El Gobierno se compromete a rebajar los precios del agua desalada para hacerla más competitiva
Los regantes del Tajo-Segura salen “desconsolados” de una reunión con Teresa Ribera en la que no se ha abordado la reducción del trasvase
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha comprometido ante los regantes del Tajo-Segura a regular el precio del agua desalada para conseguir que sea más competitiva. También ha avanzado un calendario de infraestructuras proyectadas para aumentar la disponibilidad de las desaladoras. Pero el aumento de caudal ecológico en la cabecera del Tajo que reducirá la cantidad de agua trasvasada, principal preocupación de los agricultores de Alicante, Murcia y Almería, sigue vigente, algo que ha sido recibido por los interlocutores de la ministra con “gran desconsuelo”.
Ribera ha presidido este viernes una reunión con el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), en la que las desaladoras han acaparado el orden del día. La ministra, acompañada por el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y el director general del Agua, Teodoro Estrela, ha acordado seguir trabajando para abaratar los costes del agua desalada, la principal alternativa al riego con agua de río propuesta por el Gobierno. Igualmente, ha adelantado los proyectos de su gabinete para consolidar la disponibilidad del agua desalada y de las instalaciones fotovoltaicas asociadas.
Sin embargo, ese no era el plan trazado por los regantes para la reunión, que se ha producido tres días después de que una protesta concentrara en Alicante a más de un millar de personas, procedentes de las tres provincias implicadas, en contra de la reducción del trasvase Tajo-Segura. Una merma de agua que ha enfurecido a los gobiernos valenciano y murciano, especialmente, y que el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, está aprovechando para alimentar la sempiterna guerra del agua. Aunque el objetivo de estos encuentros, según fuentes del ministerio, es garantizar la continuidad del trasvase, conciliando de manera sostenible y equilibrada las demandas de la cuenca cedente y las receptoras, el caudal ecológico, fijado para 2027 en 8,6 metros cúbicos por segundo, en vez de los 6 actuales, no se ha movido un milímetro. Y los regantes se han sentido decepcionados.
“La reunión nos ha dejado una sensación agridulce”, señala el presidente del Scrats, Lucas Jiménez Vidal. Por un lado, las líneas de infraestructuras y desalación “ya existentes se van a mantener”, declara, “pero la planificación del Tajo y de la detracción de caudales del trasvase en favor de nuevos caudales ecológicos más elevados” también aguanta. Con lo que lamentan que, en este sentido, quede “mucha planificación por delante”.
“Hemos exigido a la ministra”, prosigue Jiménez, “que tenga en cuenta su obligación de ser ecuánime” y de “abstraerse de las manifestaciones políticas de los líderes regionales”. Así mismo, han pedido a Ribera que “se sitúe en conseguir el buen estado de las masas de agua, pero sin olvidar ni menoscabar los intereses sociales y económicos de la población de Levante usuaria del Tajo -Segura”. En la “densa” reunión de hoy, no se ha avanzado nada, a su juicio. Así que avisan de que “las espadas siguen en todo lo alto”, zanja el dirigente del sindicato de regantes.
Mientras tanto, la consejera valenciana de Agricultura, Mireia Mollà, mantiene que la reivindicación del Consell es la misma que la de los regantes, mantener el caudal ecológico en la cabecera del Tajo en seis metros cúbicos por segundo. También ha recordado al ministerio que cualquier otra cifra que se consolide acabará “en los tribunales” y ha achacado los problemas del Tajo a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. El ministerio ha reconocido, añade, que la degradación del río nace “en la depuración de las aguas sucias de Madrid, una región que ha recibido 600 millones de euros para que se realice esta depuración en condiciones”.
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