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Eduardo Zaplana, ante el juez: “Nunca jamás he tenido dinero en el extranjero”

El expresidente valenciano niega el cobro de comisiones ilegales durante el juicio del ‘caso Erial’, en el que se le acusa de prevaricación, falsedad, cohecho y blanqueo

El exministro y expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, a su llegada a la Audiencia de Valencia donde una mujer le ha recriminado que no hiciera la cola para acceder al recinto.
El exministro y expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, a su llegada a la Audiencia de Valencia donde una mujer le ha recriminado que no hiciera la cola para acceder al recinto.Biel Aliño (EFE)
María Fabra

La declaración del expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, este martes ante el tribunal de la Audiencia de Valencia ha sido una constante negativa, hilvanada con respuestas como estas: “Nunca jamás he tenido dinero en el extranjero”; “jamás me dediqué a saber qué empresas eran las adjudicatarias de concursos públicos”; “no conozco las sociedades investigadas ni tengo relación con ellas”; “nunca he hecho negocios con Francisco Grau, Joaquín Barceló o Fernando Belhot [supuestos testaferros]”. El exdirigente del PP ha tratado de zafarse de las acusaciones del fiscal Anticorrupción, que le considera artífice de una trama que recibió presuntamente 20 millones de euros en comisiones ilegales por las adjudicaciones de los parques de energía eólica y las estaciones de inspección técnica de vehículos (ITV) tramitados por el Gobierno valenciano cuando él lo presidía.

El juicio del llamado caso Erial celebra este martes una de las sesiones más relevantes con la declaración de Zaplana, casi seis años después de que fuera detenido por su presunta participación en una trama para el cobro de comisiones ilegales. Se enfrenta a una petición de 19 años de cárcel por los presuntos delitos de prevaricación, falsedad, cohecho y blanqueo.

La duda sobre cuál sería el testimonio del expresidente se ha disipado apenas 10 minutos después de iniciarse la sesión. “¿Usted ha sido político profesional?”, ha preguntado el representante de la Fiscalía Anticorrupción. “Sí, he sido político”, ha contestado él. A partir de ese momento ha seguido respondiendo a todas las preguntas pero con una única tesis: solo sabe de los negocios de la supuesta trama por la lectura del sumario y los documentos que se le incautaron nada tienen que ver con él sino con sus amigos. En esos escritos, interceptados en su maletín en el propio momento de la detención, y durante los registros ordenados por el juez, figuran los nombres y la operativa de algunas de las empresas acusadas de sacar y reintroducir el dinero en España. Sin embargo, Zaplana ha asegurado que se trata de documentos que le le fueron entregados por sus amigos, con el único fin de recibir consejo y no porque fuera partícipe del entramado. Incluso, en algún caso, adujo que estos fueron olvidados en su coche: “Me acuerdo perfectamente”, ha dicho. En el caso de las cuestiones más peliagudas, la respuesta al fiscal ha sido: “No le doy la trascendencia que le da usted”.

El exministro y expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, a su llegada a la Audiencia de Valencia para declarar en el 'caso Erial', este martes.
El exministro y expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, a su llegada a la Audiencia de Valencia para declarar en el 'caso Erial', este martes.Mònica Torres

Eduardo Zaplana ha ido contestando a cada una de las preguntas argumentando que tanto la propiedad de un barco como el disfrute gratuito de cruceros y vuelos en avioneta que forman parte del sumario se deben a sus amigos. Entre ellos se encuentra Joaquín Barceló, que declarará este miércoles, cuando se desvelará si ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía, un pacto de conformidad que podrían haber alcanzado también otros de los supuestos cómplices del exministro. De hecho, su letrado ha intentado que esta misma mañana se desvelara si existen esos acuerdos y ha pedido que Zaplana declarara después de ellos. “Aunque formalmente no ha habido ninguna conformidad, parece que es de dominio público que hay un acuerdo con alguno de los acusados”, ha dicho el abogado antes de pedir que el exdirigente del PP declarara en último lugar. La petición ha sido desoída por el tribunal.

Parte del interrogatorio ha estado centrado en uno de los pisos en los que Zaplana vivió en Madrid y que figura a nombre de la mercantil Costera del Glorio, de la que, según Anticorrupción, el acusado formaba parte. En su declaración, ha vuelto a recurrir a su amistad con Barceló, al que la acusación señala como testaferro del exministro. “Me lo dejó porque éramos amigos”, ha dicho. Y en esa relación ha justificado también el conocimiento de los negocios de Barceló que, según el fiscal, son negocios del propio Eduardo Zaplana.

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Una de las principales bazas de la acusación es el testimonio de Fernando Belhot, el abogado uruguayo que se encargó de la “optimización fiscal” de los activos del entramado y que entregó 6,7 millones de euros a la oficina de recuperación de activos (ORGA) que, supuestamente, forman parte de los 20 millones que Anticorrupción cree que se recibieron fraudulentamente. El expresidente de la Generalitat Valenciana ha tratado de cuestionar la reputación de este abogado sobre quien, en cualquier caso, ha admitido que no le tiene “ni confianza ni simpatía”.

Sorpresivamente, el letrado de Eduardo Zaplana ha decidido no formular ninguna pregunta a su defendido, dado el “extenso y clarificador” interrogatorio del fiscal, ha dicho.

A la entrada a la Ciudad de la Justicia, el expresidente valenciano se ha enfrentado a los gritos de una mujer que lo ha acusado de “ladrón”, ha reclamado prisión para el expresidente y lo ha retado a decir “dónde está el dinero de los valencianos”.

Según la investigación, Eduardo Zaplana lideró una trama en la que implicó a personas de su entera confianza para cobrar comisiones, blanquearlas y hacer regresar a España esos beneficios desde paraísos fiscales, según acusa Anticorrupción, que eleva a 20,6 millones de euros el dinero que movió la organización. Para el retorno a España de ese dinero, la red diseñó “una estructura societaria encargada de recoger los fondos delictivos y transformarlos a través de diferentes mecanismos que tienen por objetivo ocultar el origen de los mismos y su titularidad para introducir el metálico en el circuito financiero aprovechándose la organización de las ganancias ilegalmente obtenidas”, según la Fiscalía.

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