Valencia proyecta un centro y una desembocadura del Turia más verdes
El Gobierno local ultima el diseño del parque de desembocadura y licita otros tres planes para pacificar el tráfico y renaturalizar varios enclaves de la capital
Quedan cuatro meses para las elecciones municipales del 28 de mayo y los partidos que gobiernan Valencia, Compromís y PSPV, emprenden la recta final del mandato con cuatro proyectos para pacificar el tráfico en el centro de la ciudad. Los planes —algunos estarán antes de los comicios, otros necesitarán más tiempo— contemplan nuevos espacios peatonales y más zonas verdes. También se proponen completar la conexión del Jardín del Turia con el mar a través del parque de desembocadura, con predominio de zonas renaturalizadas.
El Rialto —así se bautizó el pacto de 2019 entre socialistas y Compromís para gobernar la tercera ciudad de España— se ha despedido de 2022 con un puñado de planes urbanísticos con los que se aumentan los metros de zona verde por habitante, a la vez que estrecha el espacio para el coche privado. La Junta de Gobierno Local acordó a finales de diciembre sacar a concurso público la redacción de la renaturalización de la avenida del Puerto, el bulevar cultural entre las calles de Xàtiva y Guillem de Castro y los alrededores de las Torres de Serranos.
La actuación en la avenida del Puerto prevé intervenir sobre 7,45 hectáreas y 2,5 kilómetros de longitud entre el Jardín del Turia y la Marina, y afectará a los barrios de Mestalla, Albors, Camí Fondo, Aiora, la Creu del Grau y el Grau. Su renaturalización está prevista en dos tramos: el primero, desde la plaza de Zaragoza a la calle de Serrería, dispondrá de dos carriles para el tráfico privado, un carril bici bidireccional y un carril bus-taxi. El segundo tramo, entre Serrería y la fachada marítima, tendrá dos carriles para el tráfico privado, un carril bici con los dos sentidos, y una plataforma compartida de bus, taxi y tranvía. En total, la avenida pasará de un 20% de espacio para peatones a un 70% con la recuperación de 25.000 metros cuadrados para caminar. El coste de las obras será de 19 millones de euros, mientras que a la redacción y dirección del proyecto, por un periodo de seis meses, se dedicarán inicialmente 796.000 euros.
“En el caso de la avenida del Puerto, transformamos una autopista urbana (por el gran número de carriles) en un paseo al mar”, describe la vicealcaldesa y responsable de Urbanismo, Sandra Gómez. Su concejalía trabaja en proyectos para “renaturalizar” y “humanizar” más de 13 kilómetros de vías urbanas dedicadas ahora al tráfico privado.
Bulevar cultural
El bulevar cultural, que unirá las calles de Xàtiva y Guillem de Castro, abarcará 5,55 hectáreas y más de dos kilómetros de longitud entre la calle de Russafa y el Jardín del Turia, a la altura del IVAM. Unirá este museo con el Muvim, el Centro Cultural de la Beneficiència y también con edificios protegidos como las iglesias de San Agustín y de Pilar o las Torres de Quart. En total, se pasará de un 28% de espacio para peatones a un 60%, con la recuperación de 18.000 metros cuadrados para los viandantes.
La remodelación prevista eliminará el paso subterráneo situado a la altura del Muvim, dejará un carril solo al tráfico privado, uno bidireccional para bicicletas, y otros dos para bus y taxi, solo en el tramo entre Russafa y San Vicente; en el resto del trazado habrá solo un vial para el transporte público. La inversión prevista es de 22 millones de euros.
En las Torres de Serranos, se actuará sobre 6.300 metros cuadrados con la recuperación de las vías de servicio entre Blanquerias y Conde de Trénor, y la creación de un nuevo paso de peatones que conectará la calle del Pare d’Òrfens y las Alameditas de Serranos. Esto pretende mejorar la conexión del barrio del Carmen con el Jardín del Turia, en el antiguo cauce del río. El presupuesto ascenderá a 1,7 millones de euros.
Deuda con Natzaret
Pero la gran asignatura pendiente de la capital es con los poblados marítimos, en especial con el barrio de Natzaret, muy castigado por la ampliación sur del puerto, que devoró su playa y parte de su huerta. El parque de Desembocadura, cuyo diseño barrunta desde hace tiempo el Gobierno local, tiene en este momento cinco posibles alternativas tras la convocatoria de un concurso de diseño internacional.
Mañana termina el proceso de participación pública, en el que los ciudadanos han podido ver los diferentes bocetos y presentar sugerencias u objeciones. Un jurado deberá elegir al ganador en marzo y a partir de ahí se licitará la redacción de los dos primeros tramos. Eso sí, el plan se comprometerá antes de los comicios, pero su redacción llevará ocho meses y su ejecución, al menos 24. El ámbito de actuación del futuro parque es grande —24,5 hectáreas—, y abarca desde el puente de l’Assut de l’Or hasta Natzaret, con una inversión prevista de 35 millones de euros, de los que el puerto aportará 13,5 porque es el propietario de una parte de los terrenos.
El alcalde de Valencia, Joan Ribó explica: “Se trata de un proyecto de la máxima importancia para la ciudad, que nos permitirá, 35 años después del primer tramo del cauce, impulsar su finalización”. Las cinco propuestas que han pasado a la fase final.
La Asociación de Vecinos de Natzaret reclama que los proyectos dejen la puerta abierta a posibles escenarios de futuro, como la cesión de la propiedad de dichos sectores al Ayuntamiento, un caudal ecológico para el cauce histórico, una salida del río al mar y una conexión verde directa al Parque Natural de la Albufera a través de la pedanía de la Punta. “Hoy el final del río está contaminado, sin solución hidráulica y el puerto aún es el propietario del suelo e impone un parque sin desembocadura”, denuncia la asociación. Según la entidad vecinal, “Valencia es la única ciudad europea que tiene un espacio natural de alto valor como es la Albufera, el antiguo cauce del Turia ajardinado, el mar y la huerta. Y en Natzaret y la Punta está la solución para vertebrar todo esa fantástica realidad medioambiental”.
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