Cómo la buena reputación del candidato puede decantar el voto indeciso
La humildad es la cualidad más valorada en los líderes andaluces frente a su competencia, que es la más cuestionada, según un estudio que concluye que Moreno y Marín son los aspirantes a la Junta con más prestigio
La mayoría de los expertos coinciden en que los debates apenas influyen en la decisión del voto, pero en la campaña electoral andaluza, al ralentí y con un 30% de indecisos, quizás puedan operar como imán para atraer voluntades y votos. Consumido el primer cara a cara, los candidatos deberían profundizar en su reputación para el segundo debate, fijado para el próximo lunes. Porque, de acuerdo con el estudio sobre la reputación de los aspirantes a la Junta de Andalucía que este miércoles presenta la consultora especializada en posicionamiento de líderes, Thinking Heads, una buena reputación, apoyada en la confianza en el partido, determina que la probabilidad de votar a esa formación sea del 54,8%.
El estudio, realizado a partir de 900 entrevistas, concluye que los líderes andaluces con mejor reputación son el candidato del PP a la reelección, Juan Manuel Moreno, y su socio de Gobierno y aspirante por Ciudadanos, Juan Marín. Ninguno, sin embargo, supera los 60 puntos sobre 100, que es el umbral donde se encaja la buena reputación, aunque el líder popular es el que más se acerca (58,6), con ocho puntos por encima de Marín (50). Rozando esa cifra (49,38), le sigue la cabeza de lista de Por Andalucía, Inmaculada Nieto. El aspirante socialista, Juan Espadas, tiene 47,37 puntos y la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, obtiene 43,78. La peor valorada es la candidata de Vox, Macarena Olona, (40,60), a 18 puntos de Moreno, lo que, de acuerdo con el informe, evidencia “la amplia variación de los perfiles reputacionales” de los líderes andaluces.
La reputación se compone de una amalgama heterogénea de cualidades con los que la gente se forma una opinión sobre una persona, que los analistas de Thinking Heads desligan en dos: reputación emocional y racional. En la primera se mide la admiración y el respeto que suscitan los candidatos; la confianza que inspiran y su credibilidad. En la racional, entran en juego la competencia, la humanidad, la integridad y el liderazgo. Sin embargo, el peso de cada uno de estos atributos a la hora de cimentar esa admiración no es equitativo. Por ejemplo, la dimensión más valorada por los encuestados es la humanidad, pero es la que menos peso tiene a la hora de medir la reputación. La competencia es en la que todos tienen peores notas, pero es la que más cuenta a la hora de construir el prestigio.
Los candidatos andaluces obtienen mejores valoraciones en su reputación racional que en la emocional, una distancia que es mucho más acusada en las candidatas de las coaliciones de izquierdas. El único que escapa a esa tendencia es Moreno, el más equilibrado. “Cuanto mayor es la diferencia entre ambas, más vulnerable es la reputación de un candidato”, señala el estudio, aunque puntualiza que lo conveniente es que “cuente con pilares racionales fuertes”.
Por lo general, los atributos más valorados en los líderes andaluces son la accesibilidad y la buena voluntad y donde más críticas reciben es en su capacidad de gestión. En Moreno, la cualidad más valorada es su humanidad (60,78), que es la que menos peso tiene (un 23,51% sobre el total) y la peor valorada es su integridad (56,96), que, sin embargo, es la dimensión más importante (27,26%); Marín coincide también en la humanidad y la integridad como sus puntos fuerte y débil, respectivamente, según la percepción de los encuestados. Espadas sufre penalización a nivel emocional por la baja valoración de su credibilidad, que es lo que más pesa en su perfil, y destaca, también, su humanidad. La admiración y el respeto es lo que más valoran los entrevistados de Rodríguez, que cojea en cuanto a competencia. La humildad es también lo que más se destaca de Nieto y la competencia lo que menos. El perfil reputacional de Olona presenta muchas más aristas. A nivel emocional le penaliza la confianza y en el racional, el reconocimiento de su liderazgo se contrapone su poca valoración en cuanto a competencia.
Determinar las cualidades y carencias que marcan la percepción que los ciudadanos tienen de sus candidatos es esencial a la hora de detectar y apelar a las diferentes expectativas de los votantes, que son distintas en función de su ideología y “pueden suponer un hecho diferencial” a la hora de decantarse por un candidato u otro. De acuerdo con el estudio, las principales preocupaciones de los simpatizantes de la izquierda y del centroizquierda son la sanidad, la economía y el medioambiente, mientras que en el espectro de la derecha y el centroderecha la economía está por encima de la sanidad y la reducción de impuestos ocupa el tercer lugar.
El sondeo recoge que los votantes de Moreno están más interesados en el empleo y el apoyo a las pymes, los de Marín y Espadas priman más la economía y el empleo. Los de Olona se centran en la reducción de impuestos y la inmigración.
En una comparativa en la que se pondera el atractivo del líder del PP con el de sus principales rivales, del PSOE y Vox, el estudio arroja las siguientes previsiones sobre en qué casos y hacia quién se decantaría el voto de un indeciso. Entre Moreno y el candidato socialista, sería más probable que quien no tenga decidido a quién votar, escogiera la papeleta del PP en temas de economía y empleo, inmigración, seguridad ciudadana, salud y jóvenes y ayudas a empresas y autónomos. Metería la del PSOE si su interés pivota sobre la integración social del colectivo LGTBI, la protección del medio ambiente, la igualdad y la mujer y la educación. Unos parámetros que cobran importancia si atendemos a la transferencia de voto entre el PSOE y el PP del 16,6% que recoge el estudio.
Entre el líder del PP y la de Vox, el indeciso apoyaría a Moreno si pondera en su voto la igualdad de género, los problemas de los jóvenes, la sanidad, la economía y el empleo y las ayudas a los autónomos. Si su preocupación es la inmigración o la educación, se decantaría por Olona, de acuerdo con el estudio. Afinar en como se trabaja esa percepción puede ser vital entre ambas formaciones, donde el trasvase de votos es equilibrado. Mientras el 13% de votos del PP pasa a Vox, el 11% hace el camino inverso.
Las siglas sí importan
La reputación por sí sola, sin embargo, no tiene un impacto tan determinante en la intención de voto, advierte el estudio. Además de la buena opinión o el grado de empatía que genere un candidato, la confianza en la marca de la formación es determinante. La reputación por sí sola conforma el 20% del impacto directo y el 64% tiene que ver con la mejora en la confianza del partido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.