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Los locales de ‘brunch’ se extienden por Barcelona

La tendencia llegó hace poco más de una década y se ha consolidado como una opción de desayuno tarde o comida temprana que seduce sobre todo a extranjeros y a locales jóvenes

Restaurantes para desayunar en Barcelona
Cola en la calle para sentarse en el local de brunch Eat my Trip, en la calle Consell de Cent de Barcelona.Massimiliano Minocri
Mar Rocabert Maltas

De un tiempo a esta parte, detrás de una larga cola visible entre las 10.00 h y las 12.00 h de un sábado o domingo en el centro de Barcelona se esconde la puerta de un brunch. No falla. Y la mayoría de las veces el nombre del restaurante está en inglés. Brunch & Cake, Eat My Trip, Billy Brunch, The Egg Lab… por poner solo algunos ejemplos. Este fenómeno gastronómico, de raíces anglosajonas, llegó hace poco más de una década como una opción diferente de fin de semana y en poco tiempo se ha convertido en una manera de desayunar tarde o comer temprano que está por todas partes. Ya no solo en el centro de la ciudad, en algunos barrios empiezan a abrir locales de brunch, y los clientes no son solo turistas, también los locales, sobre todo jóvenes, les ven las gracias a los huevos benedict en una tostada y a los golosos pancakes.

Es difícil saber quién llegó primero, sobre todo porque algunas cafeterías y bares empezaron a ofrecer brunch solo el sábado y el domingo, como podían ser Granja Petitbo en el Eixample; Federal Café, en Sant Antoni; Caravelle, en el Raval; o Picnic, en el Born. En 2014, abrió Trópico, también en el Raval, ya solo especializado en brunch, y El Petit Príncep, que se estrenó en 2012 en el Eixample como cafetería, enseguida se puso a hacer huevos por demanda de los clientes. En estos diez años, las tostadas de aguacate y salmón y los zumos cold pressed se han extendido por la ciudad a un ritmo trepidante.

Siendo la palabra una contracción de breakfast (desayuno) y lunch (comida) en inglés, lo cierto es que el brunch se ha convertido en una comida que reemplaza a las dos y suele tener elementos de ambas. Se puede tomar desde las 9:00 h de la mañana hasta la 17: 00 h de la tarde más o menos en la mayoría de locales. En algunos, por las tardes cambian la oferta para ofrecer vinos, cócteles y platos para compartir como es el caso de Faire (Girona, 81). Pero otros, como Bru, situado dentro del maravilloso pasaje Sert, cierran por la tarde. También han llegado hasta barrios menos céntricos, como Sants, donde ha abierto Pepe y Lepu (Creu Coberta, 119) o en Sant Andreu, dónde recientemente se ha instalado Arami (Pons i Gallarza, 44).

Una camarera prepara un café en Eat my Trip, en la calle Consell de Cent de Barcelona.
Una camarera prepara un café en Eat my Trip, en la calle Consell de Cent de Barcelona.Massimiliano Minocri

Sigue esta formula de éxito el nuevo The Egg Lab (Lluís el Piadós, 2) en el barrio del Born. Abrió hace tres meses, pero ya existían dos locales del mismo dueño, que inauguró el primero en 2020 en el barrio de Sant Antoni, como reforma integral de un bar tradicional familiar. Cuenta Ana Juanico, responsable de marketing, que su propuesta se diferencia del resto porque es un viaje por recetas del mundo a través de los huevos, que siempre son de Calaf. Con valores de proximidad y sostenibilidad arraigados, trabajan con productos artesanos y de máxima calidad. Su público son turistas y expats, pero también locales, especialmente jóvenes. Su siguiente objetivo es abrir un colmado para vender sus elaboraciones y productos acordes con su filosofía.

