“Era un flautista de Hamelin del periodismo, todos le seguíamos”
El Col·legi de Periodistes de Catalunya rinde un homenaje a Antonio Franco editando un libro sobre su obra
El acto ya se acababa este martes en el auditorio del Espai Francesca Bonnemaison, en Barcelona, donde se ha presentado un libro sobre el periodista Antonio Franco, fallecido en 2021, y Emilio Pérez de Rozas ha tomado el micrófono y le ha definido de manera muy gráfica. “Era un líder. Un flautista de Hamelin: no sabíamos dónde íbamos pero le seguíamos. Se rodeó de los mejores y sabía que ninguno le llegaría a la altura de los zapatos. Protegía a la redacción. A veces venía a la sección de deportes y decía: ‘¿Qué hacéis? ¿Cómo es que nadie me ha llamado en un mes para quejarse?’ Animaba a ir hacia delante”.
Bajo el título Antonio Franco, un gegant del periodisme, el Col·legi de Periodistes de Catalunya ha presentado el libro que recoge una compilación de entrevistas y artículos que escribió durante su larga trayectoria. La obra, incluida en la colección Vaixells de paper, está ilustrada con una fotografía de Carlos Pérez de Rozas publicada en La Vanguardia en la que se ve, en un juego de espejos con un cartel publicitario, a un joven Franco en el hospital de Sant Pau encorvado para que una niña vestida de enfermera le agradezca su contribución al día contra el cáncer.
El Col·legi concedió a Franco a título póstumo el Premi Ofici de Periodista y el decano, Joan Maria Morros, ha revelado que decidieron recoger su legado para que llegara a las nuevas generaciones de periodistas. Jaume Guillamet ha recordado varias de sus enormes contribuciones, como la de fundador de El Periódico, la edición catalana de El PAÍS y del suplemento Quadern. “Su legado humano es tan grande como el profesional. Fue generoso, exigente, empático y comprometido”, ha dicho, apuntando que podría hacerse en la Universidad un seminario sobre él. Xavier Vidal-Folch, exdirector adjunto de El PAÍS, ha propuesto un memorial.
Ante unas 200 personas, la mayoría periodistas y moderado por Xavi Casinos —”Todos los que estamos aquí somos franquistas”, ha bromeado—, el acto ha sido la glosa de un hombre que revolucionó la profesión como nadie. “Era un ventilador de ideas. Paraba los golpes y era un líder desde que estaba en la escuela de periodismo”, ha recordado Rosa Mora, que fue redactora jefa de Cultura de EL PAÍS. Albert Sáez, director de El Periódico, ha afirmado que todos los que le han sucedido en el cargo son, en comparación, “notas a pie de página” y ha apuntado que intentan ser fieles a su legado. “Es explicar la oficialidad para que la entienda la gente, el rigor y la no neutralidad”, ha contado, en referencia a la defensa de valores. Vidal-Folch ha asegurado que un director de periódico es una suerte de director de orquesta y de hospital y que Franco, cómplice con la redacción, aplicó más el criterio del lector que el oficial.
Rosa Massagué, fundadora de El Periódico y ex corresponsal en Londres y Roma, ha dicho que definiría a Franco con una simple palabra: periodista. Y ha revelado que, cuando empezó a trabajar, era un tiempo que las mujeres periodistas no estaban visibilizadas y que, en el libro, solo participa una y con un artículo compartido. “En plena época del Me Too, Antonio, un día, me dijo: ‘Rosita, en esto nuestra generación nos hemos equivocado y lo hemos hecho muy mal’. El acto lo ha cerrado Andreu Franco, que ha definido a su padre como un visionario del oficio y que reveló que el 23-F le pilló en Londres: “Le recomendaron que no volviera. Y tomó el primer vuelo hacia Barcelona. Así era mi padre”.
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