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La fundación Germina se marcha de Cataluña dejando en el aire la atención a 320 niños en situación vulnerable

El 15 de junio el multimillonario Mauricio Botton cerrará todos los centros en Santa Coloma y Badalona para centrarse en la actividad de los nuevos espacios asistencias de Madrid

Uno de los centros de asistencia social de la fundación Germina en Cataluña.
Uno de los centros de asistencia social de la fundación Germina en Cataluña.

Desde los cinco años, Carlitos pasa las tardes en el centro Fondo, en Santa Coloma de Gramenet. La Fundación Germina lleva cinco años acompañando académica, psicológica y personalmente a él y a su familia. “Han sido fundamentales para controlar el genio de Carlitos y mejorar la convivencia en casa. Y un apoyo incalculable para todos en la gestión del trauma de la separación y las secuelas del maltrato”, admite Jenny Silsa (República Dominicana, 34 años). Ahora Carlitos pregunta a su madre dónde pasarán las tardes él y otros 319 niños, después de que el patronato de Germina―presidido por el multimillonario Maurice Botton― haya anunciado el cierre definitivo de todos sus centros catalanes para el 31 de julio (la actividad con los menores terminará el 15 de junio). “Entendemos que no quieran seguir vinculados a Cataluña, pero sí pedimos responsabilidad social. Cierran los dos centros de Santa Coloma y el de Badalona con apenas un mes de antelación y a las puertas del verano. Asistimos a personas, no construimos máquinas, necesitamos tiempo y recursos”, critica Clara Pons, directora del centro Raval (Santa Coloma).

Desde 2004, la Fundación realiza una labor de atención social, académica, salud mental, ocio y refuerzo escolar con niños y jóvenes hasta los 21 años en situación de vulnerabilidad, ayudándoles con temas como el maltrato familiar, acoso sexual o escolar, entre otros. “Germina es mucho más que una escuela o ludoteca. Mi hijo lleva yendo desde los siete años y ahora recibe acompañamiento para abandonar su adicción a las pantallas. Su trabajo con los niños y las familias es esencial todo el año necesitamos soluciones para el curso, más allá de verano”, subraya Pilar Ocampo (Colombia, 53 años). Para este verano, el Ayuntamiento de Badalona ha recolocado a los jóvenes en el ISOM y a los más pequeños en los Casals de Infancia, pero en ninguno de los municipios afectados se sabe qué pasará cuando llegue septiembre.

Ignacio Goytisolo, abogado de Mauricio y Carlota Botton― presidentes del patronato― insiste en que ningún niño debería quedar desatendido tras el cierre de los centros. La ley catalana de servicios sociales obliga a los municipios de más de 20.000 habitantes a garantizar, como servicio público, la intervención socioeducativa como la que ofrecía Germina. “Si los ayuntamientos responsables han eludido su obligación hasta ahora, gracias a la ayuda de entidades sin ánimo de lucro, no es nuestro problema”, añade Goytisolo. Por lo pronto, el Ayuntamiento de Badalona ha adelantado la mesa de diálogo sobre la infancia al próximo lunes para decidir qué ocurrirá cuando comience el curso. Los trabajadores de Germina exigen a la fundación que mantengan el apoyo financiero, mientras buscan otra entidad sin ánimo de lucro que dé continuidad al proyecto, o bien, una indemnización para abrir una nueva fundación. “El cierre no se debe a motivos económicos, está muy claro. En el comunicado nos dijeron que estaban muy mayores y no querían dejar su legado y seguir vinculados a Cataluña”, subraya el portavoz de los trabajadores de Germina, Joan Todó.

El letrado sostiene que son muchas las causas que han concurrido para cesar la actividad de los centros catalanes. “Se trata de un matrimonio nonagenario que ya se trasladó a Madrid en 2017. Ahora se sienten muy lejos del proyecto en Barcelona y han tomado conciencia de la gran exigencia del proyecto asistencial que abrieron en Madrid en 2019. No se puede sostener todo”, aclara Goytisolo. Durante 20 años, el empresario multimillonario heredero de la fortuna de Danone invirtió más de 20 millones de euros en los centros catalanes, hasta que en 2018 replanteó el proyecto enfocándolo a Madrid, en un principio con la intención de mantener simultáneamente ambos servicios. “El cambio no se debe a incentivos fiscales, no sé si responderá a cuestiones políticas por la situación que se ha vivido estos años en Cataluña. Pero también es normal que al cambiar de domicilio dejen de tener tanto interés en los servicios de Badalona y Santa Coloma”. Goytisolo añade que la plantilla ha sido “generosamente indemnizada” y que la fundación mantendrá la financiación hasta 2025 y está dispuesta a ceder gratuitamente el uso de los edificios donde Germina desempeñaba su actividad a otra entidad que quiera continuar el proyecto. Estos términos no ha sido notificado a los trabajadores, ni a la dirección catalana de la Fundación.

Noelia Fuentes (Santa Coloma, 36 años) se turna con sus padres para llevar y recoger a su sobrina Lea de nueve años, del centro de Fondo. Lea vive una situación difícil, un padre ausente y una madre que padece trastorno límite de personalidad. Sus abuelos se ocupan de ella con todo el amor del mundo pero la educación no es la misma que hace 20 años, ni ellos tienen las mismas fuerzas. Esas carencias las suple Germina: dan apoyo psicológico a ella y a toda la familia, y ayudan a sus abuelos a educarla conforme a los nuevos tiempos. Lea pasó una semana llorando cuando se enteró del cierre del centro. “Nos dan igual los motivos, pero pedimos dinero, tiempo y responsabilidad social”, termina Fuentes.

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