El fantasma de la sequía vuelve a asomar en Cataluña por la falta de lluvias en las cabeceras de los ríos

Cataluña, esa tierra donde parece que nunca llueve donde toca y como toca, se vuelve a adentrar en otro otoño con la mirada puesta en el cielo. Las últimas lluvias, muy abundantes en la costa de Tarragona y Barcelona, no han sido cuantiosas en las cabeceras del Ter y el Llobregat, los dos principales ríos que abastecen los embalses con mayor capacidad. El Govern ya estudia más medidas antisequía “para obtener recursos de agua inmediatos” para el caso de que se registre un posible otoño seco, anunció este miércoles la portavoz de la Generalitat y consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque. En paralelo, el Govern anunció un plan específico de emergencia dotado de 70,8 millones para reflotar a la agrícola y castigada comarca del Priorat, donde la peor sequía del siglo sigue causando los peores estragos, agravados por los incendios forestales.

Tras la celebración del Consell Executiu, Paneque reveló que el Departamento que dirige está elaborando un informe, que presentará “los próximos días”, dibujando los posibles escenarios que se pueden encontrar si la pluviometría no mejora. La consejera insistió en que la ciudadanía puede tener la sensación de que las lluvias de las últimas semanas han acabado con la sequía. “Nada más lejos de la realidad”, recalcó. “Además de llover, tiene que llover bien. No lo está haciendo en las cabeceras de los ríos y los pantanos no se están llenando. Ha llovido en el litoral y ha causado daños en municipios”, recordó. Los embalses de las cuencas internas almacenan ahora 199 hectómetros cúbicos, un 28,7% de su capacidad, seis puntos porcentuales más que en las mismas fechas del año pasado.

El Govern prevé en el plan de sequía activar las grandes infraestructuras para dotar de suficientes recursos a Cataluña con el horizonte de 2027. Pero más allá de esa estrategia estructural, Paneque avanzó que muy probablemente se tendrán que poner medidas sobre la mesa para lograr recursos inmediatos para este otoño o a principios del año que viene si los registros de pluviometría no dan un vuelco. En el caso de que se ingrese en escenarios más restrictivos, la consejera apuntó que se deberán volver a activar mecanismos de abastecimiento, desde la compra hasta el aumento de la desalación de agua.

La consejera no quiso concretar qué tipo de medidas está preparando el Govern ante un posible agravamiento de la situación en las próximas semanas. “Muy probablemente tendremos que poner encima de la mesa medidas para este otoño o principios del año que viene”, dijo. Preguntada sobre si contemplaba la construcción de una planta desaladora portátil en el Puerto de Barcelona, tramitada por el anterior Govern de ERC, pero pendiente de confirmación, Paneque dijo: “Estamos viendo diferentes opciones, esta no es la única, ahora no estoy en posición de decir cuáles serán las escogidas ante estos posibles escenarios”, dijo la portavoz, que emplazó a publicar el informe en el que trabaja el Govern antes de poner “un calendario más detallado” sobre las acciones.

El president Illa visitó la semana pasada la comarca del Priorat, una de las zonas más castigadas por una furiosa sequía que está perjudicando gravemente al sector vitivinícola. La falta de agua en esa zona de Tarragona ha dejado también pantanos secos como los de Riudecanyes, Siurana, Guiamets y Margalef, que están al 2% de su capacidad. El Govern aprobó este miércoles un plan para combatir de manera inmediata los perjuicios causados en la agricultura por la sequía. El paquete se eleva a 70 millones de euros, que se adjudicarán antes del 31 de diciembre, con una previsión de un millar de beneficiados en el Priorat y un total de 5.360 hectáreas.

El plan se complementa con otras acciones para acelerar infraestructuras en la zona para mejorar el regadío de la zona con dos peticiones expresas a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), dependiente del Gobierno central. El Govern le pedirá que haga un nuevo punto de captación de agua del Ebro a su paso por el municipio de Garcia para el suministro en la Comunidad de Regantes del Baix Priorat y modificar la concesión de la Comunidad de regantes del río Montsant para incluir un nuevo punto de captación en el Ebro aprovechando las infraestructuras.

Pese a que la capacidad de los embalses es seis puntos por encima a la de hace un año, Cataluña sigue muy por debajo de reservas por estas fechas en la media de los últimos 10 años y se acerca peligrosamente de nuevo a la frontera del 25%, que marca la entrada en la fase de excepcionalidad y el aumento de restricciones. El sistema Ter-Llobregat (hoy al 30,1%, ocho puntos más que en las mismas fechas del año pasado), que abastece a toda Barcelona y Girona y donde residen el 80% de los catalanes, sigue vigente la declaración de alerta, que implica restricciones para usos agrícolas (25%), industriales (5%), ganaderos (10%) o domésticos como lavar el coche con la manguera o regar el jardín en las horas de sol.

Pese a que es normal que las reservas bajen prácticamente a diario a lo largo del verano, que coincide con la época del riego, este descenso no ha sido excesivamente pronunciado como otros veranos gracias a las tormentas que de manera irregular se han producido en todo el territorio, explican fuentes de la Agencia Catalana del Agua. A partir de septiembre, las reservas tienden a menguar más lentamente tras el fin de la época de riego y la temporada turística. El informe estival del Servicio Meteorológico catalán, Meteocat, destaca que mientras la estación ha sido muy seca en sectores del Pirineo occidental o el Empordà, ha sido lluvioso en puntos de la Cataluña central, comarcas de Osona o en el prepirineo, donde la mejora en los bosques y los ríos es visiblemente respecto a hace un año, pero insuficiente para desterrar definitivamente al fantasma de la sequía que planea Cataluña desde hace cuatro años.

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