Hostelería y servicios se quedan fuera de las ayudas a negocios afectados por las obras de la Zona de Bajas Emisiones de Castellón
El ayuntamiento justifica que la urgencia obliga a focalizarla en el sector comercial
Dina, propietaria desde hace 23 años del estudio de tatuaje Acero y Piel, en la céntrica calle San Félix de Castellón, ha perdido en seis meses el 70% de su clientela por las obras en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). “Cuando la gente no tiene facilidades para moverse, deja de venir”, lamenta. Sin embargo, no podrá optar a las ayudas para compensar el lucro cesante derivado de las dificultades de acceso al local, cuando los comercios sí podrán hacerlo aunque se encuentren fuera del ámbito afectado por las obras.
La convocatoria de ayudas lanzada desde el ayuntamiento de Castellón para paliar estas pérdidas excluye de las mismas a los establecimientos del sector servicios y hostelería. Solo incluye al comercio minorista con un máximo de diez empleados. El montante total es de dos millones de euros, y prevé paliar el citado lucro cesante “a partir del 20%, en las ventas del primer semestre de 2024″. Un porcentaje que rebasa con creces el negocio de Dina. “Siete de cada diez clientes ha dejado de venir, pues muchos vienen de fuera, de localidades vecinas, y no se conocen el centro, así que cuando ven trabas… Conozco bien la trayectoria de mi negocio, en septiembre cumpliremos 23 años; en verano es cuando más trabajamos, y comparándolo con otros, la afección es grande”, matiza.
La concejalía de comercio ha reconocido ante las entidades de comerciantes, según indican estas, las “prisas” a la hora de redactar la convocatoria de ayudas, que sí permite optar a las mismas a comercios de la ciudad ubicados en zonas externas al perímetro de las obras. Desde los colectivos indican que han sido emplazados desde los grupos de la oposición a una reunión el 19 de agosto para valorar la situación e intentar ampliar el ratio de establecimientos beneficiarios.
“Nos han comentado que se redactó la convocatoria muy rápido para dar solución a las pérdidas sufridas por las obras, pero nuestra reivindicación es que se incluyan en ellas a todos los negocios de la zona, que estas ayudas sean para todo el mundo que se ha visto afectado”, indica la presidenta de la Associació Comerços del Raval, Mariló Gozalbo.
Desde el área de comercio, que dirige Alberto Vidal (Vox), inciden en que se trata de un paquete de “medidas urgentes que, para sacarlas este año, se ha tenido que focalizar en el comercio como tal, puesto que los servicios no son competencia municipal, aunque algunos ya poseen ayudas como la exención de tasas para la hostelería. Estudiaremos otras medidas de cara al año que viene en el que puedan beneficiarse también los establecimientos que ofrecen servicios”, ha dicho Vidal.
La convocatoria cita, dentro del listado de establecimientos que pueden solicitar las ayudas, a aquellos que “ejerzan su actividad en el término municipal de Castellón”. “Por ello, una tienda del Grau puede pedir estas ayudas, aunque esté a varios kilómetros de la zona de las obras, pero un bar de la plaza Clavé que tiene a los obreros en la puerta, no”, denuncian los propietarios de negocios en la zona del Raval, “donde tenemos obras 24/7 desde marzo”, recuerda Mariló Gozalbo.
Las mismas bases incluyen a los comercios que se dediquen a áreas como el calzado, el textil, ropa íntima y moda, farmacia, perfumería, menaje y ferretería, mobiliario, librerías y kioscos, alimentación, juguetes o vehículos, entre otros, indica el texto. Nada se dice de las peluquerías, centros de estética, clínicas de fisioterapia, dentistas o bares.
En el caso de Cristofer Carceller, propietario del centro de masajes Sporterapia, las obras no han minado la clientela, pero incide en que la afección de la ZBE sobre su negocio, que ahora mismo se queda fuera de las ayudas, es patente. “Me cambié de local hace un año, y el traslado ha mejorado mi negocio; pero las obras están deteriorando el revestimiento de una fachada completamente nueva; la limpieza ha de ser constante porque no para de entrar suciedad y polvo; y muchos clientes llegan tarde por las dificultades de aparcamiento, por lo que el horario se alarga cada día ya que el servicio has de darlo igualmente”, dice. “Y esta otra afección no se tiene en cuenta en la convocatoria de ayudas. Salvo la caída de clientes del primer mes de obras, yo no puedo acreditar esas pérdidas del 20%, pero es evidente que la ZBE me está afectando”, añade.
La Zona de Bajas Emisiones es una actuación enmarcada en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado con los fondos europeos Next Generation. Persigue restringir el tráfico rodado en el centro de la capital de la Plana, sobre un área de alrededor de 745.000 metros cuadrados, así como aumentar las zonas verdes e implementar nuevos espacios de aparcamiento. Deberá estar finalizada el 31 de diciembre de 2025.
Desde el ayuntamiento afirman que las obras de la Zona de Bajas Emisiones se están desarrollando “cumpliendo con los plazos establecidos o incluso, en lugares como la calle Navarra, adelantando en tres meses las previsiones”. En septiembre se asfaltarán las calles Luis Vives y Temprado, la calle San Félix y el cruce de la Plaza Clavé y San Luis. También se procederá al asfaltado de la fase 1 de la calle Trinidad, que contempla el tramo desde la Puerta del Sol hasta la calle Fola.
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