El atasco en las citas para solicitar asilo en Barcelona lleva a la Policía a doblar turnos
El director de Inmigración del Ayuntamiento denuncia que la dificultad para obtener una primera cita en Extranjería deja a cientos de personas “en el limbo”
Los extranjeros que quieren obtener la condición de solicitantes de asilo tienen que mantener, previamente, una entrevista con el Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Pero conseguir una cita no siempre es fácil, menos cuando el número de peticiones no deja de aumentar. En Barcelona, los interesados tienen que llamar al número de teléfono de una comisaría que funciona tres horas al día y esperar a que alguien descuelgue y les dé cita. Mientras tanto, quedan en un “limbo jurídico”, ha denunciado este lunes el director de inmigración y refugio del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Cubells. El tapón ha obligado a los funcionarios de la oficina de extranjería que tramita los asilos a doblar turnos, lo que ha permitido duplicar también el número de entrevistas celebradas a lo largo de este año, explican a EL PAÍS fuentes policiales.
La entrevista con agentes de Extranjería del CNP es un requisito imprescindible para que un extranjero pase a tener la condición de solicitante de protección internacional. Es un trámite con enormes consecuencias: una vez formalizada la petición, y a la espera de que se resuelva, la persona puede permanecer en España de forma regular sin miedo a ser expulsada y con derecho a asistencia sanitaria y jurídica gratuita. Pero en Barcelona, obtener la cita no está siendo un proceso fácil. “Nos estamos encontrando una gran dificultad porque la demanda sobrepasa la oferta, y esas personas quedan en un limbo jurídico, fuera del sistema estatal de protección”, ha denunciado Cubells en la presentación de las nuevas oficinas del Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (SAIER) del consistorio, en la avenida Tarragona.
El SAIER, un observatorio de primera fila de los vaivenes del fenómeno migratorio, ha detectado la existencia de ese cuello de botella en las solicitudes mirando sus números. En el primer semestre de 2024, el porcentaje de solicitudes de refugio ha caído de forma notable: ahora representan el 47% del total de personas atendidas en ese organismo por motivos de protección internacional, frente al 72% del mismo periodo del año anterior. La explicación no es que cada vez haya menos personas que llegan a la ciudad solicitando asilo. Al revés, cada vez son más quienes huyen de guerras (Ucrania, Palestina) y de otros conflictos en busca de protección. Pero no se les puede considerar solicitantes porque aún no han cumplido el trámite de la entrevista.
En la oficina de Policía de la calle de Balmes, en Barcelona, se centralizan las peticiones de asilo. Salvo excepciones —las entidades que trabajan en ese campo tienen pueden comunicar situaciones de emergencia que suelen ser atendidas—, los interesados tienen que concertar cita llamando a un número de teléfono. El servicio funciona durante tres horas al día: de 8.30 a 11.30 horas. Que alguien descuelgue el teléfono al otro lado no es sencillo, denuncian las entidades. Fuentes policiales, sin embargo, aseguran que esa franja horaria es la que permite, con el personal disponible, otorgar cita con un máximo de dos semanas de demora.
“No sabemos cuánta gente pide cita y a cuánta se deja de atender, son datos que obran en poder del Ministerio del Interior”, ha señalado Cubells. Junto a él, la comisionada de Acción Social del Ayuntamiento de Barcelona, Sonia Fuertes, ha explicado que han mantenido contactos al respecto con la Delegación del Gobierno, aunque por ahora no se han ofrecido soluciones concretas. “Lo hemos trasladado y es algo que se conoce. Lo que no sabemos es dónde están exactamente las dificultades”.
Fuentes policiales consultadas por este diario aseguran que están tratando de atender el aumento de peticiones. Los agentes de extranjería de la oficina de la calle Balmes “están haciendo doble turno” mediante horas extraordinarias para “atender la demanda”, lo que ha permitido duplicar el número de entrevistas. En lo que va de año se han celebrado en torno a 8.000, frente a las 4.000 del año anterior, según las mismas fuentes. El Ministerio del Interior había contabilizado, a finales de 2023, un total de 163.218 solicitudes de asilo, un 37% más que el año anterior. Por lugar de presentación, Cataluña fue la segunda comunidad (14.775) con más solicitudes. El dato no está desglosado por ciudades, pero el SAIER tiene un dato de referencia: atendió a 6.065 solicitantes de asilo el año pasado, lo que supone el 31% del total de usuarios.
Desde la trinchera, los responsables del SAIER han detectado, en lo que va de año, un aumento espectacular (aunque pequeño en números absolutos) de los aspirantes a asilados de origen palestino: 40 en los primeros seis meses del año, por solo cuatro en el mismo periodo del año anterior. “Si no sube más es porque las fronteras en Gaza están cerradas y es muy complicado salir del país… Pero algunos sí han logrado hacerlo, sobre todo familias”, he explicado Cubells. Otra tendencia observada es que crece el número de hombres de origen africano, lo que se explica por el repunte migratorio a las islas Canarias.
En la presentación de la nueva sede, donde se concentran todos los servicios del SAIER, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha tildado de “aberración” y “antieuropea” la propuesta de enviar migrantes a terceros países que sopesa la Comisión Europea y que ha puesto en marcha el Gobierno italiano de la ultraderechista Giorgia Meloni. Collboni ha defendido el modelo de Barcelona como “ciudad de acogida” y ha asegurado que, ante el declive demográfico, la inmigración es una oportunidad para “garantizar la prosperidad de los próximos años”.
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