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¿Quién ha sido el ganador del debate de las elecciones de Andalucía?

Los candidatos Juan Espadas, Juan Manuel Moreno, Juan Marín, Inmaculada Nieto, Teresa Rodríguez y Macarena Olona han participado en el último cara a cara de la campaña del 19-J

De izquierda a derecha: Juan Manuel Moreno, Inmaculada Nieto, Juan Espadas, Macarena Olona, Juan Marín y Teresa Rodríguez.Foto: ALEJANDRO RUESGA | Vídeo: EPV/CANAL SUR
El País

Los seis candidatos a presidir la Junta de Andalucía ―Juan Espadas (PSOE), Juan Manuel Moreno (PP), Juan Marín (Cs), Inmaculada Nieto (Por Andalucía), Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) y Macarena Olona (Vox)— se enfrentaron en la noche del lunes en el segundo y definitivo debate de las elecciones de Andalucía, que se celebran el domingo, 19 junio. En un día en que las encuestas del EL PAÍS y el CIS, coincidían en dar una cómoda victoria al PP, aunque sin lograr la mayoría absoluta, los seis principales contendientes confrontaron sus ideas sobre políticas sociales, economía, empleo y política fiscal y gobernanza. Pero, ¿quién ganó el debate? Los profesores y politólogos de Agenda Pública Ignacio Molina, Ana Carmona, Dolors Canals, Javier Padilla, Gemma Ubasart y Juan Rodríguez Teruel dan su veredicto.

Juan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Valencia

Juan Rodríguez Teruel: “Gana Moreno y pierde Olona”

En un debate sin apenas margen para alterar el curso de la campaña, Moreno Bonilla era el candidato que más podía perder: venía con mejor imagen ciudadana, pero también con la incertidumbre respecto a los pactos con Vox. Ha logrado preservar lo primero y relegar lo otro a un segundo plano. Parece haber conseguido que ser el blanco de todos los ataques solo haya servido para darle centralidad, y ha conseguido parecer menos diferente del PSOE que de Vox.

Por el contrario, Macarena Olona era quien acudía más necesitada de dejar al presidente en evidencia: uno de cada tres votantes de Vox en las elecciones generales de 2019 podría pasar al PP, según el CIS. No parece que su escenificación pueda disipar ese riesgo, aunque ha mejorado respecto al primer debate. Queda la duda de si este desenlace le resultará inocuo o perderá por ello opciones de coalición o influencia con el PP.

Entre ambos, los candidatos de la izquierda no se verán muy beneficiados por el debate, pero tampoco les irá peor por él. Espadas puede haber dejado pasar una nueva oportunidad, aunque ello sea más por mérito de Moreno Bonilla que por demérito propio.

Esto puede ayudar especialmente a las candidatas a la izquierda del PSOE, que viniendo de muy atrás pueden haber utilizado el debate para movilizar parte de su electorado. Algo que no sucederá con Juan Marín, a pesar de hacer una defensa digna de su papel en la legislatura: nadie achacará al debate el hundimiento de Ciudadanos.
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Juan Rodríguez Teruel es profesor de Ciencia Política de la Universidad de Valencia
Gemma Ubasart

Gemma Ubasart: “Gana Ciudadanos y pierde Vox”

A Juan Marín, el líder de Ciudadanos, le sienta bien la reivindicación de la acción de gobierno. Se centra de manera destacada en el rendimiento de las consejerías naranjas, aunque esta defensa la hace también extensiva a todo el ejecutivo. Frente a una complicada perspectiva electoral, ha primado un posicionamiento en positivo y conciliador. Para un partido que se juega la supervivencia, ha sido la mejor puesta en escena.

Gana también el PP. Moreno, candidato a la reelección, muestra el perfil presidencial que ha dibujado durante toda la campaña. Ha recordado unas cuantas veces la complejidad de gobernar, poniendo en valor la gestión y la acción de gobierno. Pero no entra a debatir medidas concretas y esto puede acabarle restando fuerza en el último tramo de campaña.

Las izquierdas han hecho un digno papel. Inmaculada Nieto y Teresa Rodríguez funcionan bien como candidatas, son las que más han hablado de políticas públicas. Sin diferenciación programática entre ellas.

Macarena Olona, de Vox, ha arriesgado demasiado. Que en diversos momentos haya estado en el centro del debate no quiere decir que esto le rinda en votos: el 'punch' en el Congreso se desvanece en el tránsito a Andalucía. La apelación a la disyuntiva "élite contra pueblo" no es creíble por parte de una abogada del Estado. Cuando habla en nombre de “los andaluces” un elefante aparece en la habitación.

