Cae una red que movió miles de kilos de cocaína a través del puerto de Barcelona y que el líder dirigía desde prisión

Un análisis de riesgo de un contenedor que entró en el puerto de Barcelona desde Panamá ha acabado, tres años después, con la desarticulación de una de las grandes organizaciones criminales dedicadas a la introducción de cocaína a través del puerto de Barcelona. La Guardia Civil ha detenido a 25 personas, ha encontrado seis millones de euros en efectivo, cerca de 50 armas de fuego y ha intervenido más de siete toneladas de cocaína entre Panamá (4.100) y España (3.100). El presunto jefe de la organización, José Ch., alias Lucky, dirigía el entramado desde prisión, donde fue arrestado de nuevo.

La investigación empezó el 4 de enero de 2022, cuando un aviso de la unidad de riesgos del puerto de Barcelona (integrada por Guardia Civil y Vigilancia Aduanera) alertó de un contenedor sospechoso procedente de Panamá. En su interior viajaba un rotor de un generador eléctrico, al que los investigadores siguieron la pista hasta una empresa de Lleida. Después de desmontarlo, en su interior hallaron escondidos 620 kilos de cocaína. La primera parte de la investigación les condujo a una segunda aprehensión, en junio, en el aeropuerto de Barajas, también procedente de Panamá, de 200 cajas de piñas huecas, que escondían 62 kilos de cocaína.

La pistas del segundo envío permitió a los investigadores de la Guardia Civil enlazar la droga con sus presuntos destinatarios: una organización criminal dirigida supuestamente desde la cárcel por José Ch., un hombre “de alto interés” para los investigadores, según han explicado el capitán jefe de la unidad de policía judicial en Cataluña. En el patio de la comandancia de Travessera de Gràcia, en Barcelona, se han expuesto este viernes dos coches Lamborghini (un Aventador y un Urus), un McLaren, y un Mercedes clase G AMG que pertenecían al grupo. En total, han confiscado una treintena de vehículos a los 25 detenidos, 22 de los cuales han ingresado en prisión por orden del juzgado de instrucción número 3 de Lleida. Uno de ellos era un estibador del puerto de Barcelona.

Los investigadores atribuyen a uno de los procesados, alias Bugatti, con un gran interés por los coches de alta gama al que debe su sobrenombre, junto a otros de los imputados, alias Negro, la tarea de organizar la descentralización de las operaciones, para minimizar riesgos en caso de una intervención policial. Bugatti, indican fuentes policiales, era uno de los pocos imputados con negocios aparentemente legales, con los que podía dar salida a parte del dinero proveniente del tráfico de drogas.

En la última fase de los registros, centrados en Sant Cosme, Viladecans y otros barrios de El Prat, los investigadores hallaron seis millones de euros en efectivo. La Guardia Civil está centrada ahora en la “trazabilidad” de 48 armas de fuego incautadas a la organización, entre ellas armas de guerra, como un AK-47, y 38 pistolas históricas que sospechan que iban a destinarse a un uso criminal. “Existe preocupación por la presencia de armas ilegales, que se usan para protegerse de otras bandas, pero que también se pueden usar contra las fuerzas y cuerpos de seguridad”, ha destacado el delegado del Gobierno, Carlos Prieto.

La Guardia Civil ha encontrado conexión de los investigados con bienes, viviendas y cuentas en países como los Emiratos Árabes. También han hallado actas notariales y testaferros que apuntan al blanqueo de capitales. Los agentes tienen por delante aún la ingente tarea de análisis de los dispositivos electrónicos intervenidos, de lo que sospechan que pueden hallar más pruebas contra los sospechosos. Las detenciones se han llevado a cabo en Barcelona, Valencia, Madrid, Málaga y Cádiz.