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Tres ‘boixos nois’ condenados por apalear a un seguidor del Rayo Vallecano eluden la cárcel con un curso de reeducación

Los jóvenes han aceptado penas menores por un delito de intento de homicidio contra un simpatizante de los ‘Bukaneros’ en Sitges en 2018

Un grupo de miembros de los Boixos Nois a las afueras del Camp Nou, en 2021.
Un grupo de miembros de los Boixos Nois a las afueras del Camp Nou, en 2021.Pau de la Calle (NurPhoto via Getty Images)
Jesús García Bueno

Tres jóvenes vinculados a los Boixos Nois, los seguidores radicales del FC Barcelona, han aceptado este lunes penas leves de cárcel por apalear, en 2018, a un seguidor del Rayo Vallecano. Marc J., Francisco Javier D. y Víctor S. han sido condenados por un delito de tentativa de homicidio, pero eludirán el ingreso en prisión si, entre otras cosas, siguen un curso de igualdad de trato y no discriminación. La Fiscalía solicitaba inicialmente nueve años de cárcel para dos de ellos y 11 par el tercero, pero ha aceptado rebajar de forma notable las penas al apreciar dos circunstancias atenuantes: la reparación del daño (los acusados han pagado parte de la indemnización a la víctima) y las dilaciones indebidas, por los retrasos injustificados en el proceso judicial.

La pena más elevada ha sido para Marc J., a quien se le ha impuesto una condena de tres años: dos por la tentativa de homicidio y uno más por un delito de tenencia de armas prohibidas, ya que en el ataque empleó una defensa extensible. Marc es el hermano pequeño de Joel J. que permanece investigado en la gran causa judicial impulsada por los Mossos d’Esquadra contra los Casuals, los más ultras de entre los ultras de los Boixos Nois, un grupo que surgió en las gradas del Camp Nou y se convirtió en una banda organizada. Como los otros dos acusados, Marc es seguidor del Barça y durante su adolescencia, cuando ocurrieron los hechos, estuvo vinculado con Boixos Nois. Fuentes cercanas a la defensa aseguran que tanto él como los otros dos jóvenes, que han sido condenados a dos años de cárcel cada uno, han abandonado esos círculos y rehecho sus vidas.

Los hechos ocurrieron la noche del 10 de noviembre de 2018 en Sitges. Los tres acusados (que entonces rondaban los 18 años) y otro amigo menor de edad (ya juzgado y condenado) vieron caminando por la calle a un joven con una camiseta del Rayo Vallecano con el logotipo de los Bukaneros, la afición radical del equipo madrileño. Sin mediar palabra y sin que se hubiera producido ninguna discusión previa, se lanzaron a por él. De una patada tiraron a la víctima al suelo, donde recibió una lluvia de puñetazos y patadas. Marc le golpeó con la porra extensible, de más de medio metro, en tres ocasiones. No pararon hasta que le rompieron la camiseta.

La víctima, Robin Alexander V., sufrió diversas lesiones que le obligaron a estar ingresado casi dos semanas en el hospital. La Fiscalía considera que se trató de un intento de homicidio porque los acusados actuaron “con el ánimo de privarle de su vida” o, al menos, se representaron la posibilidad de que, fruto del ataque, el seguidor del Rayo acabara muriendo. Los tres actuaron, según el relato que han aceptado este lunes en el breve juicio celebrado en la Audiencia de Barcelona, movidos por “la animadversión a la ideología antagónica” que representan los miembros de Bukaneros, vinculados a la extrema izquierda. Los Boixos Nois están integrados, de forma mayoritaria, por individuos neonazis o con afinidad a la extrema derecha.

La Fiscalía y las defensas han pactado este lunes una sentencia de conformidad: los acusados han aceptado los hechos a cambio de la rebaja de penas. El tribunal ha aceptado que la ejecución de las penas de prisión queden en suspenso, con algunas condiciones: no podrán volver a delinquir, tienen que comprometerse a pagar lo que falta de indemnización (hasta un total de 42.000 euros) y deben seguir un curso de “aceptación de trato y de no discriminación” de los que organiza el Departamento de Justicia de la Generalitat.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.
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