El otro perdedor es el PSOE: Juan Espadas queda desdibujado. Demasiado pegado al pasado y al Gobierno del Estado. Sin proyecto más allá del rechazo genérico a la derecha.
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Gemma Ubasart es profesora de Ciencia Política de la Universidad de Girona.
El ganador del Premo Comillas, Javier Padilla.

Javier Padilla: “Gana Moreno y pierde Olona”

El ganador ha sido Moreno Bonilla, en parte porque en un debate sin propuestas tiene las de ganar el candidato que va mejor en las encuestas. El popular ha proyectado una imagen moderada gracias a unas formas relajadas y al contraste con Olona. Bonilla ha ofrecido un perfil presidencial y no se ha tenido que mojar en temas importantes (sus malabarismos para evitar decir con quién quiere gobernar han sido meritorios, dignos del mago Houdini).

Por su parte, entre los partidos de izquierda, Teresa Rodríguez ha sido quien ha hecho más propuestas concretas y ha mostrado gran conocimiento de la situación andaluza, aunque a veces su mensaje se perdía entre muchos datos.

La perdedora es Macarena Olona, una candidata incomprensible desde el punto de vista electoral: su discurso contra las élites y el globalismo casa mal con su perfil matón y su tono condescendiente. Su problema no ha sido no ser andaluza, sino mostrar su ignorancia sobre la comunidad tan abiertamente: soltar amenazas veladas a los empleados públicos siendo abogada del Estado no es una táctica ganadora. Los mejores momentos del debate han sido cuando se miraban cómplices los otros candidatos ante las ocurrencias de Olona ("solo he conseguido mofas del resto de los candidatos", se quejaba al final). Que sea difícil tomarse en serio a Vox no hace que la formación de extrema derecha no afecte al debate: las interpelaciones a Olona han sido interminables y los candidatos de izquierda tendrían que haberse centrado más en Bonilla.
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Javier Padilla es doctorando en Ciencias Políticas en la Universidad de la Ciudad de Nueva York
Dolors Canals

Dolors Canals: “Gana Adelante Andalucía y pierde Unidas Podemos”

Aunque no ganará las elecciones autonómicas, el debate —si es que lo visto y oído fue un debate— lo ganó Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, por su presencia responsable, su serenidad respetuosa, sus numerosas propuestas acordes con la ideología de su organización política (de eso se trataba, ¿no?), defendidas con una claridad bien medida, incluso para referirse a su modelo de Estado. Actuó como auténtica candidata en sus interpelaciones a Juan Manuel Moreno quien, como presidente en funciones, respondió solo algunas sin moverse ni un ápice de esa cómoda, altiva y distante posición de sentirse un ganador que recrimina a sus contrincantes que no reconozcan credibilidad a su acción de gobierno.

Y, no, no ha perdido Vox. Su candidata cumplió con las expectativas, incluidas las de su actitud y su gesticulación insultantemente ensayadas. Tampoco perdió el PSOE, cuyo candidato defendió con soltura las políticas de su partido. Perdió Unidas Podemos. Sin una candidatura propia y tan solo visualizada en el debate por la presencia de Inma Nieto, portavoz del grupo parlamentario en Andalucía, ha perdido Unidas Podemos. Ni la referencia velada a Yolanda Díaz ha dado mayor protagonismo a la candidatura de la agrupación progresista, que no ha lucido lo deseable, dejándose arrastrar en ocasiones por un exceso de casuística en su relato, en ocasiones falto de propuestas políticas maduras para ser la agrupación Por Andalucía una alternativa con capacidad de incidir en la formación de gobierno en un momento complejo que requiere firmeza, concreción y solvencia en la arena política.
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Dolors Canals es profesora de Derecho Administrativo de la Universidad de Girona
Ana Carmona

Ana Carmona: “Gana Moreno, pierde Olona”

El vencedor del debate ha sido Juan Manuel Moreno. Instalado cómodamente en su papel de presidente de la Junta, se limitó a reeditar el guion aplicado en el encuentro anterior. Asumiendo un perfil bajo y en buena medida autocomplaciente, desarrolló su intervención a partir de dos ejes esenciales: por un lado, reivindicó los logros obtenidos por su Gobierno como fruto de sus méritos y, por otro, achacó la responsabilidad de los objetivos todavía no alcanzados al peso de la herencia socialista. Juan Marín, su socio en el Ejecutivo de coalición, volvió a desempeñar el rol de fiel escudero, defendiendo con empeño la gestión realizada al frente de la Junta.

