La sequía obliga a Codorniú a pagar un 37% más caro el precio de la uva
El grupo bodeguero cierra el último ejercicio con una cifra récord de ventas que se sitúan en 227 millones de euros, el mejor registro de la década
Los efectos de la sequía en los viñedos catalanes han obligado al grupo Raventós Codorniú a revisar al alza - y antes de tiempo - los contratos con sus proveedores, con un aumento del 37% del precio de la uva. Este año el grupo bodeguero pagará un precio medio que oscila entre los 0,67 céntimos y el euro por el kilo de...
Los efectos de la sequía en los viñedos catalanes han obligado al grupo Raventós Codorniú a revisar al alza - y antes de tiempo - los contratos con sus proveedores, con un aumento del 37% del precio de la uva. Este año el grupo bodeguero pagará un precio medio que oscila entre los 0,67 céntimos y el euro por el kilo de materia prima. Los motivos: la inflación, la escasez de producción agrícola y el sobrecoste general de la uva ecológica (alrededor de un 20% más cara que la convencional), al que la empresa se tiene que enfrentar ahora que ha conseguido que el 100% de los cavas Codorniú sean ecológicos. Sin embargo, el cierre del último ejercicio fiscal con una cifra récord de ventas de 227 millones de euros y su consolidación como primer productor de cava a nivel mundial, hacen que Raventós Codorniú “celebre cautelosamente y mantenga sus perspectivas de crecimiento optimistas”, según ha afirmado este martes el consejero delegado del grupo, Sergio Fuster.
Desde este mes de octubre todos los cavas Codorniú serán 100% ecológicos. La bodega más antigua de España y creador del cava ha culminado un proceso de transición ecológica de diez años, comercializando este año 11 millones de botellas de cava orgánico, lo que representa el 35% del mercado mundial. El enólogo principal, Bruno Colomer ha explicado que la producción del cava ecológico - libre de fungicidas, pesticidas y herbicidas químicos - requiere un “sobresfuerzo y sobrecoste”, por lo que el precio de la uva ecológica es, aproximadamente, un 20% superior a la convencional.
Desde 2019 el grupo Codorniú ha apostado por una estrategia ecologista basada en contratos quinquenales con sus proveedores, en los que se pacta un precio cerrado y la empresa se compromete a comprar la producción de uva por hectárea “pase lo que pase”. Sin embargo, Fuster ha detallado que por la “insostenible situación” de los agricultores este año, la empresa ha decidido revisar a la alza estos contratos añadiendo un “plus de sequía”, que se traduce en un aumento del 37% del precio de toda la producción de uva (ecológica y convencional).
Si hace dos años la uva ecológica tenía un abanico de precios de 0,44 a 0,51 céntimos el kilo, ahora oscila entre los 0,67 céntimos y el euro, dependiendo de si se trata de uva ecológica de guarda o superior .“Claramente es más caro producir el vino ecológico lo que pasa es que la perspectiva de incremento de costos se ha visto empañada porque se han disparado los precios de la uva convencional, en general”, ha afirmado Fuster. A este precio, ha añadido, se le suma el incremento del 37% que hemos ofrecido en la revisión de los contratos, el plus de sequía. Desde Raventós Codorniú aseguran que prefiere esta revisión y que continuarán su apuesta de contratar a largo plazo con los agricultores, en busca de estabilidad en un momento en el que los suministros están “cada vez menos garantizados”.
Desde hace dos años, la escasez de uva por motivos climáticos es una realidad en la región de Champaña (Francia), que ha producido una caída en la producción del “gran competidor” del cava Codorniú, el champán. Según Fuster, este factor unido a la apuesta de Codorniú por las gamas altas y el aumento de la calidad del espumoso, son el caldo de cultivo ideal para el crecimiento del cava en el mercado internacional: “El vino espumoso está de moda y en los últimos años el cava está ganando mercado con respecto al prosecco y el champán. Vivimos un momento coyuntural único”.
Raventós Codorniú cerró su último ejercicio fiscal, con un Ebtida (indicador del beneficio bruto de explotación) de 33,6 millones, un 16 % más que el ejercicio anterior y récord histórico, y unas ventas de 227 millones, un 4 % más y el mejor registro de la década. El aumento del 4% más de facturación se explica, según Fuster más por un aumento del volumen de ventas (que han crecido el 3%) que por el incremento de los precios ya que ha indicado que en el sector del vino los sobrecostes por la inflación no se reflejan en el producto final hasta pasados dos, tres o incluso seis años. Su posición como líder del mercado español - en el que también ha crecido en el último año - y el aumento de su presencia en el exterior permiten al grupo reafirmar su objetivo a medio - largo plazo de 400 millones de ventas: “Estamos caminando en la dirección correcta pero a pesar de las posibilidades de nuestro cava, la situación coyuntural del mercado, va a retrasar un poco nuestro objetivo”, reconoce Fuster.
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