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ERC y Junts se lanzan a extrapolar el resultado de las elecciones vascas en Cataluña

Las dos formaciones independentistas, con alianzas estables con EH Bildu y PNV, buscan sacar rédito de la situación de sus socios

Camilo S. Baquero
El diputado electo por EH Bildu, Pello Otxandiano (izq.), saluda al 'president' Pere Aragonés en el mitin de cierre de campaña del pasado viernes en Bilbao.
El diputado electo por EH Bildu, Pello Otxandiano (izq.), saluda al 'president' Pere Aragonés en el mitin de cierre de campaña del pasado viernes en Bilbao.Luis Tejido (EFE)

La resaca de los comicios en el País Vasco tiene en Cataluña una vertiente electoral. El próximo viernes comienza oficialmente la carrera para llegar a la presidencia de la Generalitat y la fotografía que dejan las urnas vascas, como cualquier noticia relevante que pase estos días, es susceptible de convertirse en munición de campaña. En este caso lo todo se acentúa porque Esquerra Republicana y Junts per Catalunya tienen una cercanía particular con EH Bildu y PNV, respectivamente, y de ahí que ambas formaciones catalanas se hayan lanzado a intentar dibujar cierta extrapolación de los resultados. Los de Carles Puigdemont felicitan a Imanol Pradales por el triunfo, pese al empate en escaños con el partido que capitanea Arnaldo Otegui; los republicanos optan por alertar de que resultados históricos como el de la izquierda abertzale intentarán ser frenados por “los de siempre”, en referencia a los nacionalistas conservadores y a los socialistas.

La implicación de Esquerra y Junts en la campaña vasca fue muy desigual, pero tras conocerse certificarse los resultados, los catalanes se apresuraron a intentar salir en la foto. Los republicanos, que comparten grupo con EH Bildu en el Senado y también concurren juntos a las elecciones europeas, se habían involucrado de pleno en la campaña de Pello Otxandiano, hasta el punto que el propio Aragonès le acompañó en el cierre de su campaña el pasado viernes. Junts y PNV, por su parte, optaron por no llevar a los mítines su alianza, que se retomó a cuenta de la negociación de la investidura de Pedro Sánchez. En septiembre del año pasado, una reunión en Waterloo sacó del congelador por los desencuentros entre el lehendakari Íñigo Urkullu y el propio Puigdemont en 2017, a cuenta de un fallido intento de mediación.

Junts per Catalunya, donde dan por hecho que están en el segundo lugar de la carrera para 12-M y ven posible pugnar con el socialista Salvador Illa por el triunfo, se han lanzado a felicitar a Pradales. La decisión de separar ámbitos de partido y electorales entre esos dos partidos ha quedado también reflejada en que el candidato Puigdemont guarda silencio y ha sido la cúpula de Junts la encargada de plasmar la lectura de los resultados. “El PNV ha sido el ganador de las elecciones en Euskadi con 27 escaños y casi 30.000 votos más que la segunda fuerza, Bildu”, ha escrito la presidenta de Junts, Laura Borràs, en su mensaje de felicitación a Pradales. “Es una alegría el porcentaje de voto soberanista en el País Vasco. Más Euskadi y menos España como síntesis de lo que han dicho las urnas”, ha publicado, por su parte, el secretario general Jordi Turull.

El hecho de que sea gracias al apoyo de los socialistas que el PNV pueda revalidar la Lehendakaritza es obviado por un Junts que intenta marcar distancias con el Gobierno central. Pero es el punto al que se agarra Esquerra para intentar conjurar la amenaza que ven un pacto que vaya en su contra tras los comicios catalanes. Tanto Aragonès como el propio presidente republicano, Oriol Junqueras, han expresado su satisfacción con el resultado histórico de EH Bildu, que igualó en escaños a los peneuvistas y superó por primera vez los 340.000 votos, pero lamentan que “los de siempre” bloqueen la posibilidad de que la izquierda independentista pueda gobernar.

ERC ve en EH Bildu su misma trayectoria: el proyecto por romper la hegemonía de más de 40 años entre el socialismo y el nacionalismo de corte más conservador. Los republicanos sueñan con desbancar a la “sociovergencia” —el pacto entre socialistas y los herederos de CiU— y EH Bildu con imponerse al PNV. Pese a que en Junts dicen que serán los de Junqueras los que den sus votos a Illa tras el 12-M, en las filas republicanas creen que será precisamente lo contrario. Con unas encuestas que de momento dan al PSC como ganador y dejan muy abierta la lucha por el segundo lugar entre los exsocios del Govern, el posible apoyo a Illa es el arma arrojadiza entre ambas formaciones independentistas.

Aragonès calificó ayer en X de “una gran noticia” el resultado EH Bildu. “En el País Vasco crece indiscutiblemente la confianza en el independentismo de izquierdas, transformador, que pone el proyecto de país y la ciudadanía al frente”, apostilló el president y candidato. Todas las primeras espadas de los republicanos, comenzando por Junqueras, se han lanzado a subrayar las similitudes ideológicas de ambos partidos. “Compartimos con ellos muchos objetivos en el ámbito de la plenitud nacional, del reconocimiento democrático de nuestras respectivas naciones y del progreso económico y de la prosperidad económica”, ha dicho hoy Junqueras

En el relato electoral a ERC encaja, sobre todo, la imposibilidad de que el gran resultado de EH Bildu tenga consecuencias prácticas. “Cuando el independentismo de izquierdas gana, sabemos que los de siempre pueden intentar, si pueden, impedir que los cambios se produzcan”, había alertado Aragonès el domingo. El lugar escogido para ello fue la puerta del Ayuntamiento de Barcelona. Allí, para las elecciones municipales de 2019, ERC logró ser la lista más votada, pero la suma alternativa entre los comunes, el PSC y el partido del ex primer ministro francés Manel Valls, le impidió formar Gobierno municipal. En ERC lamentan que “los de siempre” no permitan avanzar en el País Vasco. “Y no tenemos duda que eso también podrá pasar en Cataluña el 12-M”, remachó el president, en referencia a una posible sociovergencia.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.
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