Arrimadas desoye el clamor interno y rechaza asumir responsabilidades por el 14-F

La debacle de Ciudadanos en las elecciones del domingo en la cuna del partido, Cataluña, donde la formación perdió 30 de sus 36 escaños y un millón de votos, ha desatado todas las tensiones larvadas desde hace meses y ha abierto una grave crisis interna. El malestar es generalizado en la formación ante la deriva de la marca y se convirtió este lunes en un clamor interno de petición de responsabilidades a Inés Arrimadas y su núcleo directivo por el batacazo electoral. La presidenta de Cs desoyó las críticas y descartó dimisiones.

Cuatro senadores, dos diputados nacionales de los diez que tiene Ciudadanos en el Congreso y una decena de parlamentarios autonómicos del partido de todo el país alzaron la voz, en público, para pedir a Inés Arrimadas y su cúpula que asumieran responsabilidades por el desmoronamiento de la formación en las elecciones catalanas. A ellos se unió la corriente crítica en Cataluña, formada por exdiputados y concejales, que exigió a Inés Arrimadas dimisiones a escala autonómica y nacional. La catarata de reproches llegó hasta el comité ejecutivo nacional, máximo órgano de dirección, que se reunió a última hora de la tarde de este lunes y en el que también se reclamaron, sin éxito, dimisiones.

La tarde de este lunes, en la reunión de la directiva de Arrimadas —elegida por la líder hace apenas un año, cuando asumió la presidencia del partido tras vencer las primarias— se escucharon por primera vez críticas a la estrategia y al equipo. Algunos líderes territoriales, como el de la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, pidieron la dimisión del vicesecretario general y director de la campaña, Carlos Cuadrado, según fuentes conocedoras de la reunión. Otros relevantes dirigentes, como la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, también lanzaron ataques en dirección a Cuadrado. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, pidió un cambio dejando claro que el partido corre riesgo de muerte. El futuro de Ciudadanos está en entredicho y la cúpula es consciente de ello.

La reunión del Comité Ejecutivo terminó pasada la medianoche de este martes después de cinco horas en la que no hubo ni dimisiones ni cambios organizativos o de estrategia, y que concluyó con un cierre de filas y con un aplauso a su candidato, Carlos Carrizosa, por su esfuerzo.

La corriente interna autodenominada Renovadores reclamó en un comunicado: “Perder casi un millón de votos en Cataluña, y la huida continua y sin parangón de afiliados y cargos electos muestran a todas luces un liderazgo y una estructura de partido que no funciona. Por ello exigimos de forma imprescindible e inaplazable responsabilidades y cambios de liderazgo a nivel nacional y de Cataluña, así como cambios en la organización del partido y en las personas que la componen”. El grupo Renovadores está integrado por exdiputados del Parlament como Sergio Sanz y Antonio Espinosa, a quienes Carrizosa ya dejó fuera de las listas al 14-F, después de que estos cuestionaran su designación como candidato a la presidencia de la Generalitat sin primarias.

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Los críticos exigen responsabilidades a Inés Arrimadas, que ha afrontado como líder el hundimiento de la marca en Cataluña un año después de asumir la presidencia tras la dimisión de Albert Rivera por el batacazo en las generales de 2019. “Estamos ante el tercer fracaso electoral bajo la presidencia de Inés Arrimadas”, enfatiza el comunicado de los Renovadores. “Primero fueron las elecciones gallegas y vascas, ahora las catalanas, en las primeras con malos y decepcionantes resultados y las catalanas se han saldado con el más estrepitoso batacazo electoral sufrido por Ciudadanos. En consecuencia, esperamos y exigimos cambios importantes”.

Tras ellos, casi una veintena de parlamentarios de Ciudadanos se pronunciaron en público pidiendo a la líder y a la dirección que asumieran responsabilidades por el resultado. “Un líder tiene que tener dos virtudes: sencillez en el triunfo y valor para responsabilizarse del fracaso. Tiempos de fracaso, sin paliativos ni responsabilidades ajenas”, escribió en redes sociales el diputado en el Congreso Pablo Cambronero. “Albert Rivera y parte de la cúpula de Cs dieron ejemplo con su dimisión después de haber llevado a lo más alto a Cs. ¿Y los que han llevado esta campaña y la estrategia de Ciudadanos ahora? Están fallando a los afiliados, a toda la militancia sin asumir su responsabilidad”, opinó Cristina Gabarda, diputada en las Cortes Valencianas.

Las pretensiones de los críticos cayeron en saco roto, porque Arrimadas descartó dimitir, así como destituir a miembros de su equipo. “Yo voy a seguir adelante de este proyecto con apoyo del partido”, avisó la líder a primera hora en Onda Cero. En el comité ejecutivo, Arrimadas también defendió su continuidad al frente del proyecto con un discurso enérgico, según fuentes presentes. La reunión finalizó pasada la medianoche tras cinco horas de debate, en las que no hubo dimisiones ni decisión de cambios organizativos o de estrategia. El órgano terminó en un cierre de filas y con un aplauso al candidato de las catalanas, Carlos Carrizosa, en agradecimiento a su esfuerzo.

La pregunta es si, a pesar de todo, la líder podrá mantener firme el timón de una nave con riesgo de naufragio. Voces relevantes de la formación afirman que si la dirección se atrinchera se organizarán para forzar un congreso extraordinario, una posibilidad que salió a relucir también en la reunión del comité ejecutivo, mencionado por el líder andaluz, Juan Marín. “Hay que darle voz a la militancia y decidir entre todos qué proyecto de futuro queremos”, defendió en Esradio el senador Fran Hervías, exsecretario de Organización de Albert Rivera.