Por su parte, Macarena Olona se situó como perdedora. A pesar de adoptar una actitud menos histriónica que en el debate precedente, no logró articular un discurso concreto en torno a cuestiones esenciales para Andalucía. Aferrada a los habituales lugares comunes discursivos de su partido, Olona dejó muy clara su intención de acceder al Gobierno andaluz y en un alarde de entusiasmo desmedido, incluso se permitió ofrecer a Moreno ser su vicepresidente.

En el flanco izquierdo, Juan Espadas hizo gala de una actitud proactiva, ofreciendo una imagen más decidida, aunque sin dejar de apelar a la contribución que el Gobierno de Pedro Sánchez ha prestado a los recientes avances de Andalucía. Inma Nieto volvió a mostrarse como una candidata serena, proyectando un discurso solvente que incorporó en su haber la acción política de Yolanda Díaz al frente del Ministerio de Trabajo. Teresa Rodríguez, una vez más, brilló con luz propia y puso de manifiesto su notable capacidad dialéctica.
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Ana Carmona es catedrática de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla
Ignacio Molina.

Ignacio Molina: “Ha ganado Moreno y ha perdido Olona”

En enero de 2019, cuando se procedía a investir a Moreno Bonilla como presidente de la Junta, la entonces candidata socialista, Susana Díaz, apoyó expresamente a los grupos que aquel día rodeaban el Parlamento protestando “contra la ultraderecha” y “el blanqueamiento del franquismo político”. Tres años y medio después, el desarrollo de este debate ha venido a demostrar cuán desubicado era —y cuán inofensivo es— ese marco que pretende presentar al líder popular como un ultra alejado del votante andaluz medio. Juan Manuel Moreno, con todos los sondeos a su favor, solo tenía que navegar en el griterío salvaguardando su figura de político moderado, institucional y cordial. Y eso es lo que ha hecho. Tampoco lo tenía muy complicado. Juan Espadas difícilmente puede ser creíble como un renovador del PSOE andaluz, un esforzado Juan Marín aspira en el mejor de los casos a obtener uno de los 109 escaños del Hospital de las Cinco Llagas y las dos candidatas más a la izquierda solo pueden ayudar a que el centroderecha saque todavía más ventaja con respecto a la oposición.

Quien ha perdido, en cambio, sería la candidata que más expectativas despertaba a priori: Macarena Olona, el fichaje cunero venido del Congreso de los Diputados para catapultar supuestamente a Vox y lograr bascular el debate en torno a su agenda radical populista (con la desdicha añadida de tener que criticar las políticas de cambio climático mientras los termómetros marcaban 40 grados a las once de una noche de primavera). Su histrionismo solo sirve para resaltar la imagen centrada de Moreno y el deseo mayoritario de que obtenga una ventaja suficiente para no tener que necesitarla para nada. También ella, como Inmaculada Nieto y Teresa Rodríguez, trabaja a favor del éxito renovado del actual presidente.
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Ignacio Molina es profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid

En el segundo debate electoral, la candidata de la ultraderecha, Macarena Olona, tendió la mano física y literalmente al líder popular, Juan Manuel Moreno, para formar gobierno, pero con una advertencia: “Si necesita un escaño o una abstención, no se la daremos si no entramos en el Gobierno”; el socialista Juan Espadas dio por hecho que el PP volverá a reeditar un acuerdo con el partido de Santiago Abascal. Moreno no dijo ni que sí, ni que no. Repitió el mantra de que quiere gobernar en solitario. Con esta apuesta, Olona pretende que no haya fugas de votos, sobre todo, de aquellos que en otras épocas cogieron a papeleta del PP y que este partido pretenden que ahora “vuelvan a casa”.

Este último debate puede ser clave para invertir o consolidar las tendencias. Las encuestas siguen favoreciendo al candidato del PP y presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno. La del CIS publicada el lunes otorga al líder popular una ventaja de hasta 12 puntos sobre el PSOE, pero seguiría dependiendo de Vox. Eso sí, el sondeo flash, que ofrece únicamente una estimación de voto sin reparto de escaños en el Parlamento andaluz, otorga a la suma de las izquierdas (37,7% al 43,9%) una intención de voto superior a la de los populares en solitario (35,2%-38,4%). Por su parte, la elaborada por 40dB. para EL PAÍS mantiene la tendencia observada en una primera oleada hace tres semanas, que augura que el PP ganará las elecciones con holgura, sumando hasta 48 escaños, superando, en este caso sí, a toda la izquierda. Segundo sería el PSOE, con 33 asientos, y la tercera fuerza sería Vox, con 18.

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