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PP y Vox chocan de nuevo en la Generalitat: del “fanatismo climático” al “creemos en la Agenda 2030″

Tras la violencia machista y el valenciano, el cambio climático enfrenta al Consell

Imagen de una reunión del Consell de la Generalitat, presidido por Carlos Mazón.
Imagen de una reunión del Consell de la Generalitat, presidido por Carlos Mazón.JOAQUIN DE HARO RODRIGUEZ
María Fabra

Tres son las áreas que el PP cedió a Vox para poder contar con sus votos en la investidura de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat: Cultura, Justicia y Agricultura. Y tres son ya las colisiones de otras tantas temáticas (una por cartera) que ambos partidos han tenido cuando aún no se han cumplido los 100 primeros días del gobierno de coalición. La última ha sido la iniciada por el consejero de Agricultura, José Luis Aguirre (Vox), quien, desde la tribuna de las Cortes y en su primera comparecencia como responsable de la cartera, el jueves cargó contra lo que calificó de “fanatismo climático” y la “perversa” Agenda 2030 que, según dijo, surge de “las élites globalistas”.

La respuesta al planteamiento negacionista que pregona la ultraderecha llegó ayer de boca de la portavoz del Gobierno, Ruth Merino: “El cambio climático existe y el Consell cree en la Agenda 2030″, dijo sin ambages. “Y no pertenecemos a ninguna élite globalista”, añadió para después asegurar que las medidas que adoptará el Consell serán medidas sostenibles “sin fanatismos ni de uno ni de otro lado”, tal como dijo.

Al ser cuestionada sobre cómo va a gestionar el Gobierno valenciano las evidentes discrepancias que tanto criticaron durante las legislaturas en las que gobernó el Botànic (PSPV, Compromís y Podem), Ruth Merino mantuvo que estas no existen: “No tenemos porqué estar de acuerdo al 100%, pero no existe fricción a la hora de acción de gobierno ni disputas que hagan que se retrasen medias. Trabajamos en equipo y somos un único gobierno”, manifestó y dijo respetar los discursos parlamentarios “como parte de una forma de explicar su hoja de ruta pero de ahí a generalizar que somos sumisos o de las élites globalistas, no”.

El choque por el diferente criterio que PP y Vox tienen respecto al medio ambiente llegó después de que ambos partidos hayan expuesto también desacuerdos en temas como la violencia machista y la autoridad académica respecto al valenciano.

Al día siguiente de que se dieran a conocer las carteras que el PP cedía a la ultraderecha, a mediados de junio, y antes de que se conocieran los nombres de quiénes ocuparían la de Justicia y la de Agricultura, el diputado autonómico de Vox por Valencia José María Llanos afirmó: “La violencia de género no existe, la violencia machista no existe”. El PP, incluido el líder nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo, tuvo que salir en tromba a enmendar esas palabras: “La violencia de género existe y cada asesinato de una mujer nos conmociona como sociedad. Desde el Partido Popular no daremos ni un paso atrás en la lucha contra esta lacra. No vamos a renunciar a nuestros principios, cueste lo que nos cueste”, mantuvo Feijóo. Sin embargo, tres meses después, los populares sacaron adelante en las Cortes Valencianas una propuesta para eliminar el término “violencia machista” de la pancarta que la institución esgrime en los minutos de silencio tras los crímenes contra las mujeres después de que los diputados de Vox decidieran acudir a estos homenajes pero apartados de la pancarta. Así, ahora, en la protesta “oficial”, aparece el lema “No a la violencia contra las mujeres”, lo que ha supuesto que, en el último minuto de silencio se desplegaran dos pancartas con el PP y Vox a un lado los diputados socialistas y los de Compromís en otro.

La polémica sobre la cartera de Cultura no llegó de la mano de su responsable, Vicente Barrera, aunque sí será él quien ejecute las intenciones de Vox. El conflicto llegó de la mano de la consejería de Agricultura y de la presidencia de las Cortes, también en manos de la ultraderecha, que abogaron por el uso de un valenciano ajeno al normativo. El propio Carlos Mazón tuvo que intervenir entonces para reconocer a la Acadèmica Valenciana de la Llengua (AVL) como único organismo competente en la regulación de la lengua valenciana. Aun así, Barrera ya ha anunciado que subvencionará instituciones que abogan por el secesionismo lingüístico entre el catalán y valenciano.

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