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El Govern de Illa anuncia una nueva desalinizadora en la Costa Brava y deja en el aire el trasvase del Ebro

Silvia Paneque, la nueva consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica en Cataluña, tampoco ha confirmado si se contruirá la desaladora flotante en el Puerto de Barcelona

BARCELONA, 27/08/2024.- La portavoz del Govern y consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, comparece en rueda de prensa tras la reunión semanal del Govern Palau de la Generalitat. EFE/Quique García
BARCELONA, 27/08/2024.- La portavoz del Govern y consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, comparece en rueda de prensa tras la reunión semanal del Govern Palau de la Generalitat. EFE/Quique García Quique García (EFE)

El nuevo Govern de Salvador Illa promoverá la construcción de una nueva desalinizadora en el norte de la Costa Brava, que se unirá a las 12 ya previstas por el anterior Ejecutivo de Pere Aragonès, para garantizar el abastecimiento de agua potable a la población y el riego de la agricultura. Silvia Paneque, la consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, ha explicado este martes cuáles son los planes a seguir para que Cataluña genere los recursos hídricos necesarios en los futuros episodios de sequía: más agua regenerada y más infraestructuras. En la hoja de ruta del Ejecutivo de Illa, que costará 2.300 millones de euros, mil millones más que las inversiones previstas por Pere Aragonès, no se descarta activar la interconexión con el Ebro ni la construcción de la desalinizadora flotante del Puerto de Barcelona, aunque ambas obras se reservan para una eventual reactivación del escenario de emergencia.

El camino anunciado por Paneque no se diferencia demasiado del previsto por el anterior conseller de Acción Climática, David Mascort, salvo en dos aspectos: el primero, que Cataluña pase en 2027 del 30% al 70% el agua consumida no procedente de los pantanos; y, el segundo, el transporte de agua residual depurada del Besòs al Llobregat para potabilizarla y distribuirla. Es decir, mientras finalizan las potabilizadoras del Besòs en Montcada y Bon Pastor (previstas en 2030), la Generalitat llevará el agua residual de esta zona hacia el Llobregat a través de una tubería y la captará en Sant Joan Despí, donde será potabilizada y suministrada a Barcelona. “Hemos puesto en marcha un nuevo modelo de gestión. Pasamos de uno lineal a uno circular. Una gran cantidad de agua prepotable acaba en el mar y tenemos que bombearla río arriba para aprovecharla”, ha especificado Paneque. Por lo demás, los proyectos de las desalinizadoras de la desembocadura de Tordera (Blanes) y la planta de Foix (Cubelles) se mantienen con las mismas fechas. Estarán listas en 2030.

Paneque no ha dado detalles de dónde se situará la nueva desalinizadora de la Costa Brava, que forma parte de acelerar la autonomía hídrica. “No se puede ubicar ahora porque necesita los estudios previos”, ha dicho la portavoz sobre esta infraestructura que servirá para garantizar el abastecimiento de agua potable a la población y del riego de la agricultura en la cuenca de la Muga. Aunque sí ha especificado que producirá 15 hectómetros cúbicos anuales (un cuarto del gasto doméstico que hace la ciudad de Barcelona, según datos del Ayuntamiento).

Aumentar el ritmo en la regeneración de agua es clave para que Cataluña sea lo antes posible independiente de las precipitaciones ante el árido futuro que se avecina. Todos los estudios científicos concluyen que habrá hasta un 20% menos de lluvias, con especial afectación en el Mediterráneo, según ha informado Paneque. “Tenemos que tener agua de manera más autónoma y ser capaces de tener recursos propios. El objetivo es no temer a las amenazas de una sequía persistente en el menor tiempo posible”, ha explicado.

Además de ese cambio de modelo lineal a uno circular, en los 2.300 millones de euros que invertirá el Govern de Illa en suavizar las consecuencias de la sequía también se incluyen ayudas al mundo rural para mejorar las redes de abastecimiento, por donde se pierden grandes cantidades de litros de agua y que ha llevado a que muchos municipios hayan sufrido cortes diarios en el suministro e, incluso, a ser expedientados económicamente. De hecho, la Diputación de Barcelona también dará en los próximos dos años una línea de ayudas económicas de 100 millones de euros para tapar los agujeros de la sequía en 311 ayuntamientos de la provincia. El Govern de Illa también acelerará la modernización de las potabilizadoras del Ter en Cardedeu y la de Abrera.

Paneque, como sus antecesores, ha recalcado que la crisis hídrica continúa a pesar de los recientes episodios de lluvias. “No queremos que la ciudadanía se confunda. La sequía no se ha acabado”, ha dicho en la rueda de prensa. Sobre la posibilidad de activar una interconexión con el Ebro en caso de regresar a las restricciones más duras por sequía, una posición que el PSC rechazaba desde un punto de vista medioambiental y que pedían los expertos a mediados de diciembre, Paneque no ha aclarado qué hará el Govern. Tampoco ha aclarado que sucederá con la desalinizadora flotante que se ubicará en el Puerto de Barcelona, pendiente de empresa adjudicataria. “Son cuestiones que no se han tratado en este Consell Executiu porque está vinculada al escenario de emergencia”, ha señalado la consejera, que ha dejado en el aire la activación de estas medidas en caso de necesidad.

Las sanciones a los municipios se congelan

Luis Velasco

La consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Silvia Paneque, ha afirmado este viernes que las sanciones impuestas por el anterior Govern de Pere Aragonès a las municipios que superaron el límite de consumo de agua han quedado congeladas. "De momento, vamos a implementar estas ayudas para mejorar las redes de abastecimiento en baja y, cuando veamos los resultados, tomaremos una decisión", ha explicado en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu. 

Paneque ha explicado que el Ejecutivo de Illa busca "colaborar" con los ayuntamientos y mejorar "la eficacia" de las redes de suministro, por donde muchas localidades han perdido grandes cantidades de agua. De hecho, poblaciones como Cabrera D'Anoia (Barcelona) L’Espluga de Francolí (Tarragona) sufren largos cortes diarios en el suministros por perder un 60% y un 40% de los recursos, respectivamente.  Las sanciones a los municipios incumplidores en los topes de consumo de agua fueron uno de los grandes desencuentros de la pasada legislatura entre el Gobierno de Pere Aragonès y los socialistas. Los de Salvador Illa consideran que multar a los ayuntamientos no ayuda a prevenir el derroche de agua y que lo que hay que hacer es acelerar las obras para evitar fugas y mejorar la eficiencia de la red. 

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