La socialista Chivite ofrece cuatro consejerías a Geroa Bai para acordar un gobierno en Navarra

La última oferta de los socialistas navarros del PSN a Geroa Bai para reeditar el Gobierno de coalición en Navarra incluye las cuatro consejerías que exige la formación de Uxue Barkos, que pide tener la misma representatividad que en la legislatura pasada a pesar de haber perdido dos escaños en las últimas elecciones municipales y autonómicas del 28-M. Los nacionalistas pedían mantener sus cuatro consejerías, la presidencia del Parlamento —que ya ostentan— y el senador autonómico. La oferta de los socialistas liderados por María Chivite accede en cuanto al senador autonómico y al número de departamentos, si bien no mantendrán las mismas áreas de gestión, puesto que Contigo-Zurekin, el tercer socio, se ha hecho con Vivienda, una consejería muy demandada por las dos formaciones y que ha tensionado también las conversaciones. En su lugar, Geroa Bai gestionaría Salud, que cuenta con el 25% del presupuesto foral.

Los nacionalistas todavía no han respondido a una oferta que podría acercar el acuerdo entre ambas para poder investir a la socialista María Chivite como presidenta de Navarra la próxima semana. El plazo corre —tienen hasta el 28 de agosto antes de que haya que volver a convocar elecciones—, aunque EH Bildu ya ha adelantado que hará una consulta a sus bases para apoyar a Chivite si la candidata socialista a la reelección no logra el sí de Geroa Bai. De una forma u otra, todo apunta a que habrá Gobierno. Lo que queda por saber es si la formación de Uxue Barkos se suma al acuerdo u opta por quedarse en la oposición.

Chivite dijo este viernes no contemplar “otra posibilidad” que no pase por el sí de Geroa Bai a su última propuesta para formar Gobierno, que la socialista espera encuentre “acomodo” de la formación nacionalista porque todos tienen que “estar cómodos en el Gobierno”. Por su parte, la portavoz de Geroa Bai en las negociaciones con el PSN y Contigo-Zurekin, María Solana, quiso frenar después el “optimismo y la alegría” de los otros dos partidos ante una presunta inminencia del acuerdo. “De momento no estamos en ese punto”, dijo Solana, crítica con el apremio del PSN y condicionando la decisión no solo al contenido del acuerdo sino también a que se contemplen “medidas que garanticen que ante un incumplimiento hay consecuencias”.