Sàmper se abre a revisar el modelo de los Mossos tras la presión de la CUP por el caso de Pablo Hasél
Los anticapitalistas han condicionado continuar las negociaciones para un futuro Gobierno catalán a un cambio radical en las prácticas de la policía
Las protestas por el ingreso en prisión del rapero Pablo Hasél han acabado convulsionando las negociaciones sobre la futura gobernabilidad en Cataluña. El consejero de Interior, Miquel Sàmper, ha afirmado esta tarde que se debe de realizar un debate y revisar de “manera inaplazable y urgente del modelo de orden público” de los Mossos d’Esquadra después de que una joven perdiera un ojo. El Departamento de Interior está investigando si fue por el impacto de una bala de FOAM. Las declaraciones de Sàmper, de Junts, se han producido un poco antes de que la CUP, este jueves, anunciara a través de un comunicado que condiciona la continuidad de las negociaciones a cambios radicales en el modelo y de que su propio partido abogara también por un nuevo modelo.
El consejero ha realizado esa breve intervención solo ante las agencias de información y después de no haber comparecido en la rueda de prensa matutina para explicar los disturbios de la noche anterior. El consejero se ha ofrecido personalmente, según informa Europa Press, para comparecer en la Diputación Permanente del Parlament y explicar los hechos y someterse a las preguntas de los diputados. “Una manifestación en pleno siglo XXI no puede acabar con una persona lesionada de gravedad” ha dicho Sàmper, sobre la joven.
El Govern actúa en funciones y es aventurado calibrar el alcance real de ese compromiso. Pero lo que está claro es que las protestas están marcando las negociaciones. El anuncio se ha producido antes de que Junts y la CUP explicaran en sendos comunicados que habían celebrado una reunión sobre la futura gobernabilidad en Cataluña. Los anticapitalistas ya pidieron este miércoles la dimisión del consejero y la disolución de la brigada antidisturbios y avisaron que todos esos asuntos estaban sobre la mesa. Tras el encuentro, los anticapitalistas han expuesto que han pedido a Junts “el fin de la represión” y un giro en las políticas d 180 grados para “dar continuidad a las conversaciones de cualquier acuerdo”.
No solo eso: han cuestionado las promesas de transparencia por parte de los Mossos en el uso de las balas de foam tras las “40 detenciones practicadas y las personas heridas, insultos, vejaciones y cargas injustificadas y porrazos por encima de la cintura y puñetazos en la cara y el cuerpo”, golpes de porra en la cabeza. “La continuidad de las conversaciones está totalmente condicionada a compromisos y cambios claros en este terreno”, han dicho.
De forma simultánea, Junts ha emitido un comunicado en el que da cuenta de la negociación con la CUP y tacha de “inaceptable” la actuación policial. “Valoramos críticamente las situaciones de violencia vividas y los errores cometidos por algunos agentes de la Brimo (Brigada Movil) que en ningún caso pueden quedar impunes”, han dicho. Junts, añaden, apuesta por un nuevo modelo policial e insta al resto de fuerzas a debatirlo en el Parlament.
Junts quiere impulsar un nuevo modelo policial y avisa de que los errores en ningún caso pueden quedar impunes
Los agentes antidisturbios de los Mossos cuentan con pelotas de foam y gases lacrimógenos, que nunca han usado, como parte de su armamento en las manifestaciones. Las pelotas de goma fueron prohibidas por el Parlament después del caso de Ester Quintana. Mientras Sàmper abre el debate de una nueva revisión del modelo actual, los sindicatos policiales critican que carecen de herramientas suficientes para evitar los altercados. Además, los Mossos cuentan con una tanqueta de agua que usaron excepcionalmente en los altercados tras la sentencia del procés.
Pese a que ERC y Junts suman juntos 65 escaños (la mayoría está en 68), los dos se han reunido primero con la CUP. Por parte del partido de Carles Puidgemont, la comisión negociadora la conforman Jordi Sànchez, secretario general; Elsa Artadi, Josep Rius, Miriam Nogueras y Francesc Dalmases. Laura Borràs, líder de Junts, se reunió mientras en Waterloo (Bélgica) con Carles Puigdemont para trazar la estrategia. Los dos recuerdan que el independentismo superó el 51% de los votos y que ese resultado favorece un govern independentista que aplique el mandato electoral.
Los republicanos promueven un gabinete que incluya también a comunes la CUP. La fórmula se adivina imposible por el veto recíproco entre Junts y el partido de Ada Colau. Miembros de ERC, como Gabriel Rufián, piden una alianza entre su partido, los comunes y la CUP. No parece fácil: suman 49 escaños. Con todo, los 33 diputados de ERC se reunieron ayer y señalaron que los resultados avalan para formar “un gobierno independentista y de izquierdas”.
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