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Los ucranios, ‘cazadores’ de pisos de lujo en Barcelona

Una agente inmobiliaria señala que los clientes rusos han desaparecido con las sanciones y son sustituidos por sus rivales en la guerra

Irina Parkhomenko, ucraniana propietaria de una immobiliaria.
Irina Parkhomenko, ucraniana propietaria de una immobiliaria.Gianluca Battista
Alfonso L. Congostrina

Irina Parkhomenko es ucrania, tiene 42 años y vive en Barcelona. En 2010 fundó la agencia inmobiliaria Uniko Real Estate especializada en la venta de inmuebles de lujo. Tiene una oficina abierta en la parte alta de Barcelona y otra en Ibiza. Hasta febrero de 2022, sus principales clientes eran rusos. Desde que comenzó la guerra, Parkhomenko sufre por sus familiares, ha perdido muchos clientes – siempre repite que es capaz de distinguir entre “Putin y los rusos que lo sufren”- debido a las sanciones y al bloqueo de las cuentas rusas. Pero, además, últimamente comprueba como muchos de sus compatriotas ucranios son ahora uno de sus principales clientes comprando pisos que superan el millón de euros. Los ucranios, según Parkhomenko, han sustituido a los rusos en la compra de inmuebles en la capital catalana.

Anna Puigdevall, directora general de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña, asegura que el cliente ruso “ha desaparecido totalmente del mapa”. Puigdevall lamenta que las estadísticas de su entidad son todavía previas al gran impacto de la guerra pero coincide con Parkhomenko en asegurar que ahora los ucranianos han aumentado su peso comprando “vivienda de lujo y no tan de lujo”. “No siempre consiguen sacar el dinero de su país”, advierte Puigdevall. La presidenta de los agentes inmobiliarios asegura que el “boom” de este verano es el de clientes norteamericanos atraídos por el “lujo y la estabilidad” de España.

Parkhomenko lleva más años viviendo en Barcelona que en su Odesa natal. Vino en 1997 a la capital catalana porque necesitaba una prótesis en un brazo y acabó asentándose, estudiando empresariales en la Universidad Rovira i Virgili (URV) y comenzando su aventura laboral en el mundo de las inmobiliarias. “Me gustaba la zona del Turó Park y Pedralbes. En 2010, en plena crisis, abrí mi oficina y entonces solo compraban propiedades los rusos”, recuerda. Parkhomenko hablaba perfectamente ruso y eso le permitía un acercamiento a este tipo de clientes que otras empresas no tenían. Las propiedades que venden siempre tienen un precio que supera los 500.000 euros. El negocio funcionó y abrió otra oficina en la calle Ample, en pleno centro de la capital catalana. “Entonces vino el procés independentista primero y la pandemia después. Dos variables que no fueron nada bien para las inversiones. Cerré la oficina del barrio Gòtic y abrí una nueva en Ibiza”, recuerda.

Todo iba viento en popa cuando en febrero de 2022 las tropas rusas invadieron Ucrania. “La guerra nos ha afectado a todos los negocios. Con la subida del tipo de interés hay clientes que no se pueden permitir las mismas hipotecas. Aunque debo admitir que en Barcelona faltan inmuebles de lujo para la cantidad de demanda que hay”, advierte. Sea como sea, uno de sus principales clientes, los rusos, han desaparecido. “Ellos no tienen la culpa. La mayoría no están de acuerdo con la invasión y, en cambio, no pueden traer su dinero, tienes muchas dificultades con las transferencias e incluso les imposibilitan abrir cuentas. Si no tenían el dinero fuera de Rusia ahora mismo es como si no tuvieran nada”, advierte.

Con el inicio de la guerra, los clientes del lujo en Barcelona han cambiado de nacionalidad. “Hay muchos estadounidenses e ingleses, pero ha aumentado muchísimo el cliente ucranio. Mis compatriotas vienen y remontan su vida en Barcelona. Todos dicen que en cuanto acabe la guerra volverán a nuestro país, pero compran y viven aquí porque saben que España siempre es un valor seguro. Además, en Barcelona el clima es maravilloso, hay playa y la montaña para esquiar está a menos de dos horas”, argumenta. “La guerra no me ha afectado a nivel laboral, pero a nivel personal es una preocupación constante. Mis padres no están vivos pero tengo familia y amigos. Cuando, al principio de la guerra, venían a la oficina los pocos clientes rusos que quedaban opinábamos sobre lo que estaba pasando. Los rusos siempre decían que la guerra la había provocado los americanos que son su enemigo favorito. Han pasado muchos meses y ya hemos dejado de hablar de la guerra. Es un tema delicado y tabú”, concluye.

La inmobiliaria Sothebby’s International Realty vende inmuebles de lujo en Barcelona y Costa Brava coincide con la percepción de Parkhomenko. Una de las trabajadoras de esta inmobiliaria asegura que el comprador estrella de este año es el norteamericano seguido por el ucraniano con muchísimo interés en inmuebles en municipios de la Costa Brava como Lloret de Mar, Roses, Platja Aro o Begur.

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