Albert Botran (CUP): “Condicionar la investidura de Sánchez al referéndum es lo mínimo”

Albert Botran (Molins de Rei, 39 años) admite que duerme poco. “A las seis y media ya me levanto”, explica, y culpa de su temprano despertar a la adrenalina. “Vamos todos a tope, seguramente el lunes vendrá el cansancio”. El cabeza de lista de la CUP pretende repetir en el Congeso, donde ejerce desde 2019 con el grupo mixto. Descarta apoyar una investidura de Alberto Núñez Feijóo por razones obvias y reclama a Pedro Sánchez poner de nuevo el referéndum sobre la mesa para votar a su favor.

Pregunta. ¿Descarta al 100% investir Pedro Sánchez si no recoge el referéndum?

Respuesta. Sí. Es una cuestión de mínimos democráticos y lo pide un grueso importante de nuestra sociedad.

P. Existe la posibilidad de que el PP y Vox consigan gobernar.

R. Sin mayoría del PSOE y el resto de formaciones, el escenario más probable es la repetición electoral.

P. Esto abriría de nuevo la puerta a que Vox pueda entrar en el Gobierno. ¿No es peor el PP que el PSOE para Cataluña?

R. Es menos malo en algunas cuestiones. En otras, es parecido al PP, como el Ministerio de Robles [Defensa] y Marlaska [Interior]. Cataluña pide más democracia: si ante esto el PSOE opta por una repetición electoral, la responsabilidad es suya.

P. Ninguno de los partidos favoritos en las encuestas llevan el referéndum, su línea roja. ¿Votar a la CUP es útil?

R. Claro. Es hacer valer una cuestión mayoritaria en la sociedad. Que nos den la palabra.

La mesa de diálogo ha sido una salida del conflicto en falso

P. ¿Han pactado con el resto de partidos independentistas para el escenario postelectoral?

R. Hemos quedado en hablar a partir del domingo.

P. ¿Cómo han sido los primeros contactos?

R. Somos conscientes de que desde 2017 no se ha hecho todo bien porque hemos perdido apoyos.

P. ¿Qué no ha funcionado?

R. La mesa de diálogo ha sido una salida del conflicto en falso. Solo se ha convocado cuando ha querido el PSOE, y se ha hablado solo de lo que ellos han querido y permitido. Y, por otra parte, en la Generalitat hay un gobierno independentista, pero sus políticas provocan huelgas de médicos y maestros; y está a favor del Hard Rock. Eso no anima a luchar por la independencia.

P. ¿Y la CUP?

R. También tenemos que hacer autocrítica. La gente nos pide más implicación institucional. Lo que ocurre es que para implicarnos más dependemos también de las otras fuerzas.

Puede parecer que la CUP sea la del no a todo

P. ¿La población percibe que la CUP son los del no a todo?

R. Puede parecerlo. La nuestra es una crítica radical al sistema que con el tiempo ha ganado legitimidad. La sociedad ha asumido aspectos que en su día parecían demasiado radicales, como el feminismo o el ecologismo.

P. ¿Defiende la vía unilateral a la independencia?

R. Sí, reforzadas por mayorías democráticas.

P. ¿La DUI de 2017 era válida?

R. Sí, pero la represión la hizo inviable.

P. Mientras no llega la independencia, ¿qué tienen que hacer los partidos catalanes en el Congreso?

R. Hacer valer la reivindicación mayoritaria de la autodeterminación, y apoyar a las políticas sociales que supongan avances.

P. ¿El procés ha hecho perder recursos a Cataluña por falta de acuerdos con el Gobierno?

R. Dudo que sea así. Los gobiernos españoles negocian mucho en falso con los catalanes y no cumplen muchos acuerdos. Este es el motivo por el que Cataluña no consigue más en Madrid. ERC ha negociado el traspaso de Cercanías, los fondos europeos… Ha dado sus votos para ello, y el Gobierno ha incumplido.

P. Los resultados electorales de los independentistas han decaído. ¿Cómo se pretende recuperar la movilización popular?

R. Se ha desdibujado el objetivo, es así. El movimiento era ascendente cuando sabía dónde iba, y ahora no es el caso. Tenemos que recuperar la idea del referéndum.

P. ¿El procés ha muerto?

R. Tal como lo entendíamos, debe repensarse. Es necesario mantener un conflicto en el tiempo hasta que la otra parte acepte el referéndum de autodeterminación. La historia nos dice que los derechos surgen desde el conflicto, pero no hablamos de violencia, sino de fuerza colectiva, sindical, asociativa y en la calle. Sin conflicto, el Estado no reconocerá nuestro derecho.

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