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Cierra la librería Stock Llibres de la calle Comtal de Barcelona: “Mis clientes ya no pasan por aquí. Solo son turistas”

Francesc Castell, después de 35 años, bajará la persiana de su establecimiento el 29 de junio

Libreria Stock Llibres
La librería Stock Llibres en el carrer Comtal de Barcelona con varias personas en su interior.

La librería de segunda mano Stock Llibres, situada en la calle Comtal de Barcelona, cierra el próximo 29 de junio después de 35 años. El propietario, Francesc Castell cuenta que ha decidido bajar la persiana porque los gastos superan las ganancias. “El alquiler es lo que más cuesta, pero el problema principal es que el comercio en esta calle ha cambiado mucho en los últimos años. Si sales a la calle puedes observar qué tipo de comercios hay”, confiesa Castell. La mayoría de locales de la calle Comtal son tiendas de carcasas para móviles, cadenas de panaderías o comercios de souvenirs para turistas. “Solo quedan cuatro comercios tradicionales históricos. Mis clientes de toda la vida ya no pasan por aquí, solo hay turistas paseando”, expone.

Desde 1989, la librería permitía a los clientes encontrar libros de todos los estilos, todo tipo de antigüedades, incluso artículos de coleccionismo. Ahora, de los comercios tradicionales que quedaban, solo habrá tres en esa calle. Los negocios históricos de la zona han cambiado totalmente con el paso del tiempo. Antiguamente, los transeúntes se encontraban con tiendas como la Montserratina, famosa por la venta de cocas, o la Casa del Bacallà, que ahora tampoco permanece. Castell afirma que “este cambio social ha afectado mucho”.

La librería pertenecía hasta el momento a Barna Centre, una entidad sin ánimo de lucro que nació con el objetivo de representar y defender a los comerciantes para mejorar la situación socioeconómica del territorio y hacer del barrio Gótico un mejor espacio para vivir y disfrutar de las compras, la cultura y el ocio de la zona. Desde la organización trabajan con estrategias para “intentar competir con un entorno de cambios acelerados”. No obstante, el propietario de Stock Llibres confiesa que esta entidad llega hasta cierto punto: “Como asociación llega a unos límites, pero yo solo puedo agradecer a nivel anímico y de apoyo moral todo lo que me han ayudado”.

El Ayuntamiento de Barcelona envió una propuesta hace un tiempo en la que proponían comprar unos locales para que estos comercios tradicionales tuvieran un precio más bajo de alquiler, según cuenta el propietario de la librería. “El problema es que estos locales están ubicados en lugares periféricos. Tener que comenzar allí cuando tenía toda mi clientela aquí, no me convenció. Aunque la iniciativa es buena, es muy difícil trasladarse por el riesgo que conlleva para el negocio y personalmente, cuando ya tienes una edad”, expresa Castell.

Francesc Castell tiene toda la tienda en liquidación hasta finales de junio para intentar vender los miles de libros que almacena y dejar así, el local vacío. “Lo que me sobre lo guardaré en un almacén que tengo también en alquiler y mi idea es venderlo por internet. También seguiré participando en las ferias de libros que pueda porque soy autónomo y tengo que acabar de cotizar estos cinco años que me quedan para poder cobrar una pequeña pensión”, expresa Castell.

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