Especializarse dentro del brunch parece la nueva tendencia, cuando la mayoría de locales se parecen mucho, tanto por los platos como por el interiorismo. Es el caso de Brunch & The City (Aragón, 103), que hace un homenaje a la serie favorita de su fundador, Sex & The City. Henry Gevorgian abrió hace cinco meses su primer negocio de hostelería y, a pesar de las complicaciones por su inexperiencia, está satisfecho. Tiene muchas clientes mujeres, que van en grupo, como Carrie Bradshaw y su pandilla, y asegura que mucho público es local. Además de la decoración, donde no faltan cajas de Hermès ni manolos (los lujosos zapatos Manolo Blahnik), también se distingue por la comida, donde hay huevos y tostadas, pero siempre con alguna receta más sorprendente como los syrnikis, unas crepes rusas.

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Platos de brunch en The Egg Lab.
Platos de brunch en The Egg Lab.Maria Astrand

Locales en cadena

Quizá el local más popular y que ha crecido más es Brunch & Cake. Nació en 2010 como Cup & Cake pero en un par de años cambió su orientación hacia el brunch que le da nombre. Recientemente han inaugurado un nuevo local en la reformada Via Laietana, pero se ha convertido en un gran grupo con 13 brunch abiertos, también en otros países como Egipto, Dubai y Arabia Saudí. En breve su formula se va a expandir todavía más porque han empezado a abrir franquicias por todo el globo, como cuentan en su página web. Es curioso que una cadena global haya nacido en una ciudad donde el brunch es todavía un forastero.

De fuera, pero todos lo quieren. Esta fórmula no se queda solo en locales a pie de calle, los hoteles de la ciudad también lo han convertido en un gancho de fin de semana. The Barcelona Edition, Intercontinental o Majestic, por nombrar algunos, tienen su oferta de brunch. La fórmula seduce tanto que algunos restaurantes, como Les Filles, la ofrecen en fin de semana, bajo su paragua de comida saludable, o una de las mejores pastelerías de la ciudad, como es L’Atelier, también tiene esta fórmula para el sábado y domingo, donde no faltan sus delicias hojaldradas. Hasta hay un evento llamado Brunch Electronik, pero este lo que tiene de brunch es la hora que empieza y poco más. No era flor de un día, hay brunch para rato.

Local de Brunch & Cake en la calle Diputació de Barcelona.
Local de Brunch & Cake en la calle Diputació de Barcelona.massimiliano minocri

La respuesta local: esmorzars de forquilla

La comida local más parecida al brunch sería el esmorzar de forquilla, que últimamente se reivindica e incluso hay algunos nuevos restaurantes, como Can Marlau o La Bullanga, que lo sirven. Pero no cuaja de la misma forma entre los clientes de fuera, que ya llegan aquí con la cultura del brunch muy incorporada y con horarios de comida bastante diferentes a los locales. Si están acostumbrados a un lunch sobre las 12:00 h del mediodía, es difícil que esperen hasta una hora o dos más tarde para ir a un restaurante de menú. Siendo sus favoritos las tostadas de salmón, también es difícil que se zampen un capipota o una butifarra con secas a primera hora de la mañana.

Pero existe una comunidad local que empuja fuerte para que el desayuno tradicional catalán, el que se zampaban sobre las 10.00 h los que habían madrugado para trabajar duro (físicamente hablando) resurja. Primero fueron cuentas en las redes sociales, como Esmorzars de Forquilla en X o Esmorzars de forquilla Lleida i Catalunya en Instagram. Luego vino un mapa, impulsado por el periodista Albert Molins, para encontrar los sitios donde comer bien a primera hora. Desde hace un mes, este mapa se ha convertido en una aplicación colaborativa, EsmorzApp, donde se pueden encontrar restaurantes que ofrecen este tipo de comidas. ¿Conseguirá este movimiento darle la vuelta a la tortilla y popularizar entre los extranjeros el fricandó y la butifarra con secas? Las dos opciones están en la calle, pero por ahora los locales de brunch van por delante en Barcelona. En los pueblos, es otra cosa.

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Sobre la firma

Mar Rocabert Maltas
Es periodista de tendencias y cultura en la redacción de Cataluña y se encarga de la edición digital del Quadern. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la Agència Catalana de Notícies. Vive en Barcelona y es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra.
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