Dos de cada tres cruceros que atracan en Barcelona permanecen menos de doce horas en la ciudad
Todos los turistas tendrán que pagar, a partir de esta semana, cuatro euros por persona y día de tasa municipal más el impuesto de la Generalitat que oscila entre un euro y 3,50 por persona y día dependiendo del hospedaje
El puerto de Barcelona recibió, el pasado 2023, 803 cruceros con 3.568.000 pasajeros. La cifra fue de récord pero este 2024 todavía aumentará más el número de crucerístas. En lo que llevamos de año, ya son más de 520 los cruceros que han atracado en la ciudad con 2.372.000 pasajeros (110.000 más que a finales de septiembre de 2023). La oleadas de cruceristas han saturado tanto la ciudad que el gobierno de Jaume Collboni ya ha alertado que hay que gestionar, limitar e incluso reducir el número de estos visitantes. Es tal la preocupación del Consistorio que, en la última reunión del alcalde con el president de la Generalitat, Salvador Illa, se acordó encarecer los impuestos a los cruceros que permanezcan menos de 12 horas en la ciudad. Una medida que se añadiría -en caso de materializarse- a la que Collboni anunció el pasado mayo: reducir terminales y cruceristas. Aquel anuncio de reducción no se negociará con el puerto hasta que no finalice el convenio actual en 2027 (el mismo año en que se celebrarán las próximas elecciones municipales). Lo de aumentar la tasa turística parece que será una de las monedas de cambio para que partidos de izquierdas, como los Comunes, apoyen los próximos presupuestos de la Generalitat.
¿Cuántas horas permanecen los cruceros en Barcelona? EL PAÍS ha contabilizado todos los cruceros que han atracado en la ciudad desde enero hasta finales de septiembre de este año. La cifra es 525 de los que 343 (el 65,33%) han permanecido menos de 12 horas en el puerto. Cuando los barcos están pocas horas en una ciudad los cruceristas realizan menos gastos en los comercios y negocios locales y se convierten en una molestia para la ciudadanía sin que haya una compensación a cambio. El resto de cruceros, 182 (34,66%), en la gran mayoría de ocasiones han estado atracados 12 o 13 horas y nunca más de 17 horas.
A partir del próximo martes 1 de octubre, todo visitante que se aloje en Barcelona -independientemente de si lo hace en una pensión, un crucero o un hotel cinco estrellas- pagarán una tasa turística municipal de cuatro euros por persona y día. Hasta ahora la tasa era un tanto inferior: 3,25 euros persona y día para todos los establecimientos y los cruceros que permanezcían en la ciudad más de 12 horas. Para los pisos turísticos y los cruceros de menos de 12 horas (el 65,33%) la tasa ya era de cuatro euros por persona y día por lo que con esta medida impositiva no parece que varía mucho para los cruceristas.
Además de la tasa municipal (que se iguala a cuatro euros este martes para todos los alojamientos), los visitantes también abonan el impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos (IEET) de la Generalitat. El IEET se mantiene igual y es de un euro persona y día para los que se hospeden en hoteles de menos de cuatro estrellas, 1,70 euros para los que lo hagan en hoteles de cuatro estrellas, 2 euros para los cruceristas de los barcos que atracan más de 12 horas, 2,25 euros para los que duerman en pisos turísticos, 3 euros para los cruceristas de menos de 12 horas y 3,50 para lo que lo hagan en hoteles de cuatro estrellas. En total, sumando el IEET y la tasa turística municipal, los turistas que se hospeden en hoteles de cinco estrellas pagarán cada día 7,50 euros en impuestos, los cruceristas de barcos que atracan menos de 12 horas pagarán 7 euros y los de más de doce horas 6 euros.
Antes de que entren en vigor estas tarifas ya saben a poco al gobierno municipal. De hecho, en la reunión que mantuvo Collboni con Illa el pasado 4 de septiembre el primer edil y el consejero de Presidencia, Albert Dalmau, anunciaron que -a petición de Collboni- el gobierno catalán estudia grabar los cruceros que permanezcan menos de 12 horas en la ciudad para que el Ayuntamiento pueda ampliar a más de cuatro euros la tasa turística. Ni Ayuntamiento ni Generalitat marcó cual será el tope al que aspira en Consistorio cobrar. Dalmau anunció que se estudiará esa petición y que, además, en las negociaciones para aprobar los presupuestos de 2025 también se debatirá con la oposición (sobre todo los Comunes) que hacer con la “fiscalidad turística”.
La asociación internacional de líneas de crucero (CLIA) ha protestado siempre que se ha amenazado con subir las tasas a sus clientes. De hecho, en varias ocasiones utilizan para rebatir esos incrementos el estudio de la Universidad de Barcelona Actividad crucerística en Barcelona: evolución, caracterización y recaudación fiscal, de los profesores Jordi Suriñach y Ester Vayá. CLIA mantiene que en ese estudio se acredita que los cruceristas contribuyen en un 13% al importe del pago del IETT más la tasa municipal pero solo suponen el 4% de los visitantes de la ciudad.
Sea como sea, tanto el gobierno de la Generalitat como el del Ayuntamiento pretende reducir el impacto de los cruceristas y, de paso, seducir a los Comunes para que apoyen los presupuestos. El propio Collboni en el debate del estado de la ciudad del pasado viernes anunció: “Estamos dispuestos a hablar de un nuevo convenio con el Puerto y regular las terminales. Además, revisaremos la fiscalidad asociada a los cruceros que hacen escalas de menos de 12 horas”.
¿Y la reducción de terminales?
El convenio actual del Consistorio y el Port de Barcelona lo firmó en 2018 la alcaldesa Ada Colau. Entonces, el Puerto de Barcelona recibía 2,6 millones de cruceristas al año y para los Comunes era necesario “limitar” el número de estos visitantes. No se hizo. Con el nuevo convenio solo suprimieron los espacios donde atracaban los cruceros cerca de la ciudad y alejaron al muelle Adosado las nuevas terminales. Hoy hay tres terminales donde puede atracar cualquier naviera, otra es de Costa Cruceros y la quinta de Carnival Cruceros. Se está construyendo una terminal de MSC y se ha adjudicado la séptima a Royal Caribbean. El Ayuntamiento no podrá negociar un nuevo convenio hasta 2027 y, entonces, si pretende suprimir terminales no le quedará otra que preparar indemnizaciones millonarias para compensar a las navieras afectadas.
Sin estar todas las terminales activas se llegó, en 2023, al récord de 3.568.000 cruceristas. De estos visitantes, 1.662.000 solo hicieron escala en la ciudad, gastaron poco en Barcelona y no usaron ni el aeropuerto, ni hoteles, ni —apenas— restaurantes en tierra. En lo que va de año ya han llegado a Barcelona 2.372.060 cruceristas de los que solo hicieron escala 1.039.858.
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