La CUP enfría una eventual investidura de Puigdemont tras reunirse con él

Bajo la sombra de la aprobación de la ley de amnistía, han empezado ya a aflorar las negociaciones para formar la mesa del Parlament y la investidura en Cataluña. La CUP ha arrojado un jarro de agua de fría y ha mostrado su “escepticismo” sobre el plan de Carles Puigdemont de volver a ser president al necesitar para ello el apoyo de los 61 diputados secesionistas y la abstención del ganador de las elecciones, el PSC (42 diputados). La presión de los dos grandes partidos independentistas, paralelamente, se ha acrecentado hacia los socialistas: el eurodiputado Toni Comín (Junts) ha avisado a Pedro Sánchez de que su partido le retirará el apoyo si el PSC no inviste a Puigdemont, mientras que Marta Rovira (ERC) ha sostenido que ahora mismo no se dan las condiciones que para hacer lo propio con Salvador Illa. El PSC no ha ocultado su inquietud ante la complejidad de las conversaciones y apuesta por la mayoría de izquierdas.

Tras unos días de silencio, la tensión de la negociación ha emergido justo ahora que la campaña de las elecciones europeas la alcanzado el ecuador. Los anticapitalistas, que no se presentan a esos comicios, han mostrado en un comunicado sus recelos ante el proyecto de Puigdemont. “Es clave que Junts explique públicamente las condiciones de esta supuesta abstención [del PSC]”, aseguran los anticapitalistas tras reunirse con el expresident. Los socialistas, en todo caso, nunca han dado señales de que ceder la Generalitat a Junts sea una posibilidad, sino más bien todo lo contrario. Tras la pérdida del independentismo de la mayoría absoluta, la CUP, que ha pasado en estas elecciones de nueve a cuatro escaños, aboga por realizar un análisis profundo “tanto a nivel social como político”.

La líder de los anticapitalistas, Laia Estrada, ya había mostrado con antelación su rechazo a “vender humo” tras las elecciones pero la CUP ha insistido este viernes en la importancia de garantizar una Mesa del Parlament con mayoría independentista que “garantice derechos y defienda la soberanía del Parlament y hacer frente a la represión del Estado”. Y envía además un mensaje a ERC para que no facilite la investidura de Illa, vencedor el 12-M con 42 escaños pero que se quedó muy lejos de la mayoría absoluta (68). “Cualquier gobierno que pase por el apoyo al PSC o por parte de este supondrá un retroceso en políticas nacionales”, dice. La fecha límite de las negociaciones para cerrar la composición de la mesa es el 10 de junio, un día después de las elecciones europeas, que es cuando se cumple el plazo para constituir el Parlament.

Las negociaciones para formar la Mesa han coincidido con muestras de unidad del independentismo después de la aprobación de la ley de amnistía. Junts, ERC y la CUP han escenificado este viernes la intención de recuperar cierta imagen unitaria en un acto convocado por Òmnium en la que se ha leído un manifiesto en favor de la “pluralidad y diversidad” del movimiento y en el que el mensaje ha sido principalmente visual: una foto a la que también se han sumado los comunes. El independentismo plantea impulsar una “mesa antirepresiva” para dirigir el Parlament y conservar la mayoría de la misma pese a haberla perdido en el hemiciclo (han pasado de 74 a 61 diputados). Los socialistas asumen que las cuentas les saldrían y piden que todos los grupos se voten a sí mismos por respeto a los resultados del 12-M. En ese caso, según el cálculo del PP, la distribución de los siete puestos sería esta: 3 puestos para PSC, 2 para Junts, 1 para ERC y 1 para el PP.

Rovira ha aumentado la alarma instalada en el PSC después de que en una entrevista en la emisora Rac1 dijera que ERC actuará con “coherencia” y “por tanto”, no hará president a Salvador Illa ahora mismo”. Con todo, el matiz temporal deja la puerta abierta a una negociación con el PSC. “Las elecciones no nos dan miedo”, ha señalado en referencia a una eventual repetición de los comicios. La dirigente, residente en Suiza, ha rechazado las “presiones” a ERC para evitar un bloqueo político y ha recordado que una de sus exigencias es la del referéndum.

Mientras, desde Bruselas, Comín ha recalcado que lo “coherente” y “consecuente” es que el PSOE invista a Puigdemont. “Partiendo de la aritmética de que nadie tiene la mayoría absoluta, entendemos que si el PSOE quiere que el acuerdo de Bruselas prospere debe facilitar la investidura de Puigdemont”, ha afirmado a la agencia Efe. El expresident Artur Mas, en un artículo en el diario Ara titulado El trencaclosques català (El rompecabezas catalán) ha sostenido que salvo milagro los dos escenarios más viables son un Govern en minoría de Illa o repetición electoral. Y en este último supuesto ha animado a los partidos independentistas, por mucho que a algunos les genere “urticaria” a concurrir en una plataforma electoral conjunta para y ganar cambiar el tablero.

El PSC considera un “error” ir a otras elecciones

Los socialistas siguen fieles a su estrategia basada en cuatro patas: que se debe respetar el resultado del 12-M, que la cámara arroja ahora mismo una mayoría progresista, que no hay que hacer perder el tiempo a la ciudadanía y que no piensan negociar con la extrema derecha de Vox y de Aliança Catalana. La posición del PSC es irrevocable y está dispuesto a la repetición electoral -que no desea- si ERC pone como condición el referéndum. Los socialistas no ocultan su perplejidad al entender que los republicanos puedan alinearse con Junts cuando este partido abandonó el Ejecutivo y votó dos veces en contra de los presupuestos. El PSC sostiene que una repetición electoral sería un error.

Su situación es en cualquier caso privilegiada: los socialistas pueden alcanzar los 68 escaños de la mayoría absoluta tanto si mira a la izquierda (con ERC y comunes) como a la derecha si le votan PP y Vox en este caso para la investidura. En donde si ya están de acuerdo PSC y PP es en el criterio de que se debería aplicar para decidir los puestos de la Mesa. “Antes de que Cataluña se volviera políticamente loca, los grupos se votaban a si mismos. Es nuestra posición: la más democrática y respetuosa con lo que la gente ha votado”, ha defendido el presidente del PP, Alejandro Fernández, que reivindica un puesto en la Mesa para el PP de acuerdo con sus 15 escaños.

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