Víctimas del incendio de la torre Grenfell en Londres visitan Valencia: “Es la misma tragedia por la que habíamos pasado”
Afectados por el fuego del edificio británico, que causó 72 muertos en 2017, se desplazan a Campanar para solidarizarse con los damnificados de un siniestro muy similar y contar su experiencia
Una representación de los afectados del incendio de la torre Grenfell, que causó 72 muertos en Londres en 2017, se ha desplazado este lunes a Valencia en solidaridad con los afectados por el fuego en un edificio del barrio de Campanar, que provocó 10 muertos el pasado jueves, y para compartir su dura experiencia. En el Reino Unido, las similitudes entre ambos siniestros han sido subrayadas durante estos días porque en ambos casos las llamas se extendieron a gran velocidad por el revestimiento de la fachada, “como si fuera una antorcha”, han descrito testigos de ambos sucesos. La comitiva, formada por tres afectados londinenses y dos milaneses (en Italia, otro edificio ardió en 2021 del mismo modo), no dudaron en visitar Valencia en el instante en que vieron los vídeos del incendio que acabó con 138 viviendas. “Es la misma tragedia por la que habíamos pasado y se estaba repitiendo”, señala a este periódico uno de los integrantes, mientras que el resto asiente. “Nada se quema como este revestimiento”, indica la portavoz de los afectados británicos, Kimi Zabihyan, que afirma llevar “seis años escuchando a los expertos”.
Tras el siniestro del rascacielos Grenfell, de 67 metros de altura y que empezó a construirse en 1972, el Reino Unido prohibió en 2018, un año después del incendio, el uso del aluminium matrix composite (AMC), resinas compuestas de materiales sintéticos. La normativa, sin carácter retroactivo, cubre a los edificios de más de 18 metros de altura. El Gobierno británico anunció una inversión de 5.844 millones de euros para revisar y modificar 600 edificios públicos que contenían el citado revestimiento antes de la promulgación de la ley. Las promociones privadas, sin embargo, no han hecho lo mismo. “Las empresas privadas tendrían que asumir el coste de reemplazar el revestimiento”, propone la portavoz. Hay que “empezar a vigilar ese tipo de material y eliminarlo de todas partes como sea posible. No podemos trasladar el problema de una ciudad a otra”.
La investigación en Valencia está restringida por el secreto del sumario, por lo que no habrá certeza sobre el material que recubría la infraestructura hasta que terminen las pesquisas. Los afectados de Londres y Milán llegados a Valencia evidencian ciertas similitudes en los incendios que vivieron y los vídeos que han analizado de la tragedia en Campanar. “Se derrite la fachada y comienzan a caer como gotas de fuego”, describe un miembro del grupo, antes de que otro añada: “Genera mucho calor y se prende como si fuera una antorcha”. Una de las primeras sensaciones que percibieron durante la visita a Campanar fue que “huele igual”, en referencia al olor a plástico quemado que aún flota, espeso, alrededor del bloque ennegrecido, cinco días después de la emergencia.
Tan pronto como se bajaron del avión, cogieron un taxi hacia el lugar de la tragedia. Llegaron arrastrando las maletas y cargando una ofrenda floral para las víctimas mortales del siniestro. Hamid Ali Jafari también ha traído desde Londres el retrato de su padre, que murió en el incendio de 2017. “Llevamos seis años y medio haciendo campaña, porque estos revestimientos son un peligro”, ha dicho el hombre en alusión a la fachada inflamable. “Cuando me enteré de que había vuelto a pasar en España y que algunas personas habían perdido la vida, me dije: ’La gente no ha aprendido la lección de Grenfell”.
En Londres, el incendio ocurrió cerca de la una de la madrugada. La mayoría de personas dormía. 168 de ellas bajaron solas, así que solo quedaron 101 dentro de la torre, de las que murieron 79. En el edificio de Valencia, el incendio se declaró sobre las 17.30, por lo que buena parte de los más de 400 residentes no estaban en sus viviendas. Los afectados han sido muy críticos con la actuación de los bomberos británicos por provocar “muertes innecesarias”, al impedir la evacuación del edificio a algunos residentes, como indican ciertos protocolos de actuación, de la misma forma que ha ocurrido en Campanar.
Susan, una de las víctimas de Grenfell, perdió a seis miembros de su familia, entre ellos su madre y su hermana. Seis años después de la tragedia, ha decidido narrar su testimonio por primera vez desde aquella noche del 14 de junio. Titubea, pero Kimi la anima: “Es importante que la gente sepa como algo tan devastador puede cambiarlo todo”. Susan traga saliva, carraspea y empieza: “El trauma es algo muy difícil, implica un esfuerzo en la salud mental y física. Un día puedo decir que sí, y al día siguiente puedo decir que no puedo superarlo”. Los supervivientes del incendio de Londres negociaron un paquete de indemnizaciones que ascendió a un total de 175 millones de euros, pagados por el Gobierno británico y las empresas que participaron en la remodelación y modernización del edificio.
Legislación comunitaria
La comitiva incide en el grave problema de que Europa no comparta una legislación comunitaria sobre el uso de materiales inflamables en la construcción. Stefano Plebani, que se quedó sin casa en Milán, afirma que el mensaje más importante que quiere transmitir a los valencianos es que hay que “empezar a vigilar ese tipo de material y eliminarlo de todas partes como sea posible. No podemos trasladar el problema de una ciudad a otra”. El grupo de extranjeros se ha reunido con el Ayuntamiento de Valencia (PP-Vox) en el edificio de la Tabacalera, donde se ha habilitado una oficina de asistencia a los afectados de Campanar, con quienes también tienen la intención de reunirse.
En Milán, aunque no hubo fallecidos, los damnificados se han quedado “en la ruina”, como dice Mirko Berti, el italiano que vio arder el piso en el que había gastado todos sus ahorros, durante el incendio de la Torre dei Moro en 2021. “Perdí toda mi vida porque tengo 60 años y [ahora] no tengo nada. Solo tengo una camiseta, un par de zapatillas y unos jeans”, se lamenta. Ha tenido que pagar la hipoteca del inmueble calcinado, al tiempo que costeaba un nuevo techo para vivir, el papeleo de los documentos quemados, los hoteles durante la contingencia tras el incendio y hasta la demolición de las ruinas. “Muchos estamos viviendo todavía con nuestros padres”, ilustra Plebani. Los afectados han aplaudido la “notable” reacción de las autoridades en Valencia, que consideran diametralmente opuesta a la actuación de sus gobiernos. Advierten, eso sí, que la lucha será larga.
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