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Sanidad consuma una “reversión ordenada y tranquila” del departamento de salud de Dénia

El consejero Marciano Gómez anuncia que aumentará la plantilla en 300 trabajadores y que quedan “bastantes” liquidaciones pendientes para saber la deuda contraída por Ribera Salud

Trabajadores y usuarios en los pasillos de acceso a las consultas externas del Hospital de Dénia en 2009.
Trabajadores y usuarios en los pasillos de acceso a las consultas externas del Hospital de Dénia en 2009.natxo francés (EL PAÍS)
Rafa Burgos

El departamento de salud de Dénia, que durante 15 años ha gestionado Marina Salud en régimen de concesión administrativa, ha pasado este jueves a manos de la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana. Acaba así un contrato firmado en 2009 que el gobierno del Botànic (el tripartito de PSOE, Compromís y Podemos) decidió no prorrogar en los cinco años más que contemplaba la negociación, una propuesta respetada el actual Consell, formado por PP y Vox. De esta forma, los cerca de 1.400 trabajadores que integraban el departamento, encabezado por el Hospital de Dénia, pasarán a tener nómina pública, a los que se sumarán unos 300 más, según ha anunciado el consejero de Sanidad, Marciano Gómez. La reversión se ha producido con “normalidad”, ha declarado Gómez, y sin más incidencias que las 60 urgencias que se han atendido entre las 20 horas de este miércoles y las 8 horas de la mañana de este jueves, “y sin ningún parto”. Algo que contrasta, primero, con las polémicas que estallaron en los departamentos de La Ribera, el que dio nombre al sistema concesionario, el modelo Alzira, y Torrevieja, en los que Ribera Salud trató de entorpecer hasta el último momento la transición. Y, segundo, con las continuas protestas generadas por el servicio que prestaba la concesionaria, que llevó a los alcaldes de la comarca, de todos los grupos políticos, incluido el PP, a elevar quejas ante la administración autonómica.

Con el cambio de titularidad, el modelo de gestión público-privada impulsado por el expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana y el actual presidente de Ribera Salud, Alberto de Rosa, con un intenso apoyo ideológico del actual consejero, se diluye en la Comunidad Valenciana. Tras las reversiones de Alzira, Torrevieja y Dénia, solo quedan en funcionamiento los departamentos de Manises, cuyo contrato no se va a prorrogar, tal como avanzó Gómez, y el del Vinalopó (Elche), que cumple los plazos fijados en el contrato el 31 de mayo de 2025 y que “si todo funciona con los indicadores y dentro de los parámetros actuales”, aseguran fuentes de Sanidad, “se prorrogará”.

El titular del gabinete sanitario, que ha visitado esta mañana el hospital dianense, antes de reunirse con los alcaldes de la comarca en el Ayuntamiento de Xàbia para explicarles la situación, ha destacado la labor ejercida por los trabajadores de este departamento, que atiende a 187.000 personas. Gómez califica la reversión de “ordenada, segura, rigurosa y tranquila” y anuncia la contratación de más de 300 empleados que se sumarán a los 1.300 subrogados, además de su intención de “fortalecer la atención primaria”. En cuanto a la plantilla del laboratorio, servicio externalizado por la empresa gestora, indica que “si el marco normativo permite que se reintegren” como personal público, “lo haremos”.

Del proceso de transición iniciado, Gómez subraya que todavía “quedan por cerrar bastantes liquidaciones” económicas, a las que está obligada por contrato la concesionaria, e insiste en que no condonará la deuda dejada por Marina Salud: “Ni un euro que sea de los valencianos dejará de ser de los valencianos”. En esa negociación, Sanidad “pondrá sobre la mesa” la construcción de un segundo centro de salud en Dénia y la ampliación del de Calp, que la gestora nunca acometió, pese a constar en el contrato. Finalmente, ha anunciado un decreto que “ya se encuentra muy avanzado” por el que su consejería llevará a cabo “una reorganización geográfica de los departamentos”, que quedarán “amparados por una agrupación interdepartamental” que podrá “distribuir de manera puntual al personal” para cubrir huecos que queden en las diferentes áreas sanitarias.

Para el diputado autonómico de Compromís, Carles Esteve, la reversión de Dénia “deja entrever el final de una manera de hacer” en política sanitaria. “Que el PP asuma la hoja de ruta emprendida por el Botànic”, continúa, “deja claro que el modelo de concesiones está agotado y ha fracasado”. Asegura que las liquidaciones están calculadas hasta 2020 y que la deuda completa de Ribera Salud con Sanidad ronda “los 60,8 millones de euros”, a los que habría que sumar “unos 50 millones más” de los ejercicios de 2021 a 2023, según sus cálculos. “Confiamos en que no se condone ni un euros de esa deuda de unos 120 millones”, dice Esteve, preocupado porque el Consell haya llegado a ese acuerdo con la concesionaria. “Venimos de un catálogo de 90 juicios en el total de departamentos”, recuerda el diputado de Compromís, “y llama la atención que en la primera reversión liderada por la derecha no haya habido ningún problema”. Su grupo político sostiene que Sanidad ha perdonado 46 millones a Sanitas en Manises, aunque desde el gabinete autonómico apuntan que es una sentencia del Tribunal Supremo la que dio la razón a la aseguradora privada en este asunto.

Por su parte, el portavoz socialista de Sanidad en les Corts Valencianes, Rafa Simó, ha celebrado “un buen día para los que queremos una sanidad 100% pública”. “Gracias a las tramitaciones impulsadas por el Gobierno de Ximo Puig”, prosigue, “[el presidente Carlos] Mazón no ha tenido alternativa a anteponer el servicio público a la oportunidad de negocio”. Para Simó, “los señores que quieren hacer negocio con la sanidad han vuelto a perder”. También anuncia que seguirán reivindicando la reversión del departamento del Vinalopó: “Esto aún no ha acabado”, sentencia. La responsable de personal a extinguir y reversiones de concesiones hospitalarias del sindicato CCOO, Belén Doménech, también incide en que “los profesionales del departamento de Dénia estaban deseando que llegara este día”.

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La representante sindical afirma que vigilarán que Gómez cumpla su promesa de ampliación de plantilla y que pelearán por “la homogenización de las condiciones laborales de la plantilla”, para que “todos los trabajadores tengan los mismos derechos que el personal de Sanidad”. No obstante, no comparte “que no se integre el personal del laboratorio que, a su juicio, “debe volver a la concesión” después de que fuera externalizado por Ribera Salud. Por último, Doménech manifiesta que el consejero “ha dicho que invertirá en infraestructuras y tecnología”, pero que desconocen “la dotación presupuestaria que se destinará”.

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