Los Mossos descabezan por segunda vez en una década a los Casuals, los ‘ultras’ más violentos del Barça
La policía catalana acusa a la organización, con una estructura férrea, de homicidios, secuestros, extorsiones y tráfico de drogas
Los Mossos d’Esquadra regresaron ayer a un lugar conocido: la casa de Ricardo Mateo, en L’Hospitalet de Llobregat. Mateo es el histórico e incontestable líder de los Casuals, los ultras más violentos del FC Barcelona que dejaron las gradas del Camp Nou para convertirse en una organización delictiva. Fueron descabezados en 2010, pero persistieron en su empeño criminal. Este viernes han vuelto a recibir un duro golpe. La policía apresó a los cabecillas de la banda y a varios de sus soldados: en total, 25 personas de las 44 que se habían marcado como objetivo en las 17 entradas y registros practicadas en todo el área de Barcelona. La policía les acusa de homicidios, secuestros, extorsiones y tráfico de drogas. Mateo, por cierto, no estaba en casa.
El líder de los Casuals deberá decidir ahora si se entrega a la policía. Sabe sin duda que le buscan después de que los Grupos Especiales de Intervención (GEI) echasen abajo la puerta de su vivienda. Le ubican en la rama más violenta y peligrosa de los Boixos Nois, con una faceta ultra y otra meramente delincuencial. Mateo dirigió con mano de hierro la organización desde la prisión: en 2013 fue condenado a 12 años de cárcel tras un operativo de los Mossos d’Esquadra similar al de este viernes y por delitos similares, incluida la extorsión a empresarios del ocio nocturno.
La policía catalana considera a los Casuals una de las organizaciones criminales más peligrosas asentadas en Cataluña. Desde hace años extorsiona a empresarios y trafica con drogas e incluso está vinculada a homicidios, siempre según la investigación. Uno de los soldados arrestados, Francisco Pérez, alias Paco el Gordo, se hizo famoso hace unas semanas por un mensaje de audio en el que amenazaba con acuchillar a un ultra del Espanyol que saltó al campo en el derby contra el Barça, si no se borraba un tatuaje de hincha. Contando la de ayer, Paco el Gordo ha sido arrestado en tres ocasiones en menos de dos años: en 2021, por la Policía Nacional, y en mayo de 2022, por los Mossos acusado de destrozar, con dos personas más, un bar que frecuentaban hace años las Brigadas Blanquiazules del Espanyol.
El ataque al local Los Cazadores es el punto de partida de la investigación, que arrancó en noviembre de 2021, tutelada por el juzgado de instrucción 4 de Cornellà. Primero a manos de la Comisaría General de Información, y después conjuntamente con la División de Investigación Criminal, la policía catalana fue desentrañando la manera de funcionar de los Casuals, en una operación bautizada como Hidra, una serpiente de mil cabezas según la mitología griega. Con intervenciones telefónicas y seguimientos, los investigadores se han esforzado en demostrar una lista interminable de delitos: desórdenes públicos, homicidio, secuestro, tenencia de armas, contra la salud pública, extorsión y organización criminal, entre otros.
La investigación les llevó incluso a destapar un homicidio en Barcelona, del que sospechan que los Casuals son encubridores. La noche del 9 de marzo, los Mossos d’Esquadra persiguieron y detuvieron un vehículo que salía del barrio de Gràcia de Barcelona. Después de buscar, encontraron a una persona muerta en el maletero de la furgoneta a la que dieron el alto en el corazón de la ciudad, en la Vía Augusta con la avenida de Diagonal. La principal sospecha, en un caso que investiga otro juzgado, es que se trata de clanes con vinculaciones con los Casuals y una transacción de drogas que acabó con la muerte de uno de los implicados. Los teléfonos también hablan de otra ejecución, la del hermano de El Sardina, un conocido narcotraficante, en Badia del Vallès, donde de nuevo sale a relucir la marca violenta de los Boixos Nois.
Los Mossos d’Esquadra, tutelados finalmente por el juzgado de instrucción 12 de Barcelona, han descubierto una maraña de casos que se superponen, explican fuentes policiales, en el seno de un club cerrado, que además de financiarse con la actividad del grupo criminal, también lo hacía al calor de las gradas del Barça. Con el acceso vetado al Camp Nou para muchos de ellos, su ascendente es inequívoco entre los cerca de 300 miembros de los Boixos Nois, donde imponen sanciones y multas, que pueden superar los 3.000 y los 4.000 euros. “No pasan del fútbol”, aseguran fuentes policiales. Paco el Gordo es el protagonista de otra de las conversaciones virales después del ataque al bar de Los Cazadores. “Estáis haciendo de una cosa de fútbol una guerra en la calle y al final os haremos daño de verdad. Sois una afición vosotros y nosotros somos delincuentes”, se le oye en la grabación.
El ambiente ayer en el domicilio de Paco el Gordo, en Santa Coloma de Cervelló, era tenso. En los bajos del inmueble, registrado durante varias horas por los Mossos, estaba abierto el bar por donde iban pasando vecinos y recordaban la anterior detención de Paco. En las señales de tráfico de los alrededores abundaban pegatinas de los Boixos Nois, algunas con el águila que el nazismo usó como emblema. Una urbanización alejada del centro del municipio, donde veían cambiar cada dos por tres de coche al supuesto soldado de Los Casuals, protagonista de otras exhibiciones públicas de hooliganismo, como los puñetazos en la cara al exlíder de las Brigadas Blanquiazules de la pandemia, en otro vídeo viral.
Los Mossos hallaron ayer en los registros 180.000 euros en efectivo, cinco armas de fuego, catanas, cuchillos, machetes, chalecos antibalas... Y varios coches y relojes de alta gama que la policía considera que son de procedencia ilícita. La policía catalana mantenía abierta a última hora de ayer la operación policial, en búsqueda de otros investigados. Y a la espera de si Ricardo Mateo finalmente se presenta en comisaría o en el juzgado.
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