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Sílvia Orriols, la independentista ‘ultra’ que conquista Ripoll explotando el trauma del 17-A

Aliança Catalana se alza con la primera plaza en el lugar del que salió la célula yihadista de Barcelona y Cambrils con un discurso islamófobo

Ripoll
Sede de Aliança Catalana en Ripoll, con el cartel electoral de Sílvia Orriols.MASSIMILIANO MINOCRI
Jesús García Bueno

En la jornada de reflexión, Sílvia Orriols publicó una fotografía de la tumba de Guifré el Pilós (Wifredo el Velloso, en castellano), mito fundacional de la nación catalana, en el monasterio de Santa María de Ripoll. “Aquí empezó todo y, desde aquí, lo conquistaremos todo”, escribió esta administrativa de 38 años que a las pocas horas se convertiría, contra todo pronóstico, en la candidata más votada de Ripoll, un pueblo de menos de 11.000 habitantes en el corazón de Cataluña. Tras fundar Aliança Catalana, un partido ultra e identitario, Orriols ha pasado de uno a seis concejales con un discurso islamófobo que bebe del clima enrarecido que han dejado allí los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017, perpetrados por jóvenes de Ripoll de origen magrebí. A Orriols, que tiene cinco hijos, no se le pasa por alto que en la inscripción de la tumba del conde Guifré se dice, entre otras cosas, que murió “a manos de los sarracenos”.

“Antes me había movido más por el independentismo, seguía a Puigdemont... Pero al ver los atentados y cómo gestionó el asunto el Ayuntamiento, un grupo de vecinos nos indignamos. Y pasamos a la política”, cuenta la candidata más votada en conversación telefónica con EL PAÍS. Niega que su partido sea xenófobo o de extrema derecha, aunque públicamente ha alertado sobre el riesgo que supone la “ideología político-religiosa” del islam, que intenta “imponerse con intimidaciones, denuncias e incluso atentados terroristas”, en alusión al 17-A. Antigua militante de Estat Català, piensa que, si los musulmanes son mayoría en Cataluña, se proclamará una especie de “república islámica” en la que “se vulnerarán los derechos de mujeres y homosexuales”. “Donde los musulmanes son mayoría, se acaba la civilización y empieza la barbarie”.

Carteles electorales en Ripoll (Girona), el lunes.
Carteles electorales en Ripoll (Girona), el lunes.MASSIMILIANO MINOCRI

La célula yihadista que mató a 16 personas en Barcelona y Cambrils en 2017 estaba formada por chicos de Ripoll. Estaban integrados en la vida del pueblo, pero se radicalizaron de la mano del imán de la localidad, Abdelbaki Es Satty, muerto en una explosión fortuita la víspera de los ataques mientras manipulaba explosivos. Los atentados abrieron una brecha en la vida comunitaria que está lejos de cerrarse. Hay demasiados silencios, dudas y recelos. Esa herida estaba aún más viva en las elecciones de 2019, donde Orriols se convirtió en concejal con el Front Nacional de Catalunya, que luego abandonaría por la posición tibia del partido frente a la inmigración. Fundó entonces su propio sello, Aliança Catalana, que este 28-M ha obtenido también representación en Manlleu y Ribera d’Ondara.

Aupada por el aislacionismo

Jordi Munell era el alcalde por Junts cuando ocurrió el 17-A y revalidó el cargo en 2019. Esta vez no se volvió a presentar y todo indica que muchos votos neoconvergentes han ido a parar a Orriols. Munell denuncia el “discurso populista” de la candidata: “Tiene unas cuantas frases hechas que va repitiendo, con medias mentiras y medias verdades. Pero no tiene un proyecto para el pueblo. La gente mayor la ha votado llevada por el miedo y la joven, desengañada por la política”, reflexiona el actual diputado de Junts, convencido de que el resto de las fuerzas no dejarán que gobierne. Orriols ha obtenido seis concejales de un total de 17, lejos de la mayoría absoluta, pero será necesario un acuerdo muy amplio (ERC, PSC, CUP y una lista independiente) para cortarle el paso.

En los comicios de 2019, los partidos ya se conjuraron para ignorar todas sus propuestas en los plenos, algo que, al final, le ha dado combustible. “Le ha ido muy bien para presentarse como víctima. Todo su discurso es victimista, con un claro eje islamófobo”, reflexiona Jordi Remolins, colaborador del diario local El 9 Nou y dueño de una tienda de bicicletas en Ripoll. Orriols lo ve de otro modo. “Los vecinos se han indignado con la campaña de asedio que hemos sufrido y nos han votado aunque quizá no todos piensen como nosotros”. Admite que es probable que no sea alcaldesa, pero piensa que un gobierno “de concentración” solo la beneficiaría a medio plazo. “Todo lo que han hecho para pararnos ha ido a nuestro favor”.

El centro de Ripoll (Girona), el lunes.
El centro de Ripoll (Girona), el lunes. MASSIMILIANO MINOCRI

Ali Yassine preside la comunidad islámica Annour, la misma que contrató a Abdelbaki Es Satty, considerado el cerebro del 17-A, como imán. Esa circunstancia llevó a Orriols, en su primer mandato, a exigir que Annour no pudiera abrir una nueva mezquita. “Ni siquiera era una mezquita nueva. Arreglamos un local y nos trasladamos allí. Aunque gobierne, no va a cerrar la mezquita porque tenemos nuestros permisos. Ella no está por encima de la ley”, explica Yassine, que denunció por delito de odio a la líder ultra en un caso que acabó archivado.

“Si nos echa a todos los extranjeros, a ver quién va a quedar aquí en Ripoll, todo es gente mayor”, añade Yassine sobre la paulatina pérdida de población, solo compensada con la llegada de trabajadores migrantes. Aun así, el porcentaje de extranjeros (11%) es muy bajo en comparación con la mayoría de las ciudades catalanas. Abandonado el textil y en retirada la metalurgia, los únicos signos de vitalidad económica en Ripoll van de la mano de los migrantes. Pero Orriols insiste en un discurso que puso de moda en el mapa político catalán, hace más de una década, el incombustible Josep Anglada: “Primer, els de casa” (primero, los de casa). (Anglada ha vuelto a entrar en el Ayuntamiento de Vic con Som Identitaris). En entrevistas, debates y tertulias, Orriols lanza mensajes que reproducen casi todos los bulos antinmigración: dice que existe una “discriminación flagrante” frente a los extranjeros al obtener ayudas, que el Consistorio “se dedica a dar pisos de protección oficial” a los foráneos mientras los jóvenes “no pueden emanciparse”, o que los pacientes catalanes están “desprotegidos” al tiempo que se construyen “salas de cine y piscinas” para los presos, siempre extranjeros.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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