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María Guardiola dice ahora por carta que es “imprescindible” el “diálogo y el acuerdo” con Vox en Extremadura

La presidenta del PP en la región suspende la Junta Directiva Autonómica prevista para el martes en Mérida y envía un escrito a la militancia tras la renuncia de uno de sus principales asesores

Manuel Viejo
Así dio María Guardiola marcha atrás, se acercó a Vox y se quedó si su asesor de izquierdas Historia del viaje de Guardiola hacia Vox
María Guardiola en la constitución de la XI legislatura de la Asamblea de Extremadura, el 20 de junio en Mérida (Badajoz).Asamblea de Extremadura

A las 23.47 del domingo, la presidenta del PP en Extremadura, María Guardiola, envió un correo electrónico a la militancia y a los altos cargos de los populares en la región. El correo, al que ha tenido acceso EL PAÍS, explica que, por orden de Guardiola, se suspende y aplaza sin fecha la reunión del martes a las 19.30 en un hotel de Mérida, donde estaba previsto un discurso de los principales cargos populares de la región y una ponencia de la propia presidenta. La líder del PP extremeño suspendió el encuentro, al que estaban convocados unos 300 militantes de Cáceres y Badajoz, y, a cambio, escribió una carta fechada en Mérida este lunes. En ella, por primera vez y una semana después de su discurso contra la extrema derecha en la Asamblea extremeña ―donde dijo que no dejaría entrar a Vox en el Gobierno porque, entre otras cuestiones, la formación de extrema derecha niega la violencia machista― se abre a pactar con Vox en Extremadura para desbancar al socialista Guillermo Fernández Vara de la presidencia de la Junta.

Carta de María Guardiola a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
Carta de María Guardiola a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

“No vamos a fallarles”, escribe Guardiola. “Soy muy consciente de que también es imprescindible el respeto, el diálogo y el acuerdo pragmático con la formación de Vox en Extremadura. Compartimos una prioridad, pasar página a las políticas socialistas. Es lo que nos debe preocupar”.

Guardiola cambia de opinión tras las presiones recibidas en las últimas horas, sobre todo desde de la militancia en Extremadura. Según fuentes populares en la región, el ruido interno era cada vez mayor. La presidenta del PP extremeño había convocado el jueves a la Junta Directiva Autonómica y al Comité Ejecutivo Regional para el martes en un hotel de Mérida. En el orden del día estaba prevista una intervención de la propia Guardiola y de los principales líderes de la región. El domingo, la idea voló por los aires. Todo se precipitó de golpe tras la renuncia de Santiago Martínez-Vares, uno de sus principales asesores, que abandona tras la publicación de unos audios privados en OkDiario en los que critica a Vox.

“Cuando atacan a mi hijo y a mi padre, cruzan líneas. Y cuando cruzan líneas, te aseguro ―te aseguro― que Santiago Abascal se va a arrepentir. Se va a arrepentir”, dice Martínez-Vares. “Ahora voy a por él. A por él. A partir de hoy, no tengo otra obsesión en mi vida más que acabar con Vox. No tengo otra”. El audio dura poco más de 30 segundos.

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La agencia de comunicación política de Martínez-Vares, Rebellious Words, emitió a las 20.13 del domingo un comunicado en Twitter donde da por finalizada la colaboración. “Nuestra colaboración con Guardiola se ha limitado a la asesoría de comunicación estratégica y en ningún momento hemos participado las negociaciones para alcanzar una mayoría parlamentaria”.

Casi cuatro horas después, el PP envió un correo electrónico donde se cancela el encuentro del martes en Mérida con la militancia y los altos cargos populares extremeños. En el correo, Guardiola habla de las próximas elecciones generales como principal motivo para el cambio de fecha del encuentro del martes. “En un mes volvemos a tener una cita importantísima en la que nos jugamos el futuro del país. En ese nuevo encuentro con las urnas del 23 de julio necesitamos repetir e incluso mejorar ese extraordinario resultado. Extremadura y España quieren y merecen un cambio. La prioridad es salir a ganar. Nuestra región es determinante para llevar a Alberto Núñez Feijóo a La Moncloa”. Por eso, añade Guardiola, “y para evitar interpretaciones malintencionadas”, ha aplazado la Junta Directiva Autonómica y el Comité Ejecutivo Regional hasta una nueva fecha, que no añade: “Será comunicada oportunamente”.

Guardiola dice en su escrito que cree que durante estos días se ha “usado” la situación postelectoral extremeña para “tratar de influir” en la campaña nacional. “Y esa presión se está trasladando injustamente al PP en su conjunto. No queremos que se utilicen las reuniones de nuestros afiliados para hacer daño a la organización, ni desviar la atención de lo importante. Lo responsable y procedente es anteponer el interés de nuestro país y evitar cualquier crispación. Extremadura habló en las urnas, y el PP autonómico va a seguir trabajando en un diálogo que nos permita, como resultado, tener pronto una alternativa para poner fin al ciclo socialista”.

Las negociaciones y los dos últimos WhatsApp con Vox

Las palabras de Guardiola en la Asamblea contra Vox hicieron volar por los aires cualquier acercamiento con la formación de ultraderecha en Extremadura. Sin embargo, la tarde del lunes, víspera de la sesión de constitución de la Cámara autónoma, el secretario general del PP en Extremadura, Abel Bautista, habló con Guardiola y, a las 21.40, envió un mensaje de WhatsApp a Ángel Pelayo Gordillo, el líder de Vox, tal y como desveló EL PAÍS el jueves: “Teniendo en consideración que vuestro objetivo es la defensa del interés de los extremeños, podríamos ofreceros una mejora sustancial del acuerdo de esta mañana. Somos conscientes de que queréis un cambio. Por eso, tenemos que conseguir una fórmula sin entrar en el Gobierno. Por ello, os trasladamos lo siguiente: una secretaria de la Mesa de la Cámara, lo que os daría un mayor control, y el senador por designación autonómica que corresponde al PP, y así plantear en Madrid las cuestiones que afectan a nuestra tierra”. Gordillo no contestó.

A las 21.50, Bautista escribió de nuevo al líder de Vox. “Extremadura merece que apoyéis el cambio”. Gordillo responde: “Habéis dinamitado cualquier posibilidad de acuerdo habiendo publicado el documento en la prensa. Votaremos nuestra candidatura a la presidencia de la Asamblea. Si sale designado con vuestros votos, se abre de nuevo la negociación para un Gobierno de cambio”.

El martes, la tensión era máxima en el Parlamento extremeño. El órdago estaba sobre el tejado del PP. Hasta Mérida se desplazó Jorge Buxadé, el vicepresidente de Vox. La votación comenzó y, tanto Vox como el PP, decidieron votar a sus propios candidatos para la presidencia de la Cámara. La segunda votación fue clave: el presidente podría caer en manos de la izquierda, porque ya no hacía falta la mayoría absoluta. 15 días antes, en una reunión en la sede del PSOE, los socialistas y Podemos acordaron votarse mutuamente para repartirse puestos en la Mesa. Y eso es lo que ocurrió: en la segunda votación, ante el atrincheramiento del PP y Vox, Podemos respaldó a la aspirante del PSOE, y los socialistas se alzaron contra todo pronóstico con la presidencia de la Asamblea. Minutos después, Guardiola rechazaba cualquier acercamiento con la formación de ultraderecha. Seis días después, la presidenta del PP trata de aminorar el impacto de sus palabras, presionada, sobre todo, por la militancia extremeña.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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