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El PP busca una salida al órdago de Vox

Los populares estudian opciones para salir del laberinto en el que les mete la extrema derecha al exigir un Gobierno de coalición. La opción de un Ejecutivo conjunto con un pacto que salvaguarde políticas sociales está sobre la mesa

Macarena Olona, candidata de Vox, y Juan Manuel Moreno, del PP, en el segundo debate electoral, este lunes en Sevilla.
Macarena Olona, candidata de Vox, y Juan Manuel Moreno, del PP, en el segundo debate electoral, este lunes en Sevilla.alejandro ruesga
Elsa García de Blas

El reloj marcaba casi las once de la noche de este lunes cuando Macarena Olona desterró de un plumazo las esperanzas en el PP. La candidata de Vox llevaba muy preparado ese mensaje y miró al presidente de Andalucía fijamente para advertirle: “Quiero que lo recuerde, porque lo que Vox dice durante la campaña, Vox lo cumple después de las elecciones”. Juan Manuel Moreno Bonilla aguantaba con gesto impertérrito. “Si tan solo necesita un escaño de Vox”, prosiguió Olona, “si tan solo necesita una abstención de Vox para ser presidente, no lo va a ser si Vox no está dentro del Gobierno”. El aviso, lanzado de forma solemne en el segundo y último debate electoral hacia el 19-J, supuso un jarro de agua fría para el PP.

Los populares ya no pueden llevarse a engaño: la extrema derecha va a exigirles el peaje de un Gobierno conjunto, igual que en Castilla y León. El PP confía ahora en que Ciudadanos logre meter dos o tres escaños que les completen hasta rozar la mayoría absoluta y tratar de acorralar a Vox. Pero la opción de un Ejecutivo con la extrema derecha, con un pacto que salvaguarde las políticas sociales, también está sobre la mesa. Aunque Moreno Bonilla lo obviara una y otra vez durante el segundo y último debate televisado entre los seis candidatos.

Tras el órdago de Vox, el PP bulle buscando una salida al laberinto. Los populares no quieren otro Gobierno autonómico con la extrema derecha, que ya es un dolor de cabeza para Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León y que saben que compromete la estrategia de Alberto Núñez Feijóo para llegar a La Moncloa. Pero tienen pocas alternativas. “Te guste o no, cuando estos dicen una cosa, la cumplen. Lo que ha dicho Olona lo van a llevar a efecto hasta las últimas consecuencias”, analiza un dirigente del PP de Castilla y León que estuvo en la cocina de la negociación con los ultras y comprobó que no había manera de que se bajaran del burro. “Todo parece indicar que sea cual sea el resultado del domingo, vamos a un enfrentamiento PP-Vox”, anticipa. “Y eso solo puede terminar en un acuerdo o una ruptura. Por experiencia, Vox solo contempla que nosotros cedamos”.

Acuerdo o ruptura

¿Acuerdo o ruptura con Vox? Ese es el dilema que atraviesa al PP, sabiendo que es susto o muerte, porque la ruptura implicaría una repetición electoral de consecuencias inciertas. A falta de cinco días para las elecciones, en el cuartel general de campaña de Moreno Bonilla apuestan todo a una carambola de última hora. “La clave ahora no es el PP, sino Ciudadanos”, apuntan fuentes próximas al presidente andaluz. Si Cs saca “tres o cuatro escaños” y la suma les pone “en cincuenta y pico diputados”, calculan, entonces sería posible forzar a Vox a que no bloqueara la investidura de un candidato que se presenta rozando los 55 escaños de la mayoría absoluta. Esa es la primera opción que se baraja para tratar de sortear que Macarena Olona se convierta en vicepresidenta de Andalucía.

Pero ese escenario no está garantizado. Por un lado, porque está por ver que Cs no sea barrido del mapa como en Castilla y León ―donde logró un escaño― o Madrid ―donde quedó extraparlamentario―. Pero, por otro, nada garantiza que Vox ceda ante ese envite. “Si tan solo necesita un escaño de Vox...”, amenazó Olona durante el debate, tendrá que meterlos en el Gobierno.

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Lo que ni el presidente andaluz ni los principales dirigentes del PP llegan a contemplar en serio en privado es una repetición electoral. “El problema de repetir las elecciones es que no garantiza que el resultado elimine el problema de necesitar a Vox”, defiende un miembro de la cúpula de Feijóo. Andalucía podría repetir las elecciones y que la extrema derecha volviera a ser decisiva. Eso mismo le ocurrió a Pedro Sánchez en la repetición electoral de 2019 con Podemos. Al final, Pablo Iglesias logró doblarle el brazo y convertirse en su vicepresidente.

La posibilidad de un Gobierno de coalición con Vox está, por tanto, encima de la mesa en el cálculo de escenarios del PP, según las fuentes consultadas. El candidato, que ni en el debate electoral ni en la entrevista el pasado domingo en EL PAÍS descartó un pacto con Vox, sí tiene claro que sería firme y se negaría a pactar con la extrema derecha un retroceso en políticas sociales, como la lucha contra la violencia de género o contra el cambio climático, según fuentes de su entorno. Durante el debate, sin embargo, Moreno Bonilla evitó responder a las reiteradas peticiones de Olona y del candidato del PSOE para que desvelara con quién quiere pactar. Tampoco reveló que si tiene que hacer vicepresidenta a Olona planteará sus líneas rojas. El presidente andaluz tiene hilo directo con Santiago Abascal y cree que podría lograr un acuerdo sin las medidas más polémicas de Vox. Es, a juicio de muchos en el PP, la opción menos mala.

A Moreno Bonilla todavía podría salvarle la campana del voto útil, que se activa siempre en los últimos días de campaña. Necesita para eso que ni la ola de calor ni el exceso de confianza de los suyos por las buenas encuestas le resten apoyos. Aunque parezca mentira, también es un riesgo que los votantes se equivoquen al coger la papeleta. Son los efectos secundarios de jibarizar las siglas del PP en la campaña. Los populares tuvieron que difundir ayer un vídeo para recordar que si se quiere votar “a Juanma” hay que elegir la papeleta del PP. El problema es que su nombre no aparece en todas ellas, sino solo en la de Málaga, cuya lista encabeza. Y que la marca Juanma se ha desvinculado demasiado de la marca PP.

Los populares han colocado también carteles por las zonas costeras llamando a votar, teniendo en cuenta que el domingo se prevé un fantástico día de calor y playa. “Días de playa hay muchos, pero solo uno para seguir avanzando”, dicen las vallas publicitarias. A pesar de todo, en el cuartel general de campaña no temen una desmovilización general, porque detectan a su votante “muy activado”. Pero en los mensajes llaman a no confiarse, porque “hay que mantener tensos a los tuyos”, dicen en el PP, un clásico en las campañas electorales. Y porque todos los votos cuentan para tratar de escapar al nubarrón de Vox.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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