El crimen de un agricultor en Lleida saca a la luz a un presunto asesino en serie

La muerte misteriosa en Vilanova de la Barca (Lleida) de Ramon Rossell, de 84 años, ha destapado el caso de un posible asesino en serie. Su esposa encontró a Rosell muerto el 5 de enero, en su finca, a la que había ido a podar los árboles frutales. Los Mossos d’Esquadra hallaron poco después, a una decena de kilómetros, en Lleida ciudad, un Opel Astra que constaba como robado. Cuando los agentes comprobaron los datos, descubrieron que se trataba del coche de otro hombre, José Luis Aguado, de 80 años, muerto en extrañas circunstancias en Ribaforada (Navarra), dos semanas antes, el 21 de diciembre, también cuando trabajaba en su terreno. La policía investiga si un tercer crimen, el de Pedro Oyón, de 68 años, un mes antes, el 22 de noviembre, en un campo de olivos de Tudela, pudo ser obra de la misma persona.

Ramon Rosell salió el 5 de enero con su mujer a podar los árboles frutales de una finca de su propiedad cerca de Lleida. Ella se volvió antes y lo dejó en el lugar, pero, luego, al ver que el hombre no regresaba a casa y no respondía a las llamadas, regresó al terreno. Allí lo encontró muerto, con diversos golpes. “Habían empleado mucha violencia”, aseguran fuentes del caso. Aparentemente, Rosell no tenía problemas con nadie, y tampoco parecía que le hubiesen robado nada. Solo faltaba su coche, también un Opel Astra, con el que huyó el presunto asesino y que no han recuperado todavía.

Las primeras investigaciones permitieron descubrir que el homicida de Vilanova de la Barca huyó en dirección norte. En su camino, en Ponts, a unos 50 kilómetros de la localidad de la que había partido, se saltó un control policial. Los Mossos descubrieron, después de repasar imágenes de seguridad de diversas carreteras, que el coche había entrado en Andorra. Una vía de huida extraña, indican fuentes policiales, para alguien que escapa de un crimen y quiere pasar desapercibido, lejos de los radares policiales. Pero no se detuvo ahí, el vehículo siguió, y acabó cruzando la frontera francesa, donde se le perdió la pista. En las capturas de imágenes que se le hicieron al coche, que no son nítidas, los Mossos confirmaron que solo había una persona al volante, según fuentes al corriente de la investigación. Era un hombre de tez morena y fornido.

Paralelamente, una patrulla en Lleida alumbró, sin saberlo, una nueva pista. Los agentes encontraron un vehículo que constaba como robado: un Opel Astra rojo. Su dueño era José Luis Aguado, de 80 años, que había muerto en extrañas circunstancias en Ribaforada. La investigación, en manos de la Guardia Civil, no descartaba que el anciano hubiese podido sufrir un accidente mientras usaba la motoazada, según contó el digital Noticias de Navarra. Pero no cuadraba el hecho de que su coche hubiese desaparecido, y que finalmente apareciera a más de 230 kilómetros, en la provincia de Lleida, muy cerca de otro caso casi idéntico de un hombre mayor muerto en un campo agrícola apartado de un casco urbano. El hallazgo del Astra podía haber pasado desapercibido, como un robo de vehículo más, pero los Mossos unieron los dos casos.

Desde entonces, los Mossos, la Guardia Civil y la Policía Nacional trabajan en un dispositivo conjunto que apunta a un tercer caso más, de características muy similares: la muerte de Pedro Oyón, el 22 de noviembre, cuando salió a trabajar a un campo de olivos en una zona apartada de Tudela, también en Navarra. Fuentes policiales aseguran que la vinculación entre los dos últimos homicidios se sostiene por la aparición del Opel Astra, y se mantienen algo más cautelosos con la vinculación con el primero de los crímenes, el del Pedro Oyón.

La policía no ha identificado hasta el momento a la persona que puede estar detrás de las muertes. La hipótesis con la que trabajan los agentes es que se trata de alguien que huye, por algún motivo, y que cuando es descubierto decide atacar a las personas. Inicialmente, tras el crimen de Vilanova de la Barca, los Mossos elucubraron la posibilidad de que el homicida fuese Yousef Mohamed Lehrech, El Pastilla, que huyó de la prisión de Alcalá-Meco, en Madrid, y que finalmente fue arrestado en una estación de Leipzig el pasado 25 de enero. Pero tras las primeras comprobaciones, los agentes descartaron que estuviese detrás de los tres crímenes, porque El Pastilla huyó el 23 de diciembre, y los dos primeros homicidios datan del 22 de noviembre y del 21 de diciembre.

Las tres policías siguen con la investigación abierta para aclarar la autoría de las tres muertes y si finalmente están relacionadas, una hipótesis de trabajo de los cuerpos policiales. Y, sobre todo, localizar al autor, al que perdieron el rastro en Francia. Los Mossos han pedido la colaboración de la policía francesa, para dar con el vehículo de Rossell, con el que escapó el homicida, en una carrera sin sentido, cruzando una frontera tras otra, poniéndose en riesgo, e incluso saltándose un control policial en su huida. El temor es que no sepan nada de él hasta que se cometa un nuevo homicidio.

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