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Sónar 2023: 30 años no es nada y febril la mirada

Los cambios en la disposición de espacios en el festival de día y la contundente experiencia inmersiva creada con IA para el aniversario marcan el arranque

El nuevo escenario Village en el Sónar de día en la feria de Montjuïc.Foto: GIANLUCA BATTISTA | Vídeo: EPV
Jacinto Antón

Cuando crees que después de 30 años ya nada te puede sorprender en el Sónar, zas, ahí van novedades. Entrar esta tarde de jueves en el Sónar de día, con las ganas de reencuentro de siempre, te dejaba descolocado. Han cambiado la orientación del escenario principal, el Village, y ahora está puesto a lo largo de la plaza del Univers en vez de transversal, y además todo cubierto. El espacio de restauración con los food trucks ha sido trasladado al interior del pabellón donde se encuentra el Hall (con lo que puedes comer sin oír música, lo que facilita la digestión). Los puestos de bebidas del exterior están alrededor del Village. La disposición resulta más lógica y armónica (y se evita la soleada tradicional), pero como sintetizó un espectador que llegaba ya algo torrefacto, “sólo falta que me lo cambien todo, con la cabeza que llevo”.

La otra gran novedad es la experiencia inmersiva creada con Inteligencia Artificial para conmemorar el aniversario y que no hay que dejar de ver si quieres saber lo que pueden hacer juntos una IA y Sergi Caballero. Claro que conociendo al susodicho caballero, capaz en anteriores avatares artísticos de apropiarse de cuadros ajenos y firmarlos o de vender los que había pintado un caballo, uno tiene sus dudas de que Sergio no le haya robado la cartera a la IA. Cuidadín, que ya se vio lo que podía hacer un HAL molesto.

Titulada con gran hálito épico Processing… 30 years of Sónar y descrito en plan Barnum como “cautivadora experiencia que sumerge al espectador en un hipnótico viaje a lo largo de 39 minutos de pura inmersión audiovisual”, la propuesta es una video instalación “que transporta a los universos visibles generados por la IA a partir de las imágenes icónicas creadas en 30 años de Sónar”. Hay que guardar pacientemente cola para entrar y esta tarde el ambiente, con alguna notable excepción fiestera, era de reconcentrada expectación intelectual tipo estreno en los Verdi. Delante de quien firma había un joven francés que fumaba un cigarrillo rubio con filtro, algo sumamente excéntrico en un festival en el que se pasean suministradores autorizados de papel de fumar OCB.

Usuarios de la instalación de gran formato 'Processing... 30 years of Sónar'.
Usuarios de la instalación de gran formato 'Processing... 30 years of Sónar'. Gianluca Battista

La obra audiovisual de celebración de los 30 años, puedes seguir leyendo mientras esperas, “combina la visión artística de Sergio Caballero con la música de Fennesz, habitual del festival”. De la IA se ha hecho cargo Franc Aleu. El trabajo se proyecta en sesión continua en un espacio oscuro con una gran pantalla frente a la que hay que acomodarse en el suelo provistos con unos cascos que emiten la banda sonora y cuyo volumen puedes graduar. Lo que se ve son imágenes en las que reconoces motivos de las distintas campañas del festival creadas por Caballero, pero sometidas a un proceso de deconstrucción que aplaudiría Francis Bacon: mientras la música tecno resuena en tus orejas (puestos a hacer vale la pena darle caña al volumen), personajes y paisajes parecen palpitar ante tus ojos, moverse, girar, distorsionarse, retorcerse y descomponerse expansivamente hasta adquirir una materialidad surrealista. Para igualar el efecto delicuescente y psicodélico de lo que se ve harían falta varios tripis. Tienes esa sensación como de novela de Lovecraft de que algo está mal en el universo.

El caso es que se reconocen cosas, como las animadoras del Sónar 2013, los fantasmas de 2010, los gemelos del 2015, el Carlos Enric de 2003, los gatos del 2016, o la Pajarraca de 2008, pero solo un rato y luego mutan. Quien firma no ha podido discernir si salen Maradona y el perro disecado, al parecer, no. Las imágenes distorsionadas pueden acaso corresponder al recuerdo que sin duda se llevan algunos del festival, a la vista de cómo van. Así que la experiencia inmersiva bien puede ser un homenaje a los seguidores más entregados. Es verdad que intentas recordar cosas del Sónar de esas tres décadas y como que se te han borrado.

 Grievous Bodily Harmonics en el escenario Complex +D en el festival Sonar de día en la feria de Montjuic.
Grievous Bodily Harmonics en el escenario Complex +D en el festival Sonar de día en la feria de Montjuic. Gianluca Battista

“¡Jesús”, sintetizó un hombre maduro que llevaba en sus carnes muchos sónars. Una joven con una camiseta con la inscripción Evil take many forms parecía desconcertada. Al salir se tarda en reacondicionarte a la realidad. Si has apurado la experiencia en sus intensos 39 minutos y con el sonido a tope no es buena idea que te metas en el Mercedes de alta gama que está para probar su equipamiento musical ahí cerca: igual vomitas dentro y la montas. Tampoco se recomienda explorar la instalación que convierte el aire en sonidos y olores raros. Por cierto los lavabos del festival han arrojado una curiosa imagen al haber mucha más cola en los masculinos (marcados “Man / non binary”) que en los femeninos. ¿Será tendencia?

Sea como sea, al anochecer el nuevo Village mostraba un aspecto fenomenal: sonaba el house afropolitano de Black Coffe, se habían encendido ristras de lucecitas de colores y la gente que llenaba todo el espacio cubierto como un gigantesco entoldado bailaba con una entrega hedonística contagiosa. Sónar: ¡30 años no es nada!

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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