI para ser nominado a una investidura predestinada al fracaso y al día siguiente rectifican y dudan sobre si tiene sentido ofrecerse para semejante martirio político sin rédito alguno. La indecisión del último minuto en este PP sostiene que Feijóo es una persona seria y responsable y por tanto debe acudir ante el Rey para no emular un “Rajoy declina” ni un “Arrimadas no se presenta”. El asunto no está aún resuelto.
En el penúltimo argumentario del PP de Feijóo hay una defensa de esperar a ver cómo le sale a Pedro Sánchez su negociación “ahora sí en serio y compleja” para su investidura con el imprevisible Carles Puigdemont, factótum de Junts y expresidente catalán huido de la justicia española en Bélgica. Y así, corroborar cuántas cesiones ha hecho y cómo pretende gobernar un país con 25 partidos. Si Junts aclara en los próximos días cuáles son sus planes para la investidura de Sánchez, el PP entonces resolverá el enésimo enigma de Feijóo. O no.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.