ERC votará la investidura de Illa tras una consulta interna en la que el sí se impone por solo 550 votos
El 53,6% de la militancia se muestra a favor del preacuerdo que incluye mejoras fiscales para la Generalitat frente al 44,8% que lo rechaza
Esquerra Republicana votará finalmente a favor de la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat. En una consulta interna ante la que todo el mundo contenía la respiración, los militantes han decidido apoyar el sí al acuerdo al que había llegado la dirección del partido por solo 550 votos (3.397, el 53,5%) de diferencia frente a un 44,8% (2.847) que lo ha rechazado. Este resultado abre un nuevo ciclo político en Cataluña, que desde 2010 no tenia un presidente socialista. Los diputados republicanos votarán sí al candidato socialista, en un pleno que se celebrará previsiblemente la próxima semana, tras pactar un ambicioso plan de mejora fiscal y que pasa porque Cataluña recaude y gestione todos los impuestos. La votación, en la que ha participado el 77% de la militancia republicana, deja de manifiesto la división interna en sus filas. Está por verse cómo la actual dirección que comanda la secretaria general, Marta Rovira, podrá capitanear ese estado de ánimo hasta el Congreso Extraordinario de noviembre, donde los militantes deben elegir una nueva dirección.
“Hemos dicho que sí a una hacienda catalana, a recaudar el 100% de los impuestos, a recaudar el primer ejercicio del IRPF en 2026. A tenerlo todo listo para ello”, ha asegurado Rovira, que ha comparecido este viernes en su sede de Barcelona, flanqueada por gran parte de los miembros de la Ejecutiva de la formación. La secretaria general se ha mostrado satisfecha del proceso democrático interno, pero ha asegurado que entiende el apoyo al texto como un “sí vigilante y exigente”. “La militancia nos ha dicho que el acuerdo estaba muy bien, pero que es poco creíble por quien lo suscribe al otro lado”, ha resumido Rovira, recordando que existe una gran distancia política con el PSC, algo que cree que también reflejan los resultados.
La decisión ha sido recibida con júbilo por parte del PSC y del Gobierno. Rovira explicó que el silencio de estos últimos días por parte de los socialistas estaba “casi pactado” para no entorpecer el proceso interno de los republicanos y que ahora sí se verían obligados a defender el texto. La jornada se vivió en La Moncloa con cierta incertidumbre, al no recibir de la dirección republicana garantías sobre cómo podría ser la foto final. Aunque entienden que el contenido del acuerdo sea difícil de explicar en otros sitios del país, creen que ayudará a entender la operación el signo de normalidad política para Cataluña que implica que Illa llegue al Palau de la Generalitat.
Que la decisión que estaba en manos de los militantes era una de las más importantes de la historia política de ERC lo deja de manifiesto la alta participación en la consulta, que ha alcanzado el 77% del censo, más de 6.350 afiliados. Hay que remontarse hasta 2019, cuando se preguntó por la investidura de Pedro Sánchez, para encontrar una movilización similar. Entonces, con el 70% de la participación, un 94% de las bases apoyó los planes de la dirección, pero ahora este resultado tan ajustado refleja el gran debate interno que ha provocado el apoyo a los socialistas. Una división en la que, por ejemplo, la Assemblea Nacional Catalana ha querido hurgar. En su comunicado, la entidad independentista dice que “la historia juzgará” a una dirección responsable de unos acuerdos de “efectos fatales” para Cataluña.
La estrategia de la dirección explicar detalladamente el acuerdo a través de asambleas territoriales durante toda la semana parece haber surtido el efecto deseado, si bien se ha hecho evidente que Rovira se va a ver obligada a capitanear una nave no solo maltrecha por las peleas internas y los malos resultados electorales, sino dividida ante la estrategia política del corto plazo. “Es haciendo oposición política donde tendremos más fuerza para ser vigilantes en su aplicación”, ha insistido Rovira. Oriol Junqueras también ha dicho la suya. En la red social X, el expresidente del partido ha celebrado un “acuerdo histórico para Cataluña” pero ha pedido que el alto porcentaje a favor del no lleve a extremar el seguimiento de su despliegue.
El resultado de este viernes suponía lanzar una moneda al aire, pues los bloques a favor y en contra del preacuerdo no se correspondían, por ejemplo, con los que se han alineado con la secretaria general Marta Rovira ―que ve necesario un cambio de caras al frente de la formación― o con Junqueras ―que quiere volver a presentarse como jefe máximo en el Congreso de noviembre―. “Esquerra ha acumulado suficiente madurez política para saber exactamente qué se está votando en la consulta y la militancia sabe que tendrá la oportunidad de votar sobre los liderazgos y la dirección en el congreso nacional del 30 de noviembre”, se había mostrado segura Rovira, en una entrevista a este diario.
Más allá del debate sobre la propuesta misma, en la ecuación que tenían que resolver las bases figuraba una foto de confianza muy complicada de digerir. Por muy atractivo que fuera el acuerdo, su aplicación dependería de dos Gobiernos socialistas a lado y lado del Ebro. No son pocas las voces dentro de los republicanos que creen que eso mina el nivel de exigencia y cumplimiento. Además, la suma de los independentistas en la Cámara no alcanzaría para poder apretar el botón nuclear de la moción de censura. Illa, sin embargo, aún tiene que enfrentarse a dos escollos para poder ser investido president: Puigdemont aseguró la semana pasada que volvería a Cataluña para la sesión de investidura y un posible encarcelamiento ―tiene aún vigente en su contra la orden de detención nacional por malversación― tensionaría una vez más a los republicanos y, por otro lado, las juventudes de Esquerra quieren usar su prerrogativa para debatir internamente el sentido del voto de su representante Mar Besses, algo que aún no está cerrado.
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