Feijóo insiste en hablar con el PSOE para intentar un pacto entre los dos “partidos de Estado”
El líder del PP sigue adelante con su plan de intentar formar Gobierno pese al portazo del PNV a sentarse siquiera a negociar
Alberto Núñez Feijóo no tira la toalla. El líder del PP se ha ido este martes a “dar las gracias” al apóstol Santiago por su victoria en las elecciones generales de este domingo, pese a que el PP se ha sumido en un estado de frustración y decepción porque sus opciones de gobernar se presentan complicadísimas. No lo cree así Feijóo, que desde Santiago de Compostela ha anunciado que sigue adelante con su intención de presentarse a una investidura. “Cumpliré mi deber e intentaré hablar con los grupos”, ha manifestado el líder del PP. “Decir que no se tienen apoyos simplemente por haber hablado con algún grupo me parece una conclusión precipitada”, sostiene Feijóo, que el lunes recibió el portazo del PNV a sentarse siquiera a negociar con el PP. El candidato popular ha insistido en su intención de hablar con Pedro Sánchez, a pesar de que toda su campaña se ha construido sobre el mensaje de “derogar el sanchismo”, así como con Vox. “Sería un inmenso error que en España gobernaran los independentistas y, sin embargo, los partidos de Estado han ganado apoyos y votos”, ha enfatizado para oponerse a la vía alternativa a la suya que puede permitir a Pedro Sánchez revalidar su presidencia.
Sánchez, según Feijóo, le propuso que conversaran una vez que se conozca el escrutinio del voto de los residentes en el exterior, algo que se comenzará a contar el viernes. No obstante, el presidente en funciones descarta reunirse con el líder del PP tras el recuento este viernes del voto exterior, informa José Marcos. “En ningún caso hay un compromiso de reunión”, han afirmado fuentes gubernamentales, que emplazan a respetar los tiempos e insisten en que el siguiente paso es la constitución de las Cortes y la formación de la Mesa del Congreso el 17 de agosto.
Descartado el PNV, Feijóo queda en manos del PSOE, porque la suma entre PP (136), Vox (33), UPN (1) y Coalición Canaria (1), se queda en 171 diputados, a cinco escaños de la mayoría absoluta (176). El líder popular ha destacado este martes que “UPN y Coalición Canaria están en la mejor disposición”, aunque solo suman dos escasos diputados y el lunes la diputada de Coalición Canaria Ana Oramas dijo que su partido no respaldaría la “investidura fantasma” de Feijóo. Está por ver cuál sería la decisión final del partido canario, porque la diputada electa de CC, Cristina Valida, ha abierto la puerta a que su formación negocie una abstención con alguno de los dos posibles candidatos a la Presidencia del Gobierno, sin decantar de un lado o de otro su voto a favor, siempre y cuando no haya acuerdos de gobierno con la “extrema derecha” o la “extrema izquierda”. El líder popular pretende que sea compatible a la vez un apoyo tanto del PSOE como de Vox, porque los dos partidos tendrían que concurrir en el respaldo a su investidura.
El candidato del PP ha defendido que hay que evitar la suma alternativa, la que podría hacer a Sánchez de nuevo presidente con el apoyo del PSOE (122), Sumar (31), ERC (7), EH Bildu (6), PNV (5) y Junts (7), que llegan juntos a 178 escaños, dos más que la absoluta. En segunda votación, basta la mayoría simple, más votos a favor que en contra, así que valdría con la abstención de Junts.
El PP se opone a esa mayoría parlamentaria y carga de nuevo contra la posibilidad de que la gobernabilidad del país dependa de algunos partidos independentistas. Para Feijóo, “es muy importante que España mande un mensaje a Europa”, ha defendido. “Que la cuarta economía del euro no puede estar sometida a grupos y políticos, algunos de ellos, prófugos”, ha subrayado en referencia al expresidente catalán, Carles Puigdemont, huido en Waterloo. “A mí sí me interesa España”. La línea argumental del PP insiste en demonizar las alianzas con estos partidos, aunque el PSOE ha crecido en dos escaños a pesar de sus pactos.
FAES avala el intento de investidura
Feijóo cuenta con el aval del PP para intentar una investidura, aunque fuera fallida. FAES, la fundación dirigida por el expresidente José María Aznar, carga durísimamente en un editorial publicado el lunes contra la posibilidad de que Sánchez reedite su Gobierno con similares apoyos a los de la pasada legislatura, con el añadido de Junts. “Los resultados alimentan la hipótesis de un nuevo Gobierno Frankenstein con la adición necesaria del partido secesionista dirigido por un prófugo reclamado por la Justicia. Sánchez puede entender que el 23-J legitima su política de alianzas y que, si esa nueva coalición resultara viable, entonces habría quedado habilitado para negociar sin límites en el mercadeo con los secesionistas”, defiende la fundación de Aznar. “Semejante agregado solo podría significar que la izquierda española, con Sánchez al frente, rompe amarras de manera irreversible con todos los consensos fundacionales de nuestro sistema constitucional y pone en marcha un verdadero proceso destituyente que supondrá la disolución de la Constitución española mediante una mutación constitucional amparada por el sesgo mayoritario en el actual Tribunal Constitucional. Sin duda, esa negociación incluye un mecanismo de efecto político equivalente a un referéndum de independencia en Cataluña y en el País Vasco”, alerta.
FAES reconoce que el PP “tiene motivos para la decepción” por su resultado insuficiente, pero sostiene que “no para el desánimo”, y avala a Feijóo para intentar una investidura. “El Partido Popular no está llamado al mero resistencialismo. Es la primera fuerza política, con diferencia respecto al PSOE, y puede ofrecer a los españoles una propuesta que Núñez Feijóo tendrá la oportunidad de detallar, con ambición, en el proceso de investidura. Y si los españoles son llamados de nuevo a las urnas en los próximos meses, el Partido Popular estará preparado”, concluye la fundación.
En Santiago de Compostela, Feijóo, que ha participado en los ceremoniales militar y eclesiástico en el lugar preferente, reservado para las autoridades ―con el presidente de la Xunta, el delegado del Gobierno y el presidente del Parlamento gallego―, en calidad de “líder de la oposición”, según informa la propia catedral en su protocolo, se reservó para hablar con la prensa al final de los actos. Si a la entrada no quiso decir más que “al Apóstol no se le viene a pedir, sino a abrazar”, al acabar la ceremonia, ya bajo los soportales del Pazo de Raxoi (Ayuntamiento de Santiago) se explayó y confirmó que, pese a la negativa del PNV, va a intentar la investidura. En el paseíllo por la Praza do Obradoiro, entre la catedral y el consistorio, acababa de ser saludado por numerosos simpatizantes, entre los que se oían tímidas voces de “presidente, presidente”. También, dentro del templo, había sido despedido efusivamente por algunos representantes de la Iglesia compostelana y, de manera más fría, por el cardenal Antonio María Rouco Varela.
La víspera y el día de Galicia, y a la vez festividad religiosa de Santiago, es una celebración históricamente marcada por los contrastes, porque en el mismo reducido escenario, las calles y las plazas que se apiñan en torno a la catedral, en la zona monumental, conviven varias manifestaciones políticas nacionalistas e independentistas, conmemoraciones institucionales y actos religiosos. Si no acude el Rey, lo representa en la catedral un delegado regio que suele ser el presidente de la Xunta. Y, mientras los militares están vestidos de gala en el Obradoiro, la multitudinaria marcha del nacionalismo gallego avanza con sus banderas, sus pancartas, sus proclamas y su música de gaita camino de la Quintana, otra de las plazas que enmarcan la basílica.
Esta era la primera vez que Alfonso Rueda, el nuevo mandatario de la Xunta de Galicia tras la marcha de Núñez Feijóo, ejercía como delegado regio en la Ofrenda al Apóstol, un acto en el que no faltaron las referencias a la situación política de España, tanto en sus palabras como en las del arzobispo (también nuevo), Francisco Prieto. Rueda ha recordado que los españoles han comenzado “una nueva etapa en esta senda compartida que es nuestro país” tras las elecciones del 23-J y ha subrayado que las instituciones solo “acertarán” en este proceso si se “antepone el bien común”. “Nada puede estar por encima de lo que une a los españoles de ambos hemisferios”, ha dicho el actual jefe del PP gallego, en referencia a la Constitución de Cádiz. En su alocución ha señalado que la figura del Apóstol “ejerce como recordatorio perenne de la importancia de que España y Galicia sigan avanzando unidas” a pesar de las “legítimas diferencias de pensamiento”, de intereses particulares o de fe, “que no pueden impedir que encontremos la manera de cogernos de las manos para seguir avanzando unidos”.
Rueda ha invitado a seguir “dentro y fuera de la Iglesia” la “ejemplar transición de la Archidiócesis de Santiago” (en junio dejó su cargo el anterior arzobispo, Julián Barrio). “Estos últimos días, los españoles comenzamos una nueva etapa en esta senda compartida que es nuestro país”, ha proseguido el presidente de la Xunta, en referencia a las elecciones generales, en un discurso leído en nombre de Felipe VI, como delegado regio. “Como sabe cualquier buen caminante, cuando un grupo afronta una bifurcación, no debe dividirse ni quedar paralizado por las naturales incertidumbres o por el miedo. Sea cual sea la alternativa que se tome, resultará más árida y pedregosa cuando los primeros pasos parten o podrían partir de la fractura o de la desafección”, ha defendido.
Por su parte, el arzobispo de Santiago, Francisco Prieto, que dirigía la liturgia por primera vez, ha pedido este martes la “intercesión del Apóstol” para que los líderes de los partidos “dediquen los mejores esfuerzos a las exigencias del bien común” y actúen “con responsabilidad política, por encima de las legítimas diferencias”.
La manifestación del Bloque Nacionalista Galego (BNG), en la que participaban miles de personas, se concentraba a esa hora en la Alameda compostelana y empezaba a avanzar por las calles de la capital de Galicia. La portavoz nacional del partido, Ana Pontón, reivindicaba en declaraciones a los medios que se está fraguando un “cambio de ciclo en Galicia” y que en las elecciones generales “quedó claro que hubo una derrota del bloque de derechas”.
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