Jaume Asens: “La Ley de Enjuiciamiento Criminal prevé la amnistía: es constitucional”
El abogado y exdiputado designado para negociar la investidura con Puigdemont afirma que la ley serviría para poner el contador a cero
El abogado barcelonés Jaume Asens, de 51 años, exlíder parlamentario de Unidas Podemos, pasó en unas semanas de ser descartado como cabeza de lista de Sumar por Barcelona el 23-J a negociar la investidura. Es el hombre designado para mediar entre Sumar y Carles Puigdemont y, por extensión, con la mayoría progresista. Fue el letrado que asesoró a su amigo y entonces consejero Toni Comín para que saliera de España tras la proclamación fallida de la república porque se iba a actuar judicialmente contra el Govern. Está considerado el ideólogo de los indultos y de la derogación de la sedición y coordina a un grupo de catedráticos que elabora un informe sobre la amnistía. No quiere hablar de por qué no fue candidato. Está escribiendo un libro.
Pregunta. La vicepresidenta Yolanda Díaz dijo que estaban negociando al máximo nivel con Junts. ¿Hablan con Puigdemont?
Respuesta. No puedo concretar. El PSOE llegó tarde a la negociación de la Mesa, estábamos estancados y le pedí a ella que se implicara. La negociación será lenta, larga, compleja y difícil. Exige silencio y prudencia. Hay una relación de confianza que no se puede romper.
P. ¿Cuál es su papel?
R. La vicepresidenta me llamó el día después de las elecciones y me encargó negociar la investidura con actores como Junts, ERC y Bildu. Lo acepté por responsabilidad. Estamos satisfechos con el acuerdo de la Mesa, con desbloquear el uso de las lenguas cooficiales y la comisión de investigación de espionaje del caso Pegasus. Con los adversarios se dialoga: no se les espía. Quedaron preguntas sin respuestas. Hay que ser valientes e ir más allá.
La negociación será lenta, larga, compleja y difícil. Exige silencio y prudencia.
P. La investidura de Sánchez depende de Junts y ERC, que reclaman la amnistía y el referéndum. ¿Lo ve viable?
R. Toda negociación parte de máximos, pero hay motivos para el optimismo. Hay voluntad de acercar posiciones, acuerdo y reconocimiento de legitimidades. Estamos convencidos de que hay un conflicto político en los tribunales que hay que devolver a la política. Y una oportunidad que no debemos desaprovechar. A lo largo de la historia, Cataluña y España avanzan cuando las fuerzas progresistas se entienden con las catalanistas.
P. ¿La amnistía es la clave mucho más que el referéndum?
R. La amnistía puede ser una fórmula y la estamos estudiando. Podría servir para poner el contador a cero y volver a empezar. Iniciamos la desjudicialización con los indultos y ahora toca ser más ambiciosos, pasar página de muchas cosas sucedidas en el pasado y mirar al futuro. Cuando se recurre a la cúpula judicial controlada por la derecha, imbuida por la sacrosanta misión de una idea reaccionaria de España, se agrava el problema.
La vicepresidenta me hizo el encargo el día después de las elecciones de negociar la investidura
P. ¿Es un punto de inflexión que Pedro Sánchez diga que Junts es un grupo legítimo y que no se cierre a una amnistía?
R. Es una buena noticia. Junts es un actor con el que se debe poder llegar a acuerdos y dejar de demonizarlo. Se ha presentado a Puigdemont como un archienemigo de España. A un lado y otro ha faltado empatía y reconocimiento del adversario. En 2017, Puigdemont no encontró a nadie con quien dialogar en Madrid y al lado tenía a gente como Rufián, que le llamó traidor por no declarar la independencia. Y después, tarado por haberlo hecho. Junts debe valorar que hay un gobierno que ya no es una pared. Hay voluntad de dejar atrás el legado del PP de la porra, la cárcel y el no a todo.
P. ¿Tiene dudas de si la amnistía en constitucional? Hay mucha controversia
R. No, el Constitucional ya lo resolvió con muchas sentencias a favor. La amnistía funda nuestro régimen político: nace con ella en el 78. La Constitución está muy influida por la alemana, que a diferencia de la mayoría de países europeos no regula la amnistía. Lo que no está prohibido, está permitido. Si el constituyente hubiera querido, la habría prohibido como con los indultos generales, la censura o la pena de muerte.
P. Pero la Mesa del Congreso se opuso a tramitarla con el apoyo de los letrados
R. Fue un informe de dos líneas y sin motivación jurídica. Si hay elementos de inconstitucionalidad se pueden subsanar en la tramitación pero no amordazar la soberanía popular. Es una censura en toda regla. El control constitucional no corresponde a un grupo de diputados sino al Constitucional.
El penalista coordina ahora un grupo de catedráticos que está elaborando un informe sobre la amnistía
P. ¿Cuál es la diferencia esencial entre indulto y amnistía?
R. El indulto es individual y lo otorga el Gobierno con un decreto. La amnistía la aprueba el Congreso en forma de ley y afecta a un conjunto de personas. Se usa históricamente para acabar una situación de tensión. Es un borrón y cuenta nueva. No precisa de un cambio de régimen como se ha dicho: en 1936 el Congreso amnistió por unanimidad a los condenados por la rebelión de 1934 en Asturias y Cataluña. Hubo miles de muertos y detenidos. Francia y Portugal han amnistiado recientemente sin cambio de régimen.
La amnistía no precisa de un cambio de régimen como se ha dicho: en 1936 el Congreso amnistió por unanimidad a los condenados por la rebelión de 1934
P. ¿Buscan un alivio penal sin recurrir al término amnistía?
R. No podemos quedarnos atrapados en el nombre y si pensar en el objetivo. Hay otras fórmulas estudiadas.
P. ¿Una vía es reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal?
R. No hace falta. Su artículo 666.4 ya prevé la amnistía como causa de extinción de responsabilidad penal. Es otra prueba de su constitucionalidad. Nadie ha recurrido el artículo. Si se aprueba se podrá alegar y será una pista de aterrizaje para los jueces.
P. ¿A cuánta gente podría beneficiar y en qué periodo?
R. Hay que discutirlo, pero en el lado independentista habría tres niveles: los líderes del procés, los organizadores del 1-O, la mayoría de ERC, y las bases, involucradas en una situación de excepcionalidad sin Estatut y con la aplicación del 155. Y en el otro lado, hay, por ejemplo, decenas de policías imputados por las cargas del 1-O. Normalmente las amnistías afectan a todas las partes del conflicto. El límite son los crímenes de lesa humanidad y no los hubo.
P. Junts quiere incluir en la lista a Laura Borràs, condenada por corrupción y no delitos vinculados al procés...
R. Òmnium no la incluye en su lista [unos 600 posibles beneficiados]. La sentencia está recurrida. Hay un voto particular de un magistrado pidiendo la absolución y el mismo tribunal pide el indulto. Es anómalo.
Las amnistías afectan a todas las partes del conflicto, en este caso independentistas y los policías imputados. El límite son los crímenes de lesa humanidad
P. ¿Negocia también con ERC?
R. Sí, es socio prioritario. Y con Bildu: también ha dado muestras de lealtad y ha sido más generoso y dado menos tumbos que ERC. De la capacidad que tengamos de reconstruir la mayoría de la moción de censura, en la que estaba Junts, depende la estabilidad de la legislatura.
P. ¿Por qué se tendría que amnistiar a un encausado por daños en las protestas del procés y no a otro por el mismo delito en protestas en Cádiz?
R. No se pueden generar agravios que afecten al principio de igualdad ante la ley. La futura ley debería justificar muy bien el porqué y la excepcionalidad.
P. ¿Qué papel juega el PSC?
R. Antes del 23-J, me reuní con Salvador Illa y analizamos este escenario. Tiene un gran sentido de la responsabilidad y para ayudar para que el PSOE normalice la relación con Junts.
P. ¿Le preocupa que una ley tan delicada pueda aprobarse por un margen muy escaso en las Cortes y con las derechas en contra? ¿No sienta un precedente peligroso?
R. Ya ha hecho amnistías, como la amnistía fiscal del ministro Montoro, pero ahora llamará a Sánchez traidor, como hizo con Suárez cuando legalizó el PCE o con Zapatero cuando acabó con ETA. Hay ahora una mayoría progresista en el Constitucional que puede ser proclive a defender el encaje de la amnistía.
P. ¿El éxito para usted sería que Puigdemont pueda volver?
R. Sería deseable porque su retorno pacificaría la situación, pero es un error centrar el debate solo en él. Hay que abandonar la unilateralidad de unos (recorte del Estatut) y otros (la declaración de independencia) y restablecer lo que se rompió volviendo a las urnas con una propuesta de encaje.
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