Feijóo clama a los socialistas para que libren ya a Moreno de tener que gobernar con Vox
Abascal, dispuesto a forzar la repetición electoral si el PP no mete a Vox en el Gobierno andaluz
A pesar de que aún faltan cuatro días para que se celebren las elecciones andaluzas, el debate gira ya en torno al día después del 19-J. Se trata de un logro del que se vanaglorian los populares antes de abrir las urnas ― “la pregunta en esta campaña no es quién va a ganar, sino cómo va a gobernar Juanma”, se escucha con regodeo en las filas del PP― y que se explica por lo distanciado que va el candidato del PP en cabeza en las encuestas y porque la izquierda no ha conseguido imponer otro marco. Pero también porque los populares no son capaces de despejar esa incógnita, la de con quién van a gobernar, teniendo en cuenta que ningún sondeo les sitúa por sí solos con escaños suficientes para atesorar la mayoría absoluta. La extrema derecha ha marcado la recta final de la campaña con un órdago al PP exigiendo la entrada en el Gobierno aunque solo necesiten un voto suyo, y los populares, acorralados, tratan de sacudirse la presión. El líder popular volvió este miércoles a echar mano de un recurso que ya probó sin éxito en Castilla y León: clamar al PSOE para que se abstenga.
Alberto Núñez Feijóo viajó a territorio Vox, El Ejido (Almería) ―donde los ultras superaron al PP en las andaluzas de 2018, con casi el 30% de los votos― y trató de devolver la pelota al PSOE. Pero no han sido los socialistas, sino la extrema derecha, quien ha colocado en un callejón sin salida al PP.
Precisamente en El Ejido, solo unas horas antes, el líder de Vox, Santiago Abascal, había rematado el órdago lanzado por su candidata, Macarena Olona. “Si tiene que haber un acuerdo con el PP, va a ser formando parte del Gobierno”, advirtió Abascal al PP, demostrando que no había marcha atrás. Vox presume de que no es como la “derechita cobarde”, en alusión al PP, que dice una cosa en campaña y hace luego lo contrario tras las elecciones. Abascal tiene a gala que cumple lo que dice, aunque perezca el mundo.
Acorralado por la extrema derecha, Feijóo pretende que sea el PSOE quien le salve del órdago de Vox, obviando los precedentes. En 2018, fueron los socialistas los que ganaron las elecciones, y Moreno Bonilla no se planteó una abstención, sino que les arrebató la Junta formando Gobierno con Ciudadanos. El líder del PP ignoró el pasado y trató este miércoles de sacudirse el muerto cuando los periodistas le preguntaron reiteradamente si su partido puede garantizar que no gobernará en coalición con Vox en Andalucía. Ninguna de las dos veces contestó a esa pregunta. En su lugar, respondió reclamando la abstención al PSOE. “Lo primero, entiendo yo, es que el PSOE nos dará una solución. Si el que gana las elecciones es el PP y el PSOE tiene la posibilidad de apoyar la investidura, ya no hay ningún comentario al respecto”, consideró Feijóo. “Si al PSOE le molesta tanto Vox, que lo acredite”, se zafó.
Sin embargo, el candidato del PP, Moreno Bonilla, había descartado solo unas horas antes que su jefe de filas un pacto con los socialistas. “Yo con el PSOE no voy a pactar porque además ya lo ha dicho el propio PSOE, que no se va a abstener bajo ningún concepto”, dijo el presidente andaluz desde Granada tirando de realismo. Los mensajes descoordinados entre Feijóo y Moreno Bonilla revelan que el PP tampoco tiene del todo claro qué hacer con la patata caliente.
Quien sí tiene claro que no se va a abstener es el PSOE. A no ser que el candidato socialista, Juan Espadas, se desdiga de lo que ha prometido 500 veces en la campaña. Lo ha dicho por tierra, mar y aire el socialista, en los dos debates electorales y en todas las entrevistas: no se abstendrá. “Se lo recordaré cuando se cuenten los votos y el PSOE sea el partido más votado para que Moreno no vuelva a hacer lo mismo que en 2018″, subrayó en Málaga este miércoles el candidato del PSOE una vez más. “Que empiecen rompiendo el pacto que tiene el PP con Vox en Castilla y León”, desafió al PP.
Debate en la izquierda
En la izquierda, no obstante, el debate sobre una posible abstención no está del todo cerrado. La cabeza de lista de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, abogó en una entrevista en EL PAÍS por abrir una reflexión sobre esa posibilidad, mientras la líder del espacio, Yolanda Díaz, ha defendido el cordón sanitario a Vox y no ha aclarado si sería partidaria de considerar una abstención. Y junto a Nieto, la secretaria general de CC OO, Nuria López, líder del sindicato mayoritario en Andalucía, apostó este miércoles por “darle un pensamiento” a la abstención, informa Lourdes Lucio. El debate, seguro, se intensificará tras los resultados del domingo.
A los resultados se agarran en el PP para confiar en que esta vez, a diferencia de Castilla y León, puede existir una salida al laberinto. La esperanza de los populares está en que el candidato conservador quedará muy cerca de la franja de los 50 escaños, según sus cálculos, a cinco de la mayoría absoluta y, sobre todo, a mucha distancia del PSOE y de Vox. En Castilla y León, en cambio, el escenario era otro, porque el PP pinchó con una victoria pírrica que le dejó a solo tres escaños de diferencia del PSOE (28 a 31) y a 18 de la extrema derecha. Según el sondeo de 40dB. para EL PAÍS, en Andalucía el PP podría estar ahora 15 escaños por encima del PSOE y 30 con respecto a Vox.
El PP cree que en ese caso Vox tendrá muy difícil mantener su órdago. “Con Juanma por encima de 48 diputados, ese órdago no es creíble en términos de opinión pública”, advierte un dirigente nacional. “Sería muy difícil de mantener y podría deteriorar a Vox en otras partes de España”, estiman en el PP. En ese escenario, los populares barajan que Moreno Bonilla se presentara al menos a una primera investidura sin un pacto con los ultras para tratar de retratar a Vox.
Pero por si acaso, ni Moreno Bonilla ni Feijóo descartan tajantemente una coalición con Vox. ¿Por qué? “Porque nadie ve una repetición electoral. Juanma no cierra la puerta al 100% porque entonces Vox te hace repetir las elecciones”, reconoce un dirigente del PP andaluz.
Los populares saben que su adversario en la derecha es duro de roer. El objetivo último de Abascal no es entrar en el ejecutivo andaluz, como tampoco lo era estar en el de Castilla y León, sino en el Gobierno de España, tras las próximas elecciones y en coalición con el PP. Según fuentes próximas a la dirección del partido, torcer ahora el brazo a Moreno y obligarle a aceptar a Vox como socio en Andalucía allana el camino para que Alberto Núñez Feijóo lo acabe asumiendo como compañero de Gobierno a nivel nacional.
Como en la mítica escena de la película Rebelde sin Causa (Nicholas Ray, 1955), los coches de Vox y el PP van a rodar hacia el abismo mientras avanza el cronómetro de la repetición electoral, pero Abascal asegura que él no será el primero en frenar.
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