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Barcelona supera con nota el Mobile World Congress de la vuelta a la normalidad

La organización en el transporte consigue ordenar una afluencia que llegará, si se cumplen las previsiones, a los 80.000 visitantes

Josep Catà Figuls
Mobile World Congress
Asistentes al MWC esperan a las puertas del congreso en el primer día de su celebración.MASSIMILIANO MINOCRI

Volver a organizar un salón como el Mobile World Congress (MWC) sin las restricciones que en los últimos años ha impuesto la pandemia era un reto para Barcelona. En 2019, acoger a los 109.000 visitantes que tuvo esa edición llegó a ser complicado para la organización, pero el primer día de este 18º MWC, que ha comenzado este lunes, muestra que la maquinaria está bien engrasada: si se cumplen las previsiones, habrá movilizado a 80.000 congresistas, y en el primer día no se han registrado aglomeraciones ni incidentes en el transporte, en la carretera, en los accesos del congreso o dentro del mismo. Hoteleros y restauradores también han visto cómo su actividad retoma un dinamismo cercano al de las ediciones anteriores a la pandemia.

La nieve de primera hora de la mañana, que solo ha cubierto con una fina capa las montañas de Collserola, no ha tenido un impacto significativo en la movilidad de la ciudad. Desde bien temprano, los trenes de la red de metro de la capital catalana estaban llenos de asistentes al MWC, que en el intercambiador de la plaza de España encontraban las señales y personal de la organización del congreso para indicarles cómo coger el tren de FGC que les lleva a la estación de Europa Fira. Una vez ahí, en la calle, más trabajadores de la organización dirigían a los congresistas a los accesos. Una de las novedades de este año ha sido la implementación generalizada de las acreditaciones digitales: solo con mostrar un código QR en el móvil, o con la entrada se podía entrar, lo que ha permitido aligerar mucho la entrada de los visitantes.

En las calles sí que ha habido algo más de congestión, según las informaciones que daba el Servei Català de Trànsit por redes, por la gran afluencia de vehículos privados, las furgonetas negras que usan los directivos de las compañías para desplazarse por la ciudad. El sector del taxi, que desconvocó una huelga que tenía prevista durante el congreso, también espera aumentar un 25% su facturación durante los días del MWC. Por su parte, restauradores y hoteleros prevén aprovechar la vuelta a los congresos de gran afluencia: el Gremio de Hoteles de Barcelona explicó la semana pasada que durante los días centrales del MWC se llegaría al lleno total en las habitaciones de hotel de la ciudad, y los restauradores, más cautos, cuentan con las reservas de última hora.

A primera hora del día todavía se podía ver a gente que transportaba plantas u otros elementos decorativos para terminar de montar sus puestos de exhibición en el congreso, donde hay más de 2.000 empresas mostrando sus productos. La inauguración oficial ha llegado con la visita del rey Felipe VI en las instalaciones. Antes, las autoridades y organización del salón le han hecho una recepción oficial, a la que no han participado ni el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que sin embargo sí le han saludado y se han fotografiado con él en el interior del congreso.

Uno de los puestos que ha visitado luego el Rey en su recorrido por el congreso ha sido el de la fundación Mobile World Capital, que ha preparado una serie de actividades para conocer las aplicaciones prácticas del metaverso, una propuesta tecnológica que permite interactuar, mediante un avatar, en un mundo virtual en línea. El periplo del avatar, que se crea mediante un reconocimiento fotométrico, empieza en las calles de Barcelona, por donde el personaje se mueve, y tiene la opción de sentir cómo huelen los distintos lugares (el césped del Camp Nou, el chocolate de la calle de Petritxol, entre otros). Estos olores se emiten a través de un dispositivo creado, entre otras empresas, por la empresa de perfumería Puig, para que el usuario los huela. Más tarde, con gafas de realidad virtual, el visitante, con su avatar, come unos bombones preparados por los hermanos Roca, y luego se enfunda una manga en el brazo con la que sentirán la tensión del arco con el que Antonio Rebollo disparó la flecha al pebetero olímpico en 1992. El recorrido sigue en el Beat Barcelona, el espacio de música, con dj del Sónar o el Cruïlla, donde el metaverso (y otra vez las gafas de realidad virtual) ofrecen la posibilidad de asistir a un concierto de Izal o de estar en una discoteca con bailarines virtuales. Empresas como SK Telecom, un fabricante coreano de teléfonos que en los últimos tiempos ha virado hacia la inteligencia artificial y el metaverso, también ha explorado los usos de la realidad virtual y el metaverso al instalar una imponente maqueta con la forma de un dron, del tamaño de un helicóptero, en el que hasta cuatro personas se pueden montar y, mediante gafas de realidad virtual, pueden hacer un paseo en el metaverso que han creado.

Más allá de la buena organización y de los dispositivos tecnológicos, este lunes también ha habido una concentración a las puertas del MWC para protestar por el trabajador que murió en un accidente laboral durante el montaje de las instalaciones. El joven, de 21 años, murió el martes pasado durante la descarga de material pesado, y los organizadores de la protesta denuncian el “silencio generalizado” de las empresas implicadas en el montaje del congreso, así como de las administraciones y organizadores del MWC. “Este accidente no es casual sino que responde a la precarización laboral de las personas que trabajan, con jornadas diarias de más de 10 horas, sueldos inferiores a siete euros la hora, y un gran estrés y presión que no tiene en cuenta los riesgos o la seguridad”, señala un comunicado.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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