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Tarragona, sin alternativa para el Hard Rock

Comerciantes de Salou y Vila-seca creen que el macroproyecto hotelero con casino y salas de apuestas podría proporcionarles turismo todo el año

Hard Rock Tarragona
En la imagen, Mónica frente a su comercio, uno de los pocos abiertos estos días, en el paseo marítimo de Salou.Gianluca Battista
Laura Claver Carner

El paseo marítimo de Salou en diciembre se caracteriza por tiendas, restaurantes y apartamentos con las persianas bajadas. En primera línea de mar, resiste solitaria la heladería de Mónica. “La temporada se nos resume en unos meses y tenemos que pagar el alquiler todo el año”, comenta. La propietaria cree que los comercios como el suyo se beneficiarían del megacomplejo Hard Rock porque les podría traer clientes todo el año, aunque también tienen sus dudas sobre el proyecto, que prevé levantar en unos terrenos junto a Port Aventura un resort turístico de hoteles con un gran casino y salas de apuestas. “Aquí en Salou hay una competencia entre hoteles para ofrecer el pack todo incluido más barato, vienen turistas con un poder adquisitivo bajo y los retienen en los hoteles con actividades”, critica. A Mónica le preocupa que se produjera una situación similar con los clientes del Hard Rock y cree que la ciudad debería ofrecer otros atractivos para que consuman fuera.

“Ya ves lo triste que está el paseo”, comenta Julia, quien se queja que los meses de invierno apenas tienen clientes porque los hoteles cierran. Su tienda de ropa es otra de las resistentes durante la temporada baja y ve el Hard Rock como “una oportunidad para promocionar más Salou”. Mariano, propietario de un bazar desde hace tres décadas, es más crítico con el casino porque cree que ahuyentaría el turismo familiar y no tiene claro que vaya a beneficiar los comercios como el suyo. El vendedor sigue de cerca las noticias de su ciudad y se queja de “la imagen de turismo de borrachera por cuatro discotecas que hay”.

Cástor y Sonia frente a su tienda de bocadillos en la plaza del Parc de la Riera de Vila-Seca.
Cástor y Sonia frente a su tienda de bocadillos en la plaza del Parc de la Riera de Vila-Seca.Gianluca Battista

Vila-seca es el otro municipio donde se encuentran los terrenos ojeados por Hard Rock. Cástor y Sonia tienen una tienda de bocadillos en la plaza del Parc de la Riera, en el casco antiguo del pueblo. Consideran que el proyecto les “vendría bien” para tener turismo todo el año, pero hace tiempo que lo daban por perdido. Los propietarios no creen que el casino les pueda traer un “turismo malo”. “Si nos ponemos a elegir el tipo de turismo que queremos a lo mejor no viene nadie”, reflexiona Cástor. Iratxe, que trabaja en una cafetería del mismo pueblo, también daba por hecho que no se iba a hacer. “Deben ver muchas películas”, comenta la camarera sobre las personas preocupadas por el perfil que puede atraer el casino.

El retorno de la fiscalidad usual a los casinos era uno de los reclamos de la plataforma Aturem Hard Rock, que todavía no descarta que el proyecto siga adelante. “No somos nada victoriosos en cuanto a dar por cerrado el proyecto. Esta subida de impuestos simplemente hace que la empresa deba recalcular si los beneficios le saldrán a cuenta”, resume el portavoz Eloi Redón. Desde la plataforma exigen que se revoque la licencia de casino y que se retire la modificación del plan director urbanístico. “Eso sí que detendría este proyecto y cualquiera que venga después”, afirma Redón.

Aturem Hard Rock se opone a cualquier construcción sobre los terrenos protegidos de Séquia Major y Prats d’Albinyana. “Son un pulmón verde alrededor de la petroquímica que tenemos al lado”, expresa el portavoz. La asociación señala que planear una alternativa parecida es una “condena al fracaso” que lleva al sector a depender de empresas y turistas extranjeros. “En los macroproyectos hemos visto históricamente que aportan beneficios para pocos y externalidades negativas para otros”. El portavoz defiende que los municipios de Tarragona deben “dejar el desarrollismo atrás” e invertir en los sectores “necesarios para sustentar la vida”, como el sector primario y los servicios públicos.

El paseo marítimo de Salou.
El paseo marítimo de Salou.Gianluca Battista

El alcalde de Salou, Pere Granados, no es de los que le ponen pegas al Hard Rock. Al contrario. “Defendemos el proyecto porque es bueno. No es solo un casino, es mucho más”, dice, y desgrana “dos equipamientos para más de 10.000 personas, uno bajo techo y el otro al aire libre, que para beneficiar al turismo de congresos, de la misma manera que lo hace el auditorio para 6.000 personas que ofrece actualmente Port Aventura”. Defiende que, además, el complejo tendrá un centenar de tiendas, en un concepto parecido al que ofrece La Roca Village, y dos hoteles para incrementar en casi 1.000 camas la oferta de alojamientos en la Costa Daurada.

Granados pone de relieve que dar marcha atrás entraña una mayor problemática: “Defendemos la implantación del proyecto porqué hay una concesión hecha y se tiene que respetar. Renunciar ahora implica cambiar las reglas a media partida, y se da una imagen de país poco serio. La inseguridad jurídica no afectaría solo a esta inversión, sino a otras que puedan venir”.

La misma preocupación tiene el responsable de relaciones institucionales de la Federació Empresarial d’Hosteleria i Turisme de Tarragona (FEHT), Xavier Guardià. El portavoz critica que la multinacional lleva 12 años esperando la luz verde de la Generalitat y que el cambio fiscal disuadirá otros empresarios que quieran hacer un proyecto en Cataluña. Además, justifica que el casino supone un 5% de la operativa. Guardià defiende que el Hard Rock permitiría combatir la escasez de visitantes durante la temporada baja. A pesar de que ve el proyecto como la solución de la estacionalización turística, argumenta que gracias al turismo deportivo y cultural la temporada ha pasado de durar tres a nueve meses. “La Costa Daurada y las Terres de l’Ebre sobrevivirán sin el Hard Rock”.

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