La avería que se enquista en las Cercanías catalanas desde hace dos semanas: “¿Así quieren que utilicemos el transporte público?”
El ministerio de Transportes promete normalizar la circulación por la línea R2 este domingo
Lo que en los despachos del Ministerio de Transportes y de la Generalitat de Cataluña es un quebradero de cabeza técnico y un arma electoral arrojadiza, a pie de andén se vive como una lotería fatal en la que no se sabe si tocará un premio malo u otro peor. El malo es que el tren no llegue a tiempo. El peor es que ya simplemente ni pase y que nadie aporte explicaciones.
Desde este lunes, Renfe ha reforzado los servicios mínimos en la línea R2 sur de Rodalies, que sufre una seria avería desde el 1 de mayo. El apaño permite tener cuatro trenes por hora y sentido, en lugar de los tres que había, y que fueron dos en la fase más crítica. Transportes estima normalizar la circulación “como muy tarde” el próximo domingo. Desde que se rompió la catenaria de Gavà (Barcelona), incendiando posteriormente el sistema de seguridad de la estación, los pasajeros de la línea regional se enfrentan a más averías que las habituales. Tras las incidencias recientes en los Rodalies con episodios como este o como el incendio de Manlleu, Esquerra Republicana amenaza a Renfe con una multa millonaria a través de la Agencia Catalana de Consumo y ha reprobado a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, tanto en el Senado como en el Congreso.
“No me quiero imaginar coger todos los días esta línea”
En la estación de Sants sale el segundo tren dirección dirección Sant Vicenç de Calders entre las 10.00 y las 11.00. Pilar Vives señala el cartel del horario sorprendida: “Pone que tardará cinco minutos en venir, eso es una suerte”. Ella viaja desde Castelldefels los sábados para cuidar a su madre en Barcelona. “La ida es lo peor. La semana pasada fue horroroso”. Después de una hora esperando por la noche, pensó que se quedaría en la estación: “Había tanta gente cuando se abrieron las puertas que pensé que no entraba. Era horroroso. Al final lograron hacerme un hueco”. Además, el tren va “más lleno” con la proximidad del verano, detalla Vives. “Ahora estoy prejubilada. No me quiero imaginar coger todos los días esta línea”.
“Los servicios son mínimos extremadamente”
Mientras se realiza este reportaje, la señalización del andén en dirección Estació de França espera un tren poco antes de las 10.00 y otro entre las 10.00 y las 11.00. Finalmente en la franja de una hora llegan ambos trenes, con un retraso de más de 20 minutos cada uno. Marcel Marco ha llegado en el primero. Él también viaja entre Barcelona y Castelldefels, pero lo hace cada mañana de lunes a viernes para ir a estudiar al campus de la Universidad Politécnica. Mientras que a la ida ha podido ir en autobús, en su trayecto de vuelta ha esperado en el andén 40 minutos. “No tenía alternativa por la huelga. He llegado a las 10:10 a la estación. El tren salía a las 10:28, pero hasta menos diez no ha arrancado”. El día de la avería en Gavà tardó dos horas y media en regresar. Antes del incidente, su tiempo de espera medio era de unos 10 minutos. “En general siempre hay retrasos. No era exagerado antes, pero ahora los servicios son mínimos extremadamente”.
“No me planteo usar el bus”
Susana Izquierdo tampoco solía esperar más de 10 minutos a la R2 antes de la avería. Ella ha llegado después de Marco desde Vilanova i la Geltrú, también con retraso. “Estaba a las 9:00 para cogerlo a las 9:13, pero hasta menos cuarto no ha llegado. Ahora son las 11:30”. Luego debe hacer otro transbordo para llegar a su trabajo a Plaza Cataluña. Lamenta que no puede utilizar los buses de refuerzo implantados en las horas punta. Tampoco valora el autobús regional hasta que se resuelva la incidencia debido al precio: “No me planteo usar el bus. Acaba saliendo ida y vuelta por diez euros”. Con los actuales abonos por frecuencia habitual, el trayecto en tren le puede salir gratis.
“¿Así quieren que utilicemos el transporte público?”
Roger Abella se baja del mismo tren que Izquierdo, pero ha salido desde el principio de la línea, en Sant Vicenç de Calders. Lo utiliza entre una y dos veces por semana: “Pierdo 2 horas cada día” explica este viajero. “Las explicaciones me dan igual, lo que me interesa es que funcione Rodalies”. Comenta que habitualmente tiene que esperarse media hora para el viaje de ida y otra media para la vuelta: en total una hora que ahora se ha multiplicado por dos. “¿Estamos en medio de una crisis climática y así quieren que utilicemos el transporte público?”.
Según un estudio de la Cámara de Comercio de Barcelona, en lo que va de año las afectaciones en Rodalies han perjudicado a 480.000 pasajeros y han supuesto unas 228.000 horas perdidas. La Agencia Catalana de Consumo ha abierto un expediente sancionador a la empresa ferroviaria por infracciones que podrían tipificarse como “muy graves” y comportar multas de entre 100.001 y un millón de euros por la gestión de la información y de la atención a los usuarios.
Desde hace más de una década, Cataluña gestiona parte de la gestión de los cercanías, como la fijación de los horarios, mientras que Adif es responsable de infraestructuras y Renfe del servicio. Exigir el traspaso completo del servicio, con vías, trenes y personal, ha sido una demanda recurrente de todos los presidentes autonómicos. Representantes de Renfe aseguran ser “más transparentes que cualquier otro operador” ya que desde hace una década notifican a la Generalitat todas las averías que superan los 100 minutos diarios en una línea. La compañía estatal lamenta que el Govern lleva “seis meses” sin reunirse con ellos en el organismo mixto existente entre ambos.
Fuentes del Ministerio de Transportes señalan que las averías en infraestructuras causaron el 27% del total de incidencias de la red regional en 2022, mientras que el 37% fueron “otros motivos”; mayormente arrollamientos y vandalismo. “En 1.200 kilómetros de red hay muchas vulnerabilidades”, lamentan desde Adif, destacando que Cataluña concentra la mitad de averías originadas por “otras causas” en todas las redes de cercanías de España.
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