Illa reclama la aplicación de la amnistía sin “subterfugios” y defiende una España plurinacional
El socialista dice que cumplirá íntegramente sus acuerdos con ERC y los comunes y reclama que se aplique la ley de amnistía
Salvador Illa, candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, ha plasmado en su discurso de investidura la consagración de un cambio de ciclo en Cataluña lejos del procés y abierto a una España plurinacional. Con todo, el socialista ha arrancado su discurso sin obviar la sombra de la figura de Carles Puigdemont, que ha sacudido la jornada, y ha pedido la aplicación de la ley de amnistía sin “subterfugios”. En una intervención de apenas 40 minutos, Illa ha defendido que Cataluña debe reafirmar su voluntad de ser y de convivir con el catalán y la cultura, como la columna vertebral de la nación. “Una nación abierta, plural y diversa, que se implica en la construcción de una España plurinacional y una Europa Federal y que influye y participe tanto como pueda por los procedimientos institucionales pertinentes”, ha dicho.
El Pleno ha arrancado con el suspense de si aparecería Puigdemont en cualquier momento y los mossos activando operaciones policiales para localizarlo. Con un protagonismo absoluto, Puigdemont ha eclipsado el debate e Illa ha recibido el guante y ha reclamado para empezar la aplicación de la ley de amnistía aprobada hace unos meses en el Congreso. “Desde el respeto a la división de poderes y al poder judicial, reclamo respeto para la decisión del poder legislativo, que ha demostrado de forma clara, explícita e inequívoca su voluntad de normalización plena a Cataluña. Y pido la aplicación, ágil, rápida, y sin subterfugios de las disposiciones de esta ley”.
Consciente de que su investidura pende de un solo voto para alcanzar los 68 del umbral de la mayoría absoluta, el socialista ha reiterado su objetivo de cumplir íntegramente los dos acuerdos que ha firmado con ERC y los comunes, que pivotan básicamente en el pacto de financiación y en las políticas de vivienda, respectivamente. Illa ha intentado calmar las suspicacias levantadas entre dirigentes socialistas de otras federaciones asegurando que ese texto no perjudica a nadie.“El nuevo modelo de financiación singular es un paso adelante substancial y necesario para el nuestro autogobierno que no pone en riesgo el principio de solidaridad. Es que es al contrario: lo reconoce”, ha afirmado.
Con un discurso pragmático y alejado de la épica de otros debates de investidura de la última década, Illa ha centrado su exposición en culminar la tercera transformación que encara ahora Cataluña tras la iniciada en líos años 80 por Pujol y continuada por los presidentes socialistas Pasqual Maragall y José Montilla. Esta tercera etapa se sustenta en el autogobierno efectivo, con el acento en la financiación y la cooperación leal; en el despliegue de los servicios públicos y en la nueva industrialización verde.
Sus prioridades serán cinco: la medioambiental para desplegar todas las infraestructuras de agua aunque vuelva a llover; la social con la creación de 50.000 pisos nuevos; la económica con el despliegue de la conectividad ferroviaria y la atención en Rodalies; la de servicios públicos con el objetivo de alcanzar una educación de primera y, por último, la política para afrontar el conflicto. “Cataluña necesita abrir una etapa de consenso, puertas adentro y afuera. Afrontar sin prejuicios los conflictos políticos mal resueltos y una agenda con mirada larga y los pies en el presente”, ha afirmado en referencia a la creación de la Convenció Nacional para la resolución del conflicto político entre Cataluña y el Estado que el PSC ha acordado con ERC en el que los republicanos se han resignado a que no incluya el referéndum.
Illa ha concluido su discurso citando las cuatro fuentes, ha dicho, que le han formado: sus orígenes humildes, su formación de cristianismo humanista, su partido, el PSC y su carrera política destinada siempre al servicio público y cumpliendo con una de las obsesiones de ERC: que reconociera la labor del Govern. “No pretendo resolverlo todo de golpe ni pretendo que todo empiece de nuevo. Gobernaremos desde la humildad. Sé que heredo un llegado. Le digo con sinceridad, señor Aragonès, que me encuentro un país mejor del que usted se encontró en el inicio de su legislatura”, le ha dicho dirigiéndose a su predecesor, sentado con sus consejeros en la primera bancada del hemiciclo.
Albert Batet, presidente del grupo de Junts, ha sido el primero en replicar la intervención de Illa, pero sus primeras palabras han constatado la fractura irreversible del independentismo al acusar a ERC de haber realizado cargas policiales en el parque de la Ciutadella y de estar buscando a Puigdemont como en 2017 la policía, la Guardia Civil y el CNI buscó las urnas. “Usted (le ha espetado a Illa) aseguró que en ningún caso facilitaría la investidura de Illa. Ahora le ponen la alfombra roja. No damos crédito a este error monumental”, ha afeado Batet. “ERC ha asumido el marco mental de los socialistas, que han intentado vender que hay un conflicto entre catalanes cuando, en realidad, el conflicto es entre Cataluña y España”. Illa ha basado su réplica en que Batet que no se haya referido en su discurso de hablar “de problemas concretos de nuestros ciudadanos”, como la energía, el agua o la sanidad. Con todo, le ha abierto la mano para abordar esos asuntos de forma conjunta y ha defendido que ha dado un “un paso adelante” con el acuerdo de financiación. “Solo hace falta ver algunas reacciones para verlo”, ha remachado.
El debate ha reflejado la tensa relación entre socialistas y populares trasladada también en Cataluña. El popular Alejandro Fernández ha acusado a Illa y al PSOE de ser responsables del “espectáculo decadente” del fugaz regreso y desaparición de Puigdemont. “Paladee el encuentro y saboree la convivencia. Son los únicos responsables del humillante esperpento. Son los que decidieron resucitar a Puigdemont dándole la llave de la política española”, ha sostenido Fernández que ha acusado a Illa de alimentar el “procesismo” por la voracidad de seguir en el poder. “Si quiere una España confederal y asimétrica, cambie la Constitución. Ha asumido la metodología procesista”, ha dicho vaticinando que no llegará ningún concierto económico, sino la subida de impuestos de la izquierda y de acusarle de mentir por decir que no pactaría con los independentistas. “¿Y ustedes qué proponen? ¿Recoger firmas contra el autogobierno para obtener un puñado de votos en otras comunidades autónomas?”, se ha preguntado en alusión al PP.
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