“Tienen parado el plan de rehabilitación de edificios... ¡Y nos multan a los vecinos por su mal estado!”
El barrio del Besòs de Barcelona reclama que se ejecute el proyecto de rehabilitación de fincas con aluminosis
Los bomberos de Barcelona tuvieron que acudir durante las fiestas de Navidad al barrio del Besòs. Se había desplomado parte del techo de una cocina. Las fotos saltaron de chat en chat de vecinos. En las imágenes asoma una viga en mal estado. No es la primera vez. El barrio está pendiente desde hace años de un plan de regeneración por el mal estado de sus algo más de 80 edificios y la sospecha de que tienen aluminosis. El Besòs (Sant Martí) es el tercer foco de la ciudad donde se utilizó cemento aluminoso, después del Turó de la Peira (Horta-Guinardó) y de la Trinitat Nova (Nou Barris), que también tuvieron sus planes.
Los vecinos están que trinan. En 2020 el Ayuntamiento (con la exalcaldesa Ada Colau al frente y el actual alcalde, Jaume Collboni, como socio) anunció un plan para peinar 1.200 pisos del barrio en busca de aluminosis. Desde 2018 la mayoría de balcones están cubiertos con redes ante posibles desprendimientos. Se han cambiado ya tres veces las dichosas redes. Hay balcones que llevan años apuntalados. Y de las 10 escaleras que se consideraron prioritarias, solo se ha intervenido en una. Es solo una escalera, no es que se haya rehabilitado un edificio entero.
La alerta de los vecinos sobre la situación del barrio, en el grupo de diez barrios con menor renta familiar de la ciudad, ubicado entre La Verneda, la Rambla de Prim, el lujoso Diagonal Mar y la castigada Mina (ya en Sant Adrià de Besòs), provocó una curiosa alianza en la oposición al actual alcalde: a finales de diciembre Junts, los comunes y ERC forzaron la celebración de un pleno extraordinario para tratar la situación del barrio. Los tres partidos y los vecinos acusan al ejecutivo municipal de haber frenado el plan de rehabilitación. El actual Gobierno lo niega. Mantiene que “el Besòs es absolutamente prioritario” y que dispone para ello de 5,7 millones de euros de fondos Next Generation y otros 11,7 millones de aportación municipal. Y que además de la escalera rehabilitada, hay dos en proceso de licitación de obras y otras dos pendientes de licencia. Este viernes el concejal del distrito de Sant Martí, David Escudé, tiene previsto actualizar datos: revelar los resultados de la campaña de inspecciones y anunciar las próximas actuaciones. Los vecinos de la entidad SOS Besòs lamentan que no han sido convocados a una sesión informativa previa.
Pero los que viven en esas escaleras están hartos de promesas. “Cada equis años nos hablan del plan, pero no acaba. Y mientras, vives con la angustia de saber que puedes estar afectado”, afirma Silvia Liso, vecina y miembro de SOS Besòs. “A mi hija le digo que no camine bajo los balcones, por si acaso”, asegura señalando salientes agrietados “desde hace años”. “Ahora que comienza a pasar algún turista por aquí, verás tú como le pase algo a un extranjero”, añade.
Montse Gascón, también vecina, apunta que la rehabilitación no debería restringirse a las 10 escaleras: “Que asuman el proyecto”, exige. Explica, indignada, que “mientras hay un plan de regeneración que está parado, están multando a comunidades por el mal estado de las fincas”. Gascón explica indignada que “tienen parado el plan de rehabilitación de edificios... ¡Y nos abren expedientes sancionadores a los vecinos por su mal estado!”Lo hacen para cubrirse las espaldas por si pasa algo, diciendo que no hay mantenimiento”, considera. Y otra queja: “Mientras en otros barrios de renta baja el Ayuntamiento ha presumido de ejercer de comunidad de vecinos para rehabilitar fincas, aquí nos dicen que si la escalera no está cohesionada no se hacen las obras. ¿Quieren dejar en la estacada a los más vulnerables?”.
En el mismo corrillo de Gascón y Liso está Andrés Giraldo, presidente de una escalera: “Este barrio ha estado históricamente afectado por aluminosis, y la cuestión social tiene un gran protagonismo, porque es más complejo conseguir que las fincas se pongan de acuerdo cuando hay muchas rentas bajas, altos porcentajes de población migrante [35,6% en 2022] que a veces ni hablan castellano, pisos ocupados...”. “No tiene sentido cómo nos tratan”, lamenta y asegura que en su finca, actualizaron la ITE, la Inspección Técnica de Edificios, y les llegó un expediente sancionador. “No se aguanta cómo nos tratan: no hacen el plan para resolver el problema del barrio y encima nos abren expedientes”. La sensación en el barrio entre los vecinos movilizados es de “desamparo”, y esto crea “desafección con los políticos”, señalan los tres vecinos.
El día que Junts, cxomunes y ERC convocaron a la prensa antes de Navidad para anunciar que forzaban un pleno sobre el barrio del Besòs, Tereixa Pardo, también de SOS Besòs, auguraba que cualquier día “habrá muertos” y lamentaba que el PSC “está dejando un barrio sin futuro”. Por parte de Junts, el ex consejero de Territorio y ahora concejal en la oposición Damià Calvet, consideró que “las patologías estructurales y la infravivienda son una forma de segregación con la que se encontraron los primeros ayuntamientos democráticos” y que es “necesario garantizar que se rehabilitan las fincas pendientes, con calendario y presupuesto”. Janet Sanz, de los comunes y ex teniente de alcalde de Urbanismo y ahora también concejal en la oposición, exigió que no se pare el plan puesto en marcha durante el segundo mandato de la alcaldesa Ada Colau. Y Jordi Coronas, de ERC, pidió “cumplir compromisos y aprovechar los recursos de los fondos Next Generation”.
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