La venganza del narco El Sardina pone en alerta máxima a los Mossos
La policía teme que Rachid Gdari, de 44 años, implicado en secuestros, palizas y extorsiones, abra una guerra por el asesinato de su hermano en Badia del Vallès
La fama de Rachid Gdari le precede. A sus 44 años, apodado El Sardina, es uno de los narcotraficantes más conocidos y temidos en España, según la policía. Su expediente acumula una veintena de detenciones por todo tipo de delitos: desde falsificación documental hasta homicidio doloso, pasando por organización criminal, amenazas, secuestro, tenencia ilícita de armas… El domingo pasado, su hermano, Mohamed Gdari, fue ejecutado a tiros y a plena luz del día en Badia del Vallès (Barcelona). El Sardina se dejó ver en la zona, afectado, al volante de un coche robado. Los Mossos están desde entonces en máxima alerta ante el temor de que se tome la justicia por su mano.
El Sardina empezó sus tropezones con la policía muy pronto. Sus primeras detenciones fueron cuando tenía apenas 20 años, por robos de coches en Cornellà (Barcelona). Desde entonces, los arrestos se acumulan a casi uno por año. Gdari, nacido en Larache y afincado en Barcelona, va engordando su ficha delincuencial y también ampliando su radio de actuación: además de en diversas localidades de Cataluña, enseguida se le arresta también en sitios como Madrid o Torremolinos (Málaga). Del hurto, el robo con fuerza o el robo violento, se ve implicado en secuestros, homicidios dolosos, tráfico de drogas, amenazas, organización criminal…
Todos los cuerpos policiales lo tienen en el radar: aseguran que se ha especializado en vuelcos, como se conoce el argot el robo entre narcotraficantes. “Monta equipos de asalto”, explican. Grupos de personas muy violentas, que se dedican a robar cargas de drogas por toda España. “Balizan la mercancía, les siguen, hacen tronchas [vigilancias]”, relatan, sobre una actividad que podría ser la misma que utiliza la policía cuando investiga este tipo de delitos. “A veces, sus balizas son mejores que las nuestras y han llegado a pedirlas equipos técnicos cuando se han intervenido”, indican fuentes policiales.
Los equipos de asalto que presuntamente lidera Gdari se dedican al amarre: una vez saben dónde se ha desembarcado una mercancía, retienen al que la lleva hasta que logran hacerse con la droga o bien con el dinero. “Les meten unas tundas…”, aseguran otras fuentes policiales, que recuerdan una investigación en 2016, con lazos entre Cataluña y Andalucía. Implicaron a El Sardina en el asalto a una guardería (donde se almacena la droga hasta que se le da salida) en Barbate (Cádiz), donde dejaron al vigilante seriamente malherido.
Los Mossos d’Esquadra investigan ahora quién puede haber matado a Moha, como le conocían en el barrio, al que vinculan también al tráfico de drogas junto a su hermano, para llegar antes que El Sardina a los autores. La policía catalana tiene abiertas diversas líneas de investigación. Una de ellas apunta a un antiguo socio con el que acabaron la relación de mala manera. “Tiene enemigos en cada esquina. Pudo ser cualquiera”, aseguran otras fuentes policiales, que muestran cautela ante cualquier elucubración sobre el asesinato.
La propia popularidad de El Sardina, que incluso ha participado en video clips del rapero El Paisano, a cara descubierta, posando apoyado en un Hummer, le pone en la diana. También ostenta su poder y su dinero, dejándose ver en veladas de boxeo sin estarse de nada, o comprando negocios aquí y allá a través de testaferros, indican esas mismas fuentes. “Va de Clenbuterol hasta arriba”, añaden investigadores, sobre su físico imponente. “Él ya no participa directamente en los vuelcos”, relatan otras fuentes policiales, porque no colaría que es policía, un atrezzo que utilizan habitualmente. “Cuando los detenemos van con toda la parafernalia: chalecos, placas…”, cuentan. El objetivo es que los traficantes cedan la droga con más facilidad.
La mayor investigación que afecta a El Sardina la llevaron a cabo los Mossos y la Policía Nacional en 2016. Fue detenido acusado de liderar un grupo criminal dedicado a narcoasaltos en Cataluña y Andalucía. Parte del caso fue asumido por la Audiencia Nacional, que ordenó el ingreso en prisión preventiva de algunos de los detenidos, entre ellos El Sardina. La causa sigue a la espera de juicio, y ha regresado al juzgado de instrucción de Sant Boi en la que nació. Entonces fueron detenidos también dos policías nacionales, destinados en el aeropuerto de El Prat, acusados de formar parte de la misma organización criminal.
En 2021, los Mossos d’Esquadra arrestaron de nuevo a Rachid Gdari. En esta ocasión, por secuestrar a un empresario del ocio nocturno en Terrassa (Barcelona). La familia llegó a pagar una parte del rescate pero denunciaron el caso a la policía catalana, algo que habitualmente no ocurre. El Sardina ingresó también en prisión preventiva pero salió de nuevo a la espera de juicio. Fuentes policiales le vinculan a otros amarres posteriores entre narcotraficantes bajo investigación.
“Un día le tocará a él”, auguran los investigadores que llevan años siguiéndole la pista, sobre la cantidad de enemigos que El Sardina ha trabado a lo largo de su vida. O acabará entrando en prisión una temporada suficiente larga para calmar las aguas revueltas, o será el mismo quien sucumba ante una venganza ajena